•Capítulo 5•

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Holis Bonis,

Voy a daros una noticia que creo (y espero) que os va a hacer felices.

Voy a INTENTAR publicar doble actualización dos veces a la semana. O sea, Cuatro capítulos por semana. :)

Y en verano, cuanto tenga mucho más tiempo para escribir, supongo que publicaré más <3

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El sol en la cara era una de las mejores sensaciones del mundo. Estaba tumbada en una de las tumbonas de mi jardín, tomando el sol mientras Noelia estaba ya en el agua y Niko estaba en nosédonde en mi casa. Había avisado a mi tía Isa que íbamos a venir, pero me dijo que ella no iba a estar en casa porque tenía que hacer una cosa para el trabajo. Básicamente, teníamos la casa sola para nosotros todo el día.

Llevaba puesto un bikini negro con una abertura trasera preciosa, siempre me ponía este bikini porque es con el que mejor me veo, me siento muy sexy con el puesto, así que no voy a perder oportunidad de ponérmelo, aún más si alguien me va a estar viendo. También tenía puestas unas gafas de sol negras rectangulares.

Me pregunto dónde se encontraba Niko, se suponía que iba a ir al baño a ponerse el bañador, pero ya había pasado un buen rato desde entonces. Como haya entrado a mi cuarto sin mi permiso, te juro que mato al chico.

-Voy a buscar a tu hermano- Avisé a Noelia. - que al parecer se ha perdido en mi mansión. -Ironicé.

Mi amiga afirmó con la cabeza y siguió nadando.

Mi casa no es tan grande como para perderse, se componía de tres pisos de cien metros cuadrados cada uno aproximadamente, tenía tres habitaciones y cinco cuartos de baños, si os digo la verdad, no sé por qué tiene tantos. Luego, arriba del todo, estaba el desván, el cual hacía años que no subía.

Primero fui al baño de invitados de la planta baja, la puerta estaba cerrada, así que llamé por si acaso, pero nadie respondía, abrí la puerta, y como me imaginaba, nadie se encontraba allí. Subí al piso de arriba. Fui al cuarto de baño de invitados de arriba, tampoco, fui al cuarto de mi tía, tampoco, ¿dónde narices se había metido este niño? La siguiente puerta era la del antiguo cuarto de mis padres. Rezaba a Diosito que no estuviese ahí, no podría. Solté un suspiro de alivio al ver que no se encontraba ahí, menos mal. El último cuarto era el mío. Ay no, no tenía nada que esconder, pero no me gusta que la gente entre en mi habitación, pedía que por lo menos no estuviese mirando mis cosas y que no encontrase...

Mierda.

Mi diario

Lo había olvidado, lo había dejado en mi escritorio ayer antes de salir de casa, me olvidé de esconderlo. Si Niko lo leía sabría todo de mí. TODO. Cosas que ni yo misma me acuerdo haber escrito.

Todos los días, -o casi todos- escribo mi vida en esa libreta porque el psicólogo del colegio me lo recomendó cuando era pequeña. He de admitir que es muy bueno para liberarse un poco de tus emociones y también poner verde a la gente que te cae mal. El problema era que no solo hablaba mal de la gente en ese cuaderno, sino que también hablaba de mis emociones e inseguridades. No me gusta abrirme tanto a la gente porque al final del día no sabes lo que te pueden hacer con esa información para destruirte, nunca cuento del todo como me siento, ni a mi tía, ni a Noelia, ni a nadie, solo lo escribo en ese diario y hoy no sería el día en que Niko lo averiguaría. Ni hoy, ni nunca. Eso no era lo peor de todo, sino que ahí escribí todo, con lujos de detalles sobre las discusiones de mis padres y el accidente.

Quería confiar en Niko de que no lo leería, que cuando viese que era mi diario lo dejaría de lado, o ni siquiera se fijase él. Mi madre y mi tía siempre respetaron ese lado mío de privacidad y se lo agradezco, mi padre en cambio... él no fue de la misma manera. Un día, me obligó a leerlo delante de él, en voz alta, porque pensaba que tenía novio y no confiaba en mí porque decía que era una escoria y un aborto fallido y que no merecía privacidad ya que él me daba techo, ropa, agua y comida todos los días y eso era suficiente para mí, que no merecía más. Solo con pensarlo se me ponen los pelos de punta. Aún recuerdo el día y la página que me obligó leer y después de esto arrancarla y comérmela. Aprovechó para hacerlo cuando mamá estaba en el trabajo para que nadie pudiese impedirle hacerme su tortura.

Solo tú [Solitarios#1] [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora