España. Antes de la crio.
Nina
Suelto la prueba cuando veo el resultado, esto no puede estar jodidamente pasando, no. Alzo la vista y veo mi reflejo en el espejo, me veo cansada y podría decir que derrotada, abro la llave para mojarme las manos y salpicarme agua en el rostro, necesito despertar.
—Nina —tocan la puerta del baño.
—Un momento —paso la toalla por mi cara y tomo la prueba para guardarla en mi bolso nuevamente.
Abro la puerta topándome con Fernanda, detalla mi cara y espero a que no se de cuenta, así que sonrío levemente.
—¿Pasa algo? —frunce el ceño.
—No, solo estoy cansada —le resto importancia con mi gesto.
—Ya casi terminamos el ensayo —me toma del hombro apretándolo levemente.
Asiento saliendo del baño para darle paso a ella. Busco con la mirada por todo el recinto, veo a todos mis amigos ensayando y practicando las coreografías. Suspiro cuando escucho mi nombre, me acerco con Miranda y Antonio.
—Haremos la escena de las piruetas —reprimo un gesto cuando me doy cuenta de que tengo que ponerme de cabeza y saltar. Miranda espera mi respuesta, asiento mientras dejo mi bolsa cerca.
—Me falta la última —indico cuando termino de calentar.
—Le diremos a Aaron que nos ayude —escuchar su nombre me hace detenerme por unos segundos.
—Igual con Aitor —agrega Antonio.
No volteo a verlos mientras termino los ejercicios, me empieza a pulsar la sien cuando me agacho, el jodido dolor de cabeza. Nos encontramos ensayando en un nuevo recinto para una presentación, en España ven el arte como lo que es y los ensayos son exhaustos.
Tomo impulso para hacer la vuelta de carro, termino haciendo dos vueltas seguidas y a la tercera no logro seguir con el equilibrio debido al mareo y caigo de lado. Suelto un quejido cuando un dolor se instala en mi cadera del lado derecho debido al golpe con el piso.
—Nina —increpa Miranda asustada —¿estás bien?
—Santo madrazo —suelta Antonio, me reiría por lo que dice si la cabeza no me dejara de dar vueltas.
Unas manos me intentan levantar, pero me quejo, no abro los ojos, pero siento su presencia, sus manos y su fragancia entra por mis fosas nasales. Podría reconocerlo aún sin verlo.
—¿Dónde te lastimaste? —inquiere preocupado mientras sigo hecho un ovillo en el piso.
—Cadera —suelto adolorida.
—¿Cómo fue que te caíste? Ibas súper bien —escucho a Miranda.
Ruedo con mi cuerpo para ponerme boca arriba y abro los ojos, encontrándome con dos orbes grises que pueden confundirse con el azul del mar cuando hay una tormenta. Difuso.
—Me mareé —noto a Fernanda viéndome y casi siento que me lee la mente. Aaron se inclina.
—No has desayunado bien —me acaricia la mejilla antes de levantarme con cuidado.
—Desayunamos lo de siempre —contesta Miranda —el licuado con proteína, jugo, huevos y pan.
—Puede ser una baja de presión, siéntate un rato —me acomoda Antonio en una silla y hago caso. Aaron sigue junto a mí mientras acaricia mi cabello distraído.
—Sigan ensayando —añado —yo voy a estar bien.
Todos asienten diciéndome que cualquier cosa les avise. Veo a la directora llegar para ver los ensayos, y me pregunto si pararme o no, realmente no me siento bien, en cualquier minuto puedo devolver el desayuno.
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Todo por ella (1)
خيال علميNina Meyer tiene como objetivo ser la mejor líder en su cuartel después de la devastación en el mundo, sin embargo, no tiene idea de lo que se avecina cuando se reencuentra con unos ojos grises muy característicos de su antigua vida. "El comienzo de...