Capítulo 31 °Burgas

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Cuartel Este. Alemania, Kiel.

Nina

Tomo aire antes de seguir corriendo. Entrar a un cuartel sin permiso es algo que nunca pensé que haría, pero después de todo lo que acaba de pasar no necesito que me reconozcan. No tengo en quién confiar.

Llego al cuartel este, es el único lugar donde puedo tomar un avión, no se encuentra Oliver, pero creo poder pasar desapercibida. Todo está oscuro debido a la hora, son las 3 am, después de todo salí del cuartel sin avisar y lo único que quiero son respuestas, por lo tanto, tengo que ir a buscarlas.

Llego a la entrada de la pista, después de atravesar los árboles, la oscuridad y tener que aguantar uno que otro golpe por las ramas que no vi, veo el detector de huella, pero estoy segura de que no voy a poder pasar, aquí no me tienen registrada. Saco el desarmador que tomé de la caja de herramientas empezando a remover los tornillos, si lo hago mal la alarma sonará, y mi plan de pasar desapercibida no va a funcionar. Sería más fácil si entro por la puerta grande y pido un avión, pero no tengo idea si ya me están buscando aquí o en quién puedo confiar.

Termino de sacar los tornillos, me quedo viendo el aparato, tiene muchos cables y solo uno desactiva el detector. El rojo. Pero claro, hay 5 cables rojos. Paso saliva antes de escoger el que llega al núcleo, pero la suerte no está de mi parte porque una luz me ilumina y me quedo quieta.

—Identifícate.

Bueno, no salió como esperaba.

—Vale, vale —suelto el destornillador volteándome, lista para pelear, pero reconozco al dueño de la luz —Adam

—Líder Nina —me deja de apuntar con el arma y alza la luz —¿Qué hace aquí?

—Escucha —tomo aire antes de continuar —necesito tu ayuda, necesito tomar un avión para volar a Bulgaria.

—¿No se supone que el líder está en su cuartel? —empieza señalando a su espalda.

—Si, está ahí —miro a los lados buscando una respuesta más estructurada —lo que pasa es que...nos invadieron, ya he avisado, el ministro hará lo posible, —miento —pero necesito viajar ahora.

Parece no creerme, y honestamente tampoco me creería, pero parece ser que tengo un rayo de luz en este momento porque asiente lentamente.

—¿Puedo saber qué está pasando? ¿Por qué no nos han avisado? —exhalo, no puedo mentirle más, no me ayudará.

—Me persiguen unas personas y... —me quedo pensando —y necesito llegar a Bulgaria, ahí encontraré las respuestas que necesito. ¿Qué dices? ¿Me ayudas?

—¿Si me despiden podré entrar al cuartel norte? —su respuesta me deja respirar de nuevo.

—No lo harán cuando explique todo, pero si, —pasa por mi lado y ve el detector desarmado —lo siento.

Empieza a armarlo de nuevo.

—Estos lectores de huella, aunque se desactiven mandan una alerta por fallo, hubieras tenido en menos de un minuto a cinco pugnators.

Pasa su huella para que podamos entrar al centro de operaciones de la pista, desde la ventana cuento tres aviones, de diferentes tamaños. Camina al centro de control y empieza a activar todo.

—¿Qué haces?

—Pido permisos, sin ellos nos puedes derribar al intentar salir, no te preocupes son rápidos —lo veo tecleando, moviendo el mousse. En menos de 2 minutos le llega el permiso —vamos.

Lo sigo por el almacén gigante y camina hacia el avión de en medio, es pequeño, pero nos servirá para viajar, así como tiene suficiente combustible.

Todo por ella (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora