𝕮𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔 𝟒𝟐

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-Buenos días-Oigo una voz feliz y noto unos labios en mi mejilla.
-Mmm-Hago un ruido con la boca girándome para que me deje en paz.
-Dormilona-Susurra en mi oído y noto ahora los besos en mi cuello-Venga, arriba amor, hay cosas que hacer.

Me giro mirándole con una sonrisa, ya está vestido. Él sonríe y baja su mirada por mi cuerpo.

-Fred-Le regaño y me tapo con las sábanas.
-No hay nada ahí que no me sepa de memoria-Dice con una sonrisa y le miro mal.

Se pone de rodillas en la cama para después tumbarse rodeando mi cintura con sus brazos y apoyando su cabeza en mi pecho.

Sonrío y le acaricio el pelo despacio. Él ronronea como un gato y aprieta más su agarre en mi cintura.

-Me tengo que levantar-Le digo después de mirar la hora y él hace un ruido quejandose-Venga, que me tengo que duchar y vestir.

Él se levanta refunfuñando y me mira divertido cuando me levanto envolviendo las sábanas en mi cuerpo.

-¡A la ducha!-Grita tirando de la sabana para quitármela y darme una nalgada.
-¡Weasley!-Me quejó sonrojada y corro al baño.

Cierro la puerta detrás mío mientras le oigo reírse y sonrío negando con la cabeza.

Me ducho y salgo envuelta con la toalla, cojo el vestido que estaba colgado en una percha que colgaba del mango del armario para que no se arrugara.

-¿Me lo abrochas?-Le pregunto a Fred dándole la espalda.

Oigo sus pasos y me da un escalofrío cuando recorre mi espalda con sus dedos. Sube la cremallera despacio y deja un beso en mi hombro.

-Estás preciosa-Susurra abrazándome por los hombros.
-Tú estás guapísimo, Fred-Le digo girándome y pasando mis brazos por su cintura.
-Bajemos, mi padre necesita ayuda con la carpa-Dice dejando un beso en mi cabeza y asiento.

Bajamos de la mano por las escaleras y me río cuando veo a George beber de una taza.

-¿Por qué tienes un cepillo de dientes en la oreja?-Le pregunto divertida y me mira confundido.
-La pregunta es, ¿por qué tu no?-Pregunta haciéndose el interesante y me guiña un ojo.
-Anda, vamos-Dice Fred tirando de mi hacia la puerta y George viene detrás nuestro.

Saco mi varita viendo a Arthur, Ron, Charlie, Bill y Hagrid teniendo problemas y apuntó a la carpa junto a Fred y George.

-¿Cómo queda por ahí?-Pregunta Arthur gritando.
-¡Bien!-Grito respondiéndole.
-¡Perfecto!-Grita Fred también.
-Maldita sea, ¿qué hace aquí el ministro de magia?-Oigo decir a George y me giro mirando al hombre de pelo largo venir hacia nosotros.

[...]

-¿A qué se debe el placer, ministro?-Le pregunta Harry cuando entra a la cocina.
-Creo que ambos sabemos la respuesta a esa pregunta, señor Potter-Le responde Scrimgeour-Tal vez quieran sentarse-Diceny señaló el salón con mi mano.

Harry, Ron, Hermione y yo nos sentamos en el sofá mirándole.

-¿Y eso es?-Pregunta Harry viendo la bolsa de cuero que ha dejado el ministro en la mesa delante nuestro.

El ministro saca también un pergamino de su cartera y lo estiende flotando delante suyo.

-He aquí la última voluntad y testamento de Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore-Lee el ministro el pergamino-Primero, a Ronald Billius Weasley, lego mi desiluminador, un artilugio de mi propia invención-Miramos como deshace el nudo de la bolsa de cuero-Con la esperanza, de que cuando todo parezca oscuro, le aporte luz-Le da el aparato.
-¿Dumbledore me ha dejado esto?-Pregunta Ron confundido.
-Si-Responde el ministro.
-Qué pasada-Dice Ron mirando el desiluminador en su mano-¿Cómo funciona?

El ministro abre y cierra la boca, no lo sabe. Ron aprieta un botón y las luces de dos lamparas que estaba encendidas vuelan hasta el aparato. Vuelve a pulsar el botón y las luces vuelve a sus lámparas.

-Aluzinante-Dice Ron mirándolo.
-A Hermione Gin Granger-Sigue leyendo el pergamino el ministro-Legó mi ejemplar de los cuentos de Beedle el Barbo con la esperanza de que lo encuentre entretenido e instructivo.

Hermione coje el libro con el ceño fruncido.

-Mama me leía esos cuentos-Habla Ron mirando el libro con una sonrisa-El mago y el gato saltarín, Babbitty Rabbitty y su Cepa Carcajeante-Se ríe y todos le miramos serios-Venga ya, Babbitty el conejito-Explica pero seguimos serios-¿No?
-A Hydra Phoenix Black-Me mira-Lego mi varita de 18 centímetros, de roble con fibra de corazón de dragón-Trago saliva y cojo la varita sabiendo que no es la de Dumbledore-Esperando que le de una buena utilidad y la guarde siempre con ella.

Miro la varita en mis manos y sonrió recordando a mi padre.

-A Harry James Potter-Vuelve a hablar el ministro mirando ahora a Harry-Le lego la Snitch que atrapó en su primer partido de Quidditch, en recuerdo de las compensas que se obtienen mediante la perseverancia...-Desenvuelve la Snitch-Y la destreza-Se la da a Harry que la coje con una sonrisa.

El ministro mira la Snitch como esperando algo, pero nada ocurre y suspira.

-¿Eso es todo?-Le pregunta Harry al ministro.
-No todo-Respond el ministro mirándole-Dumbledore, te dejo un segundo legado-Explica-La espada de Godric Gryffindor, por desgracia, Dumbledore, no podía disponer de esa espada a su gusto-Hace una mueca-Puesto que es una importante joya histórica y como tal pertenece a...-Le interrumpo.
-A Harry-Digo sería mirando al ministro que me mira con el ceño fruncido.
-Pertenece a Harry-Me da la razón Hermione-Se le presentó cuando más la necesitaba en la cámara de los secretos.
-La espada puede presentarse ante cualquier miembro de Gryffindor, pero eso no la convierte en propiedad exclusiva de dicho mago-Intentan explicar el ministro-Sea como sea el actual paradero de la espada se desconoce.
-¿Disculpe?-Pregunta Harry confundido.
-La espada ha desaparecido-Responde el ministro mirándole-No se lo que se traerá entre manos, señor Potter-Miro a Harry con el ceo fruncido-Pero no puede librar esta batalla solo, él es demasiado fuerte.

Hydra Black (Fred Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora