Capítulo 21 °Inocentes

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Cuartel Norte. Alemania, Kiel.

Nina

Las personas en 2020 estaban aterradas con el nuevo virus que te mataba en días, en ese momento era una preocupación inevitable, todos intentando no contagiarse, encontrar la cura o el tratamiento. Esto no tuvo lugar hasta casi un año después, cuando ya muchos habían perdido seres queridos, yo tuve la dicha de no perder a nadie, realmente no había perdido a nadie hasta el día del accidente, ese día que he querido bloquear de mi mente y que hasta ahora no puedo hablar con Aaron. ¿Por qué se fue? Es una respuesta que aun no entiendo.

Sigo abrazada a él cuando salen los cirujanos dando buenas noticias sobre mi amiga, está estable, pero el tiempo que viene es crucial. La herida ha dañado órganos importantes que pueden generar una infección si no se tienen monitoreados, así que solo queda esperar. Mencionan que estarán pendientes de ella en todo momento y podemos descansar y volver en cuanto despierte.

De un momento a otro un peso desaparece, puedo volver a respirar sin dolor, el golpeteo en mi pecho se ha ido y me doy cuenta el miedo que tuve, hace años casi pierdo a Laila, y ahora estuve cerca nuevamente. Le pido a Aaron que me deje sola, tengo que arreglar unas cosas y no quería seguir con su compañía esperando el momento que se vuelva incómodo.

Suspiro cansada, dejándome caer en la silla frente a la computadora. Inmediatamente busco las cámaras del pasillo donde fue la explosión, ahora están inservibles, pero pueden darme un vistazo de lo que pasó antes. La grabación me muestra lo que hasta ahora ha dicho Lila, mi mejor amiga va al mando de la caminata, guiándola hacia ese cuarto, antes de abrir se voltea a hablar con Lila, intento leerle los labios porque no tiene sonido, pero no logro entender nada, intercambian palabras hasta que termina por abrir la puerta.

Espero unos minutos, nadie pasa por el pasillo, solo son ellas dos hasta que explota el detonador dentro del cuarto, y después todo negro. Mando una orden que vuelvan a instalar cámaras, necesito mantener todo vigilado. El ministro sigue sin responder y me dispongo a realizar el reporte sobre el accidente de Laila, solo espero que no vaya a tener repercusiones en su puesto, puede que quede inhabilitada por unas semanas.

Me avisan que las cámaras están listas, el humo se ha disipado y están sacando los escombros. Los pugnators son rápidos, más cuando se trata de trabajar en equipo. Por un momento parece que todo va a bien, está saliendo todo bien. Me fijo en la hora y es de madrugada, así que me muevo al sillón, solo quiero descansar un poco, no creo que haya algo malo en eso. Me planteo visitar a Laila, pero debe descansar y yo igual. El sillón es cómodo, hay demasiado silencio hasta que no.

—Nina.

Una voz me hace abrir los ojos de un tirón, me ha asustado. Nico, está agitado y tiene un gesto preocupado.

—¿Qué pasa?

No logra responderme, entra Neal dando pasos fuertes, sus ojos me indican que algo no está bien. Me levanto de un salto y antes que pueda hablar, me detiene lo que sale de la boca de Nico.

—¿Qué? —logró articular después de lo que dice y siento un peso en mi pecho.

—Los explosivos —repite y junta los labios en un gesto —el último cayó en un área habitada y todos murieron...—continúa hablando, pero soy incapaz de seguir escuchando. ¿Área habitada?

Todo a mi alrededor da vueltas y logro recargarme en la mesa. Escucho a lo lejos mi nombre y cómo empiezan a discutir, no levanto la vista y me centro en mi respiración. Entre sus palabras escucho que había una población, ¿población en las afueras? Esa zona es casi inhabitable, ¿cómo es posible que vivieran personas ahí?

Todo por ella (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora