Capítulo 21

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 —Eri-chan— Murmuró la joven mirando a la pequeña niña de ojos rubí y cabellos albinos. La pequeña asintió al escuchar su nombre, levemente confundida de por qué la voz de la joven había sido tan temblorosa y cortada. Shi sonrió. Era una de esas sonrisas tenues, de alivio y alegría, tan pequeña que apenas era perceptible, pero tan real que derretiría el corazón de quien sea que se acercara a ella. Fukui se sentó al lado de la cama de la pequeña, tomando su manita con delicadeza. Entonces recargó su cabeza en esta y comenzó a llorar. Lloro y lloro hasta que sus ojos se irritarón y su nariz se puso roja... Y, la pequeña, sin saber exactamente por qué comenzó a llorar con ella. Comenzó a sollozar con ella. Comenzó a derramar tantas lágrimas como ella. —Tú eres como yo.— Dijo la joven entre sollozos, y, sin ningún tipo de aviso previo, sostuvo a la pequeña niña entre sus brazos de manera maternal, apegándola a su pecho. Eri únicamente abrió sus ojos como platos levemente asustada. Era extraño. Ella la tomaba con fuerza, pero no la estaba tocando de una manera desagradable, era más como un tacto cálido y protector.

—Voy a volver a salir de los dormitorios. Haré patrullaje con ustedes. Todo. Lo haré todo, pero nunca quiero volverle a decir a nadie "Eres como yo", y mucho menos a una niña.— Dijo la joven volteando a ver al héroe presente: Aizawa-Sensei. Él hombre se había sorprendido ante esto, no solo debido a la gran iniciativa que tuvo la joven, y las nulas palabras que habían sido requeridas, sino debido a la tranquilidad que se veía en los ojos de la pequeña niña. Eri, aun sin entender lo que sucedía, devolvió el abrazo. No sabía lo que un abrazo significaba, pero se sentía agradable.

[...]

—Eri-Chan estará aislada por un par de días debido a su kosei— Dijo Aizawa-Sensei. Izuku asintió. Realmente no estaba prestando su completa atención, después de todo, ¿cómo podría? Shi había dormido con la pequeña entre sus brazos. Habían creado una conexión instantánea, y, aunque eso no sea específicamente bueno, tampoco es algo malo. Tal vez Eri-Chan sea la verdadera heroína aquí, después de todo, le había dado una razón a Shi-Chan para salir finalmente de los dormitorios e intentar probar su valor. Eso es lo que hace un héroe: inspirar a los demás a actuar.

Por otra parte, sería beneficioso para Eri-Chan el recibir cariño y protección de una chica. Aún más tratándose de Shi-chan, la joven más encantadora y cariñosa de la Yuuei. Bueno, no podía decir que era cariñosa porque solo demostraba esa faceta con él, sino porque era muy cálida. Eso sonó aún peor. Su cariño se sentía realmente agradable. Dios santo, ¿por qué cada cosa que pensaba sonaba aún peor que la anterior?

Lo único que quería decir es que Shi-Chan era buena amando. No es como si lo amara a él, no aún--¡DIGO! NO ES COMO SI LO VAYA A AMAR EN ALGÚN MOMENTO.

Dios santo, ¿A quién engañamos? Izuku ya había caído de cara por la chica. Ya no podía imaginarse cómo eran las mañanas antes de que fuera recibido por una cálida sonrisa y un beso. Ni cómo eran las tardes antes de que la voz de la joven rompiera el silencio de sus estudios para preguntarle la función de alguna cosa, como resolver un problema o cómo leer un kanji. Ni siquiera podía recordar cómo eran las noches antes de que los cálidos brazos de la joven lo rodearan, abrazándolo como si fueran una pareja en esas películas románticas y acariciando su cuero cabelludo con calma y paciencia.

Maldita Hikari-Sempai, ella sabía perfectamente de qué hablaba.

El punto de todo esto es que Eri-Chan se merecía ese cariño que Fukui-Chan sabia ofrecer a la perfección. La protección que se sentía en los brazos de la joven era real, y ahora, cuando ambas chicas estaban abrazadas entre sí, entregándose por completo a los brazos de Morfeo, eso también era real. El sentimiento que hacía que su corazón comenzará a acelerarse cada vez que veía a la joven... Eso también era muy real. Tan real que comenzaba a preocuparse.

Estaba preocupado de que Shi saliera dañada en algún momento y que él no supiera qué hacer ni cómo controlarse.

—Puedes irte a la Yuuei, yo me encargare de ambas por ahora. Tienes que ir con LeMillion y Nighteye para reportar el incidente.—

[...]

Izuku, incluso a esta hora de la madrugada—las dos de la mañana para ser precisos—, no podía sacarse de la mente como Shi lloraba. Sus lágrimas caían como la lluvia hasta el piso. Era tan bonita incluso llorando, pero le dolía saber que la joven de cabellos albinos se sintió tan identificada con una pequeña que tuvo una niñez tan miserable. La niña no dió ninguna objeción cuando Shi la sostuvo, tomándola posesivamente mientras seguía llorando. Eri no reaccionó de una mala manera, como cualquiera esperaría, ella solamente se dejó abrazar. Dejó que Shi soltara cuantas lágrimas necesitaba soltar y finalmente terminaron durmiendo exhaustas emocionalmente.

Izuku no sabia porque, pero Shi se sentía culpable por lo que le paso a Eri-Chan.

"Te voy a proteger. Te lo prometo." Repetía la joven entre murmullos, pero ¿por qué? Tal vez se identificaba mucho con la joven, pero ¿hasta qué punto?

—Shi-Chan— Comenzó el joven, la chica soltó un leve gruñido, apretando aún más su agarre al chico. Cabe mencionar, que ambos estaban acostados a punto de dormir, y, como siempre, Shi estaba tomando posesivamente a Izuku, pegando la cara de este a su pecho mientras ella recargaba su rostro sobre su esponjado cabello verdoso. —¿Por qué actuaste así?— Preguntó Izuku, levantando la mirada intentando que sus ojos esmeralda se encontrarán con los de la contraria.

La chica suspiró y abrazó aún más fuerte al chico, cerrando sus ojos e intentando encontrar un poco de calma con la calidez de Midoriya. El chico se dejó ser. No iba a combatir contra un tacto tan cálido y agradable, y, por el contrario, solamente respondió abrazando a la joven por la cintura.

—Ella es igual a mi. Ella es tan pequeña y frágil.— La joven se despegó del chico, se sentó en la cama y comenzó a hablar viendo a la nada. No estaba segura porque había cambiado de posición, zafándose del seguro y agradable abrazo de Izuku, pero de cualquier manera, estar sentada en la cama le hacía sentir que podía recordarlo todo. Casi toda su vida estuvo sentada. —Es una niña. ¿Cómo pudieron hacerle eso? ¿Cómo mierda pudieron hacerle algo así a una pequeña niña? ¿Cómo pudieron experimentar con ella? ¿Cómo pudieron mancharla con toda esa mierda?— La chica paró un momento, casi perdida en sus pensamientos y en sus palabras. Casi recordando todos los años en los que estuvo en ese agujero. Casi recordando cada una de las torturas que le habían hecho. Casi recordando cómo le habían quitado su dignidad, libertad y pureza. Casi recordando que había estado sola por años y años. Casi recordando como las manos de—Cómo todo había pasado.

Después de decir sus siguientes palabras en un murmullo seco y realmente quebrado, la joven se levantó de la cama, y, antes de que Izuku pudiera finamente comprender lo que la joven había dicho con claridad, Shi se había ido de la habitación.

—¿Cómo pudieron tocarla?— 

Ansiedad -- Midoriya Izuku × OCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora