Capítulo 15

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—Relajate, yo estoy aquí— Hablo él chico entre susurros. Su voz, ronca y calmada tan cercana a su oído, hizo que a Fukui se le erizará la piel. Las manos del chico rodeandola, y pasando por su espalda lentamente intentando traerla de vuelta al mundo real le daban la seguridad que, por el momento, no lograba encontrar dentro de ella misma. La chica aspiraba la colonia del contrario, mientras escuchaba perfectamente como su corazón latía incesantemente. 

—¿Crees que lo hice bien?—

—Lo hiciste más que bien— Respondió el chico sonriendo de manera amigable.

Si. Izuku Midoriya no era de esos chicos valientes y fuertes que se ven en las películas, al contrario, él era reconocido por esa ansiedad y timidez que lo caracterizaba, pero, cuando era necesario, él podía ser el chico más confiado y valiente que cualquiera podría alguna vez conocer.

[...]

—Entonces, ¿qué hay del té?— Pregunto la chica mientras miraba a la rata frente a ella, a lo que él contrario solamente mantuvo su sonrisa y negó con la cabeza. Era extraño tener como figura de autoridad a una pequeña rata de pelaje blanco con una cicatriz en la cara, pero eso es lo que había por ahora.   

—Realmente era una excusa para llevarte a comprar las cosas que necesites para sobrevivir antes de que logres convertirte en una heroína. Sabemos que saliste del hospital sin nada, y no puede estar usando la ropa del joven Midoriya todos los días.— Respondió la pequeña rata, la cual estaba parada en el hombro del mejor héroe del mundo actual, Enji Todoroki, quien, por el momento, tenía cara de pocos amigos. Aún podía recordar que cuando apenas era una niña y le hablaban del héroe de llamas siempre decían que era muy centrado en su trabajo, y eso se notaba ahora que lo veía en persona. Se veía tan imponente que incluso comenzaba a ponerla nerviosa. 

—¿Por qué no?— Pregunto la chica mientras desviaba sus hermosos ojos verdes hacia un lado. No estaba deseosa de irse de su zona segura, en donde no debería interactuar con extraños, y donde los villanos ya no podrían encontrarla, o por lo menos, no podrían atacar tan fácilmente. No estaba deseosa por dañar aún más su retina por la luz, y mucho menos salir al peligro del mundo exterior.

—Sabemos que no desea salir de las instalaciones, y por eso llevará su propia escolta personal.— Volvió a hablar él director de las instalaciones, a lo que la chica lo vio a sus ojos de roedor aún no muy segura de sus decisiones. Debería de salir en algún momento, pero aún no estaba completamente preparada.  

—¿No cree que es demasiada atención para una sola chica?— Cuestionó la contraria. Diria todo para no irse de las instalaciones, incluso usaría los sentimientos de culpa que tendría cualquier adulto al darle favoritismo a un solo alumno, pero poco tardó esa idea debido a que Endeavor decidió abrir la boca. 

—Eres una chica que tiene información respecto a la liga de villanos. Deberías de tener una escolta cada vez que salgas de las instalaciones. — Respondió Enji, quien aparentemente será su escolta por este día de aventuras por la ciudad. “¿por qué no pudo mantener su boca cerrada señor de llamas?” Pensó Fukui vagamente mientras aspiraba hondo.  

— Además, no necesitas vernos como una autoridad o nada como eso— Habló el héroe ya retirado. No entendía por qué Toshinori debería ir con ella, considerando que probablemente solo llame la atención y no sea capaz de ayudar en una crisis, pero su respeto y admiración por él no le permitió decir nada al respecto.   

—Estuve encerrada en la oscuridad nueve años. Creo que tengo el derecho de no estar ansiosa por salir de él primer lugar en el que me he sentido cómoda y protegida— Gruño Shi pensando por un segundo. Era verdad. Fueron años en los cuales no había logrado hacer lo que ella deseaba, y ya no planeaba vivir en terror. Debía de salir de aquel estado de terror. No podía simplemente asumir que todo estaba bien dentro de esas cuatro paredes y evitar salir el resto de su vida. La vida no es para desperdiciarla porque tienes miedo, es para vivirla como si cada día fuese el último, porque hay una probabilidad de que sea así.

No había porqué preocuparse.
[...]

La chica se sentía como un niño en una dulcería. Había tantos colores y olores nuevos, que, aunque dañarán sus ojos y abrumarán su nariz, le hacían pensar que correr el riesgo había valido la pena. Los ojos de la chica paseaban por las estanterías, y veían cada uno de los maniquíes emocionada por el simple pensamiento de que nunca había visto nada similar.

Prendas de distintas texturas, colores, precios y características.

—Ve y escoge algo que te guste.— Hablo Nezu, a lo que la contraria, sin ideas de que debería de escoger solamente comenzó a pensar y pensar. ¿qué tal si escogía algo que no le convenía? ¿Que tal se escoge mal?

[...]

—Te ves bien en lo que sea. Vámonos niña, tengo cosas que hacer. Mi compañía no se lidera sola— Respondió Enji irritado ante su simple pregunta de “¿se me ve bien?”. Fukui estaba probándose tantas cosas como podía, porque no deseaba tomar una decisión sin ver todas las cosas a su disposición.   

—Usted fue él que dijo que necesitaba una escolta para ir a comprar ropa, no yo. Si llevo guardaespaldas los usare a mi antojo, señor.— Habló la contraria, dejando por un momentos su ansiedad de lado. Sus ojos azules miraron al héroe profesional, quien por el momento solo gruñó. No podía decir nada en contra de eso, ya que él era él que la había obligado a salir de las instalaciones de la Yuuei con la excusa de su presencia. 

—Creo que se te ve mejor que los últimos dos.— Respondió la pequeña rata a lo que la contraria sonrió.

—¿Usted cree? ¿No se ven mis cicatrices?— Pregunto la chica felizmente. La pequeña rata negó con la cabeza haciendo que la chica volviera a sonreír.

Terriblemente para ambos adultos, no podían negar que la contraria estaba tan emocionada, que sería una pena irse, pero tampoco podían quedarse. El trato era comprarle los suficientes cambios para que logre sobrevivir y un teléfono. Eso era todo, y cuando lo cumplieran se irían.

Ansiedad -- Midoriya Izuku × OCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora