1 3

2.9K 485 90
                                    

Aquella noche Taehyung estaba irritado, uno de sus clientes le habia ordenado vestirse como si fuera un chico travesti. No le molestaba, había tenido que cumplir peores fantasías lo que no le agradaba es que lo citara en la zona roja de la ciudad donde tenía muy malos recuerdos, antes de ser un prostituto o acompañante de alta calidad era un simple puto de esquina, a la espera de que alguien lo notará y lo llevará a su auto para dejarse hacer y dejarse usar por una cantidad tan ridículamente baja.

Suspiró arreglando la peluca que su hermana le habia prestado. Miro sus largas piernas descubiertas y brillantes, usaba uno de sus tacones favoritos, algunos clientes tenían fetiches extraños y solían pedirle que usara tacones de aguja mientras se dejaba follar. Esos eran clientes calmados, hombres que rodaban los cincuentay solo querían una follada para descargarse, clientes sencillos.

Un auto costoso se detuvo y Taehyung forzó una sonrisa seductora, se acercó a la ventana del piloto, relamió sus labios coqueto al ver a su cliente más nuevo, el señor Lee, que parecía complacido por sus ropas y actitud, la fantasía del prostituto barato pero con el trato de uno de calidad. Que extraño era ese hombre.

Pero no dijo nada cuando subió al auto, tampoco cuando aquel hombre manoseo su cuerpo y lo sentó a horcajadas sobre él, sintió debajo de aquel short diminuto el duro miembro del contrario. Gimio falsamente y le giño un ojo al hombre.

-Pero que piel tan exquisita, nunca decepcionas , Caro. -el hombre tomó con fuerza las caderas del chico frotando su erección contra el trasero pobremente cubierto por aquella tela.- Quiero que me hagas una mamada, no usarás tus manos y me dejaras jalar este hermoso cabello rubio.

-Si, señor Lee.-respondió sumisamente mientras se sentaba nuevamente en el asiento del copiloto, su cliente bajaba la cremallera y baja su pantalón dejando su miembro libre, Taehyung tuvo que retener una arqueada y jadeo falsamente.

El señor Lee rozaba los cincuenta y cinco años, su miembro era demaisado venoso y su olor era muy fuerte, masculino. Le revolvía el estómago, pero no dijo nada, se inclinó obediente empezando la felación, mantuvo sus ojos abiertos por que había notado que al mayor le gustaba el contacto visual y más sus expresiones faciales. Si tenía suerte, la mamada terminaría pronto, era un hombre precoz.

Se estremeció cuando el mayor tomó sus mejillas empezando a embestir su boca sin reparo alguno, sollozo y fingió un gemido, aguantaba las ganas de vomitar y alejarse. Un largo gemido del hombre le dio escalofríos, trago el amargo semen con náuseas pero sin quitar una sonrisa coqueta de su rostro, succiono por última vez el miembro del hombre para separarse.

-¿Va a pagarme ahora, señor Lee? ¿Va a follarme, señor Lee? ¿Va a usarme, señor Lee?-tenía claras instrucciones de como hacer las preguntas, en que tono y en que momento. Sabía que luego de aquel orgasmo el hombre no volvería a tener una erección hasta dentro de una hora aproximadamente y posiblemente le pagará doble por esperarlo esa hora.

-No, solo quería usar tu boca. Lo has hecho muy bien, Caro. Sal de mi auto mientras me limpió.-el joven acomodó su peluca y miro algonde semen en la comisura de sus labios, agradecía no comer nada los días en los que trabajaba, por que el vomitar era un riesgo que no podía correr. Al menos que se lo pidieran.

Taehyung se limpió los labios y bajo del auto, caminó hacia la puerta del pilotó y tomó el sobre que le tendió el señor Lee, lo revisó contando que todo estuviera allí. Sonrió sinceramente y beso la mano del hombre.

-Puede llamarme cuando guste.-clientes que dejaban tanto por una mamada y una simple fantasía, debido a su estatus social y discreción que necesitaban eran el tipo de clientes que necesitaba.

El himbre asintió encendiendo el auto y desapareciendo de allí. Taehyung sentía su garganta quemar, corrió hasta un callejón y metio dos dedos por su boca provocandose el vómito, se estremeció asqueado. Odiaba cuando los clientes lo obligaban a tragar su semen, odiaba dar mamadas, odiaba sentir su interior tan sucio como su exterior.

Caro [KookTae] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora