•Capítulo 37•

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París

Hacían dos semanas que no hablaba con Ayla.

Me odiaba a mí mismo por haberle hablado así. ¿Qué problema había conmigo? Intentaron violarla y yo, en vez de estar ahí para ella, la llamé puta y me puse celoso por nada.

También me daba pena Niko -muy poca-, él había salvado a mi novia, y en vez de agradecérselo, le dejé sin labio.

Había intentando disculparme con ella varias veces, pero cada vez que iba a su casa, abría la puerta, me miraba por dos segundos y la volvía a cerrar. Cuando lo intentaba por mensaje era peor. Al principio me dejaba en visto, después ni los leía y ahora estoy bloqueado en todas partes.

Era obvio que estaba enfadada conmigo, y con todo el derecho del mundo lo estaba, había sido un idiota, con todas las letras, en mayúsculas y negrita.

Joder, ¿por qué me comporté así? No duramos juntos ni una semana por mis putos celos. ¿Por qué los tengo?

Lo peor es que ella me avisó, hombre si lo hizo, y conociendo a esa chica, difícil sería que me perdonase por lo que le hice

No sé que hacer para que me perdone, no me quiere escuchar, y no le puedo comprar nada porque para ella eso es ¿manipulación? ¿que la estoy comprando? Realmente no es esa mi idea, simplemente no se otra forma de pedir perdón. Nunca necesité hacerlo. Si a alguien no le gustaba mi comportamiento, le mandaba a la mierda. No puedo hacer eso con Ayla. Ella es mi novia, bueno era, o no sé, por qué tampoco sé cual es nuestra relación actual.

También intenté comunicarme con Sam. Mi hermana y Ayla son bastante cercanas, pensaba que seguramente Sammy me ayudaría a arreglar las cosas con la otra chica, pero, al parecer, Ayla le contó todo y ni ella ni Sam quieren saber nada de mi.

"Te reventaría la cara si te tuviese en frente." Palabras textuales de mi hermana pequeña cuando la llamé.

Estoy tumbado en mi cama, lanzando una pelota al aire y agarrándola para volver a lanzarla, pensando que puedo hacer para, por lo menos, poder mantener una conversación con Ayla.

De repente, escucho cómo alguien llama a la puerta, esperando permiso para pasar. La otra persona no deja responder porque entra sin pensárselo dos veces, solo por ese gesto ya sé de quien se trata.

- ¿Qué quieres, Karla?

-Eres un imbécil. -Suelta mientras se cruza le brazos.

-Gracias, no me había dado cuenta. -Rodé los ojos. Karla no sabía lo que había pasado entre Ayla y yo, solo que habíamos discutido.

- ¿Cómo puedes decirlo eso a Ayla?

-Ya veo que has hablado con tu querida hermanita.

-No, he hablado con Ayla, personalmente.

Al escuchar eso, me levanté de golpe.

- ¿Qué?

-Me la encontré cuando fui a visitar a Sam. Me lo ha contado todo.

-Genial, no quiere hablar conmigo pero si contigo cuando solo te ha visto dos veces. -Murmuré mientras me volvía a tirar en la cama.

-Te reventaría la cara ahora mismo.

Qué no se note que son hermanas.

-Adelante, me lo merezco.

-Sí, mucho. Eres un imbécil, y dime, ¿cómo tu estúpido cerebro va a solucionar esto?

- ¡No lo sé! Y tú en vez de estar insultándome cosas que ya sé que soy, podrías ayudarme a pensar algo. -Me quejé.

-¿Yo? -Rió- Ese es tu problema, no el mío.

Solo tú [Solitarios#1] [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora