Capítulo 3 °Respira

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Cuartel Norte. Alemania, Kiel.

Nina

"No hay peor desgracia que extrañar lo que nunca pasó" recuerdo cuando termino de contarle la historia con detalle, su enojo es evidente y aumenta cuando llego al final, se me cristalizan los ojos, aunque antes que comience a hablar le repito que tuve gran parte de la culpa al ilusionarme yo sola. No es el villano, pero tampoco el héroe. 

—Nina —me detiene —entiendo que estaban más chicos, les ganó la calentura, no fueron las mejores decisiones, pero que te haya dejado de un momento a otro, sin razón, sin decirte algo, o darte mínimo una estúpida excusa...no es tu culpa —paso saliva con dificultad, me pica la garganta al no contar el resto, recuerdo las palabras de mi terapeuta. 

Cuando salí del hospital mis padres me obligaron a ir a terapia, al inicio intenté evitarlo, pero cuando empecé a hablar sobre el tema me hizo tan bien. Las palabras de la terapeuta fueron firmes y concisas "No es tu culpa", fue demasiado fuerte escucharlo de una persona que no estuvo involucrada y tampoco era mi familia, solo escuchó todo lo que pasé y me dijo la verdad de manera asertiva. 

—Quiero aclararte algo, no vienes a terapia para que te diga lo que quieres escuchar y menos para estar de tu lado deja aún lado su libreta con el lapicero pero tengo que aceptar que no la has pasado nada fácil, y es válido que te apoye y te ayude con las heridas sin cicatrizar. 

No estaba sola, y no porque no tuviera a mis padres y amigos, sino porque había alguien que entendía mi posición y no quería caer de nuevo. 

—En serio tengo muchas ganas de ir a enterrarle la bala que le saqué —amenaza. 

—Detente —musito —han pasado muchos años y en serio me gustaría no volver con ese tema. 

—¿Nico sabe? —niego con la cabeza. 

—Y no quiero que se entere, lo terminará odiando. 

—Con justa razón —dice obvia. 

—Laila —tomo su mano —prométeme que no contarás esto —puedo ver la duda en sus ojos, pero finalmente asiente y me envuelve entre sus brazos. 

—Me duele no haber estado contigo en ese momento —aprieta su agarre y río bajito —una ruptura con un casi algo duele más, me ha pasado. 

—Aún no te conocía, no podías haber estado conmigo, descuida. 

Sigue abrazándome y me siento contenta que conozca más de mi historia, con ello tal vez pueda entender un poco más mi postura con las relaciones, en especial con Nico. 

—¿Lo ves cambiado? —indaga cuando nos separamos. 

—Mucho, siempre fue alguien atlético y de buen cuerpo, pero definitivamente se volvió más atractivo —asiento con pesar. 

—Desgraciado —maldice y reímos —sería más fácil si no estuviera tan caliente y mojara las bragas tan rápido. 

Suelto una carcajada y coincido con ella, el atractivo de Aaron aumentó con estos años. 

—Ya lo sé, y yo sigo igual.  

—Oh por dios, qué equivocada estás, te recuerdo que yo te conocí desde que despertamos y joder Nina, no vuelvas a decir eso que te pego en ese culo —me señala acusatoriamente y no puedo evitar reírme por su elección de palabras. 

Y tiene razón, todo este tiempo no he parado en ningún momento. 

—Nina, estos 4 años han sido duros y tú eres de las pocas valientes que siguen, con 25 años has logrado lo que pocos —dice mientras me toma de la mano, amo tenerla en mi vida.

Todo por ella (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora