Todo por ella (1)

Capítulo 9 °Pesadilla

Cuartel Norte. Alemania, Kiel.

Aaron.

Corría como si tuviera un delirio de persecución, mis piernas cansadas de tanto escapar, un escenario sangriento, la herida de la cabeza latía sin cesar, sangre escurriendo de ella, terminando y perdiéndose en la camisa.

Todo alrededor está siendo un desastre, humo, sangre y pólvora por doquier. Sin un arma para disparar a lo lejos, esquivo las balas que quieren atravesarme, furioso por el polvo y humo que penetra mis ojos, dejándome un ardor intenso. Intento contactar a Lila, sin servicio, no hay electricidad, no hay luz suficiente para ver con claridad, esto huele peor que una cremación. Aplico una llave a un idiota que intenta derribarme, un crujido y cae a mis pies. Avanzo con prisa, ya quiero salir de aquí, pero las malditas pruebas son las que me impiden dejar este lugar.

El centro de operaciones podría describirlo, pero ahora solo es vidrios rotos, basura, humo y sangre. Me quedo quieto al ver a Louis sentado en una silla con la garganta cortada, sus brazos a los lados, derramando sangre sin parar, con la mirada apagada. Empiezo a escuchar lejos la ruidosa alarma del cuartel mientras contemplo lo que le hicieron. Hijos de puta.

Lo han torturado, sus dedos estaban dañados sin uñas, las marcas en las muñecas, los hematomas por todo su cuerpo, un charco de sangre alrededor de él que no dejaba de crecer, se seguía desangrando. Estoy seguro de que no dijo nada, no les dio nada a esos malnacidos, pero eso no quita que no sienta pena por su muerte. Doy media vuelta, dejando de ver la escena, mi cabeza palpita. Maldita sea, había llegado tarde. Ahora no tengo nada. Todo por nada. Doy un golpe seco contra la puerta cuando la termino por botar.

—Aaron —un susurro me hace voltear, Louis, con ojos negros y una sonrisa aterradora —no me salvaste. No llegaste a tiempo. Es su culpa.

Inclinando la cabeza la veo, veo a la culpable. Intento avanzar, pero no puedo moverme, estoy atrapado, viendo a Louis desangrarse, con un gesto escalofriante. Un disparo me saca del shock, aunque no fue el sonido, sino el dolor que se expande desde mi estómago al pecho, cerrando mi garganta. Sin tener éxito, intento salir, una bota pisa mi mano, está viva. El golpe en mi cabeza termina por dejar todo oscuro a mi alrededor. Aun escuchando a Louis siendo torturado.

Despierto con el corazón disparado, mi respiración irregular, otra pesadilla, otra vez esa maldita pesadilla. Veo la hora, las 4:32 am, al menos logré dormir más de 4 horas esta vez. Frustrado me levanto de la cama. Saldré a correr.

Lo que pasó en el cuartel dejó a Brent sensible, para Lila fue otro día, Tom perdió a sus padres, pero con la relación que tenía con ellos, no me sorprende que no quisiera hacerles un funeral. La supuesta herida del disparo ya casi desaparece, una tontería tomar tanto medicamento si no me duele, se acumulan las pastillas en el escritorio. Tomo los audífonos, reproduciendo Believer de Imagine Dragons, un poco de música siempre ayuda.

Empiezo a recorrer la costa, el mar se ve tranquilo, doy vuelta por el puerto de Kiel y todo está desolado, el cuartel norte se le conoce por ser el único que está bajo tierra, ya que es una zona de guerra contra los Brios. Una guerra que en cualquier momento será desatada, donde podremos vengarnos de ellos, por todo lo que hicieron. Tanta tortura debe ser pagada.

Ronda por mi mente ella, Nina. El destino es claro, nos la ha vuelto a jugar, destino curioso. Mentiría si dijera que no es lo mismo, claro que lo es, ella siendo mi talón de Aquiles, la que quiero en mi vida, y en mi cama. Suspiro, recuerdo al supuesto novio, otro que vive la indecisión de Nina Meyer después de mí. Orgulloso no estoy, ¿o sí? porque a final de cuentas, sigo siendo yo el que le termina quitando el sueño.