Todo por ella (1)

Capítulo 5 °Interrogatorio

Cuartel Norte. Alemania, Kiel.

Nina.

Siempre dicen que el destino es sabio y de acuerdo a Arthur Schopenhauer "El destino baraja, y nosotros jugamos", hay personas que prefieren ir poco a poco, jugando carta por carta, sin atreverse a más, mientras que otros muestran la baraja sin el miedo, sin pensar en lo que podría pasar. ¿Merece la pena? puede que si, al final todos buscamos lo mismo, pero lo que cambia es cómo lo buscamos y cómo termina, mientras ganemos la partida. 

Por años no volví a pensar en mi destino, después de todo lo que pasé dejé de querer controlarlo, enfocarme en el presente. 

Después de la junta que tuve con Nico, Neal y Laila para que nos diera detalles y apuntar lo importante en la base de datos, nos dimos un descanso. Le doy un sorbo al café que me trajo Nico, me acomodo en la silla. 

—¿Hoy haremos el interrogatorio? —pregunta Neal.

—Cierto —Nico voltea a verme —¿Cómo que un grupo del cuartel sur?

—Eso dicen los desconocidos —contesta Neal, se cruza de brazos esperando a mi respuesta. 

—Aunque no son tan desconocidos, Nina conoce a uno de ellos —Laila agrega y le dirijo una mirada para que no hable de más. 

—¿Cómo lo conoces? —volteo a verlo e inhalo para hablar. 

—De antes —le resto importancia —y no son desconocidos, son pugnators, el ministro los ha identificado, quiere que haga el reporte sobre lo sucedido —les recuerdo mientras le doy otro sorbo a mi café. Neal no habla, pero siento su mirada, como si supiera, ¿o tal vez lo sabe? Ludo pudo haberle dicho. 

—Bien, entonces haremos el interrogatorio ahora, llama a los pugnators —le dice a Laila, asiente y se levanta para reunirlos.

—Ve por Aaron —dice ella antes de salir sin esperar una respuesta. 

—Te acompaño —asiento hacia él. 

—En la sala de interrogatorio —le digo a Neal, asiente. 

Camino hacia la enfermería con Nico detrás de mí. No fue una herida grave, así que convaleciente no está. Respiro profundo antes de volver a enfrentarme a él, se supone que ya debía superarlo, se supone. 

La enfermería entra en mi campo de visión, es un lugar amplio para la comodidad de todos, el blanco baña las paredes y no tienen ningún diseño en especial. En el nuevo cuartel podremos hacer muchos cambios, como cuartos individuales. Así como mejorar el quirófano y otros detalles. 

—Pero mira quién vino a visitarme —ubico de dónde viene la voz, paso saliva con dificultad antes de inhalar profundo. El gris me recorre, su mirada traviesa aparece en escena y destellos de nervios aparecen dentro de mí.

—No te emociones tanto —le digo casualmente —vengo por ti, como debes de saber, hay que hacerles unas preguntas para el reporte y es momento de hacerlo —señalo detrás de mí. 

—Claro, conozco las normas —se sienta en la camilla decidido, flexiona sus brazos al recargarse para levantarse y se le marcan los músculos y la espalda ancha que hace que voltee la mirada —A ti no te conozco —se dirige a Nico. 

—Soy Nicolas Klein, líder —se acerca para un apretón de manos y Aaron lo suelta segundos después. 

—No te vi ayer, —afirma. Nico le dedica una mirada seria al ver la confianza que porta —es de mala educación no saludar —bromea y quiero que me trague la tierra. 

—Se encontraba ocupado —añado, Aaron sonríe cuando contesto por él —Ahora apresúrate, no tenemos todo el día —empiezo a caminar a la sala de interrogatorios con ellos.