Los rayos del sol invaden la habitación, dándome en la cara, haciendo que me levante de una vez por todas. Ha sido una noche pesada, apenas pude dormir porque las pesadillas me volvieron a invadir, y, esta vez, París no estaba ahí.
Decidí ir a la habitación a hacer las paces con él, no quería seguir así, no en mi cumpleaños, pero para mi sorpresa, París no se encontraba ahí, bajé las escaleras, con la mano en el collar que me regaló, tampoco estaba en la cocina ni en el salón, y mucho menos en la librería. Di diez vueltas por toda la casa, hasta que acepté que había salido sin aviso.
Ni una nota, ni un mensaje, nada.
Me decidí por desayunar en la cocina y esperar hasta que llegase. Pasaron horas y él aún no llegaba, me estaba preocupando y por más que llamase no respondía, también llamé a Hugo y tampoco sabía nada de París.
Estaba en la piscina, hablando con Isa hasta que escuché como alguien abría la puerta. Me despedí de mi tía y fui corriendo a la entrada para asegurarme de que, efectivamente, París ya había vuelto.
- ¡¿Para que coño llevas un teléfono si no vas a contestar mis llamadas?!
- ¿Q-Qué? -Preguntó sin entender nada.
-¿Cómo qué «qué»? Llevas horas fuera sin aviso. ¿Dónde estabas? Me tenias preocupada, idiota.
-Estaba con Hugo. -Mintió.
-A mi no me mientas, París Santiago Ferreira.
-Perdón... Estaba... dando un paseo, para despejármelo. -Dudó, pero decidí ignorarlo.
-No vuelvas a irte por tanto tiempo sin avisar. -Le pedí.
-Lo siento.
Pusé los ojos en blanco y volví a la habitación donde estaba anteriormente. No quería ser dura con él, le quería mucho, y me dolía ser así con París, pero ciertas actitudes suyas no ayudaban.
- ¿Qué quieres hacer hoy? -Preguntó detrás mía.
-Me da igual. -Admití.
-Vale, entonces no te molestará que haga esto.
- ¿Hacer el qué?
Me di la vuelta para mirarlo, pero según lo hice, París me agarró por las piernas, como un saco de patatas y salió corriendo para, más tarde, tirarse en la piscina de la habitación conmigo.
- ¡Otra vez no! -Me quejé.
-Otra vez sí. -Rio.
Le salpiqué con el agua y él se hundió, me agarró de los tobillos y tiró hacia abajo, haciéndome una ahogadilla. Ambos reímos y estuvimos jugando por un tiempo más hasta que decidimos salir del agua porque París decía que había un sitio que quería enseñarme.
-Tenía pensado quedarnos aquí y ver alguna película o algo. -Comenté.
-No, hoy no, tengo algo que enseñarte y no puede esperar para mañana. Confía en mi.
Asentí y dejé que me vendase los ojos una vez ya estábamos listos para salir.
-Se me va a arruinar el maquillaje. -Me quejé.
-No se te va a arruinar nada. -Aseguró y pude imaginármelo poniendo los ojos en blanco.
El viaje en coche duró unos quince minutos. Todo el viaje, París mantuvo su mano en mi muslo desnudo, acariciándolo constantemente. Llevaba un vestido ajustado, corto blanco, que contrastaba con mi piel bronceada por el sol de todo el verano, junto con mis Converse negras y el pelo suelto, ya que me lo había planchado tras salir de la piscina.
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Solo tú [Solitarios#1] [Completa]
RomantikUna chica Dos chicos Un psiquiátrico Muchos traumas Y amor de sobra ¿Qué pasó con Ayla y París? ¿Y con Niko? ACLARACIÓN: Entiendo que no te guste la historia. Yo escribo porque a mi me entretiene y a la gente le gusta lo que escribo. Si esta histori...