Capítulo 4.

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Ese fin de semana Xiao fue a cambiar un par de regalos "de pésimo gusto" acompañado de SeHun de quien no se despegó ni un momento. Se la pasaron viendo películas, despreocupados de la vida o al menos creían que no preocupaban a nadie... Stefan los iba siguiendo y les iba tomando fotografías.


Cuando por fin terminó el fin de semana SeHun y Xiao se despidieron pues SeHun tenía que regresar a Inglaterra a continuar con sus estudios, ésta despedida fue diferente por primera vez Xiao se sentía ansioso al separarse de él.


"¿Lo comienzo a ver diferente?, no creo lo más seguro es que necesite más dosis de mi medicamento, ¿o no?".


–¿Qué te pasa Zhan?, estás muy distraído –preguntó SeHun tocándolo del hombro.

–Responde algo sinceramente, ¿puedes?

–Adelante, dispara pequeño Zhan –le respondió SeHun con una sonrisa.

Xiao comenzó a hablar nervioso. –Este... mm... mis feromonas... ¿las hueles?


SeHun comenzó a captar hacia donde iba Xiao. –Huelo algo –se acercó al cuello de Xiao y lo acarició con su nariz suavemente –Algo dulce... –dejó un suave beso y observó que el pelinegro se quedo quieto cerrando los ojos –Delicioso, Zhan es delicioso.


El cuerpo de Xiao se estremeció al sentir la respiración profunda de SeHun y sin dudarlo rodeó el cuello de éste con sus manos buscando sus labios con desesperación. Con una mirada cómplice se adentraron al auto de SeHun antes de llegar a la mansión de los Xiao para dejarles a su inmaculado hijito.

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–¿Y bien?, ¿qué lograste investigar del tonto Zhan?

Stefan le entregó las fotografías a YiBo. –No mucho, es el típico chico de preparatoria no entiendo tu obsesión por él.


YiBo pasó fotografía tras fotografía esperando encontrar algo turbio pero no... lo único que encontró fueron sonrisas tontas y una fotografía de ambos entrando con desesperación al convertible de SeHun rompiendo esa fotografía al instante.


–¿Y rompes esa foto por? –preguntó con curiosidad Stefan.

–Es obvio, si rompo esa relación Xiao caerá en tristeza y mi venganza será exitosa.


–Si tu dices...

–¿Qué insinúas Stefan?


Stefan negó con la cabeza. –El chico no te ha hecho nada, mejor enfócate en tus estudios. Ya casi terminas la escuela y tendrás cientos de omegas a tu disposición deja de obsesionarte con un alfa que ni te mira.

–Lo haces sonar como si el idiota me gustara.


–No es mi culpa, ¿te has escuchado hablar de él?

YiBo gruñó e hizo un puchero antes de hablar. –Eres una persona muy honesta Stefan, prométeme que siempre serás así conmigo.

–Sólo si no me despides...


Ambos bromearon un poco antes de que fuera la hora de dormir.

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