Solo tú [Solitarios#1] [Completa]

•Capítulo 6 (II Parte)•

Matemáticas, la peor asignatura de todas, realmente admiro a las personas que se les dan bien y lo entienden, yo me perdí en el momento en el que añadieron letras. ¿No sé supone que las matemáticas son la ciencia de los números? Entonces, ¿por qué hay letras? No sé, lo único que sé es que me va a quedar suspensa este año como en todos los cursos anteriores.

Me pregunto quién hizo mi horario de este año. ¿A quién se le ocurre poner matemáticas un lunes a primera? Y eso no es lo peor, lo peor es que después tengo Física y Química, y Geografía e Historia. ¿Qué parte de voy a un bachiller de artes no han entendido? Soy una inútil, porque puedes decir, bueno, no se me dan bien las mates, pero por lo menos soy buena en las letras o viceversa, pero es que no sirvo ni para eso, no se me da bien nada. Por eso me metí a artes –cosa que tampoco se me da del todo bien- pero por lo menos tendría matemáticas simples.

El instituto siempre intenta que aprendamos y que sea un lugar de color rosa, con brilli-brilli y unicornios, o por lo menos eso intentan aparentar, pero en verdad el instituto lo único que hace es que te quieras cortar las venas, con color rosa, con brilli-brilli y unicornios, claro.

-Ayla Dubois, venga a dirección por favor. -Escucho como el altavoz me llama.

Genial, primera hora y ya me he metido en un lio. Voy a aprovechar ya que voy a dirección para quejarme de que me han puesto Física y Química en vez de Francés, esa es la única asignatura que se me da mínimamente bien. La razón de ello es, como dice mi apellido, soy francesa, bueno, mi padre lo era y me obligó desde pequeña a aprenderlo y a ir a un campamento en Toulouse todos los veranos hasta que alcancé los diez años.

Llegué a dirección y vi a la secretaria, Rosa, una mujer a la que todo el instituto odiaba, era la típica señora mayor que te critica por el mínimo detalle, era mayor, no sé cómo no se ha jubilado todavía, sinceramente, le haría un favor a todo el mundo.

-Buenos días, señorita Dubois. - Me saludó.

-De hecho, es Pusset, me lo cambié tras la muerte de mis padres. - Le corregí amablemente. Ese era el apellido de soltera de mi madre.

-Pero suena más bonito Dubois, más elegante, más francés.

-Suena francés porque es francés. - Remarqué el es. - Y le recuerdo que quien se llama así soy yo, no usted, así con todo mi respeto, cállese y llámeme por mi nombre correctamente. Gracias.

La mujer abrió la boca para reclamarme algo, pero ya sabía lo que iba a replicar así que puse los ojos en blanco y respondí sin necesidad de que ella emitiese ningún sonido.

-Mi tía, la cual es mi tutora legal, me lo ha permitido sin ninguna queja y a firmado todos los papeles de cambio de nombre por mí ya que soy menor de edad. Ahora, me gustaría que me cambiase dijese para que me han llamado la primera hora del curso.

-Hola señorita ¿Pusset? -Escuché la voz del director y me giré hacia él con una sonrisa de angelito.

-Niñata falsa. - Escuché que murmuraba Rosa, la ignoré completamente.

Muérete.

Marcos, el director era un señor muy humilde y amable, era joven y tengo que admitir que es atractivo, pero tampoco como para tener un crush en el cómo todas las chicas de este instituto. Qué asco. ¿Te imaginas tener relaciones con tu director? Me vomito.

-Sí, dígame, ¿para qué me llamaba exactamente?

-Sí, por favor, entre a mi despacho. - Me ofreció amablemente y eso hice, pero me paré de golpe en la puerta al ver la cabellera negra de quien se encontraba allí, pero no estaba solo, estaba con alguien más, un rubio que cuando se dio la vuelta pude apreciar su cara.