Entre suspiros y deseos sesenta y cuatro días de anhelos y pesadillas habían pasado por la ventana de aquel hospital. La impaciencia había comenzado a consumir tu mente mientras que cada día sin falta le preguntabas a la enfermera "¿Ya casi puedo salir?" llena de emoción y deseos. No eras alguien a quien se le podría considerar impaciente, pero el haber sido recluida de el mundo durante años las cosas habían cambiado dentro de ti y ahora lo único que querías hacer era sentir el sol tocar tu piel y el viento acariciar tus mejillas, la arena debajo de tus pies, y el agua recorrer tu piel. Eran demasiados los deseos dentro de tu alma para cumplirlos todos. Básicamente querías curar aquellas inmensas heridas por medio de las sensaciones las cuales invadirían tu ser al salir del hospital. Tal como si fueses un personaje de literatura gótica, estabas lista para explorar el mundo fuera de aquellas cuatro paredes blancas con olor a medicina y muerte.
—Señorita Kyoko, ¿sabe si saldré hoy?— Pregunto una tierna Shi con mucha mas fe y esperanza mientras miraba a la enfermera de piel morena y ojos color cafés, a lo que esta solamente sonrió y la miro comprensivamente. Era natural el que alguien que había tenido un expediente como ella estuviese así de ansioso por salir, pero no estaba segura si seria la mejor decisión en su estado. Shi tenia una serie de heridas demasiado serias para ser tomadas a la ligera, entre ellas tenia un agujero en los pies debido a quemaduras de tercer grado, por lo que la planta de su pie era casi inexistente, ademas de la serie de heridas internas causadas por químicos. Seguramente a un largo plazo la chica tendría muchas complicaciones medicas, por lo que como enfermera y opinión realista no era muy posible que saliera pronto.
—No, esperamos las respuestas del doctor en los exámenes que le hicimos hace un par de días, y el director de la Yuuei nos informo que vendría un doctor especializado para darle una opinión más profesional acerca de sus heridas, no estamos seguros aun de quien es pero seguro llegara pronto— Respondió la pobre enfermera. Lo único que Shi entendió de este mensaje tan alargado de parte de la contraria fue "Eso no sera pronto, y seguramente tendrás que hacerte exámenes el resto de tu triste vida" lo cual no era nada positivo, ni alentador, pero eso no le impediría disfrutar del mundo.
—Oh...— Dijo la pobre chica mientras bajaba la mirada, —De cualquier manera, gracias por decirme— Soltó mientras volvía a ver a la ventana. Se sentía triste, pero no por el hecho de no estar permitida en el mundo exterior, si no por el hecho de que no tenia nada en el mundo exterior que extrañar. Era un sentimiento estúpido, pero muy presente.
[Cambio de Narración]
¿Ustedes conocen ese sentimiento? Ya saben, me refiero... El extrañar algo que no esta presente. Anhelar tener algo que extrañar, y algo en que pensar. El sentirte vacía e infeliz debido a que no tienes nadie a quien extrañar. Alguna vez un sabio me dijo "Si no tienes nadie de quien sentirte orgulloso, no tienes nada por que sentirte feliz" Es una lógica simple. No quería aceptarlo, pero dentro de mi pecho siento que algo ahí afuera esta esperando por mi. Es algo que me llama y hace que mi corazón siga latiendo, y hace que me mantenga cuerda y viva dentro de estas cuatro paredes.
La enfermera al verme con aquel terrible animo me dio un pequeño trozo de pastel, seguramente en un intento de alejar aquella aura deprimente y pesada que estaba comenzando a rodearme. La mire un momento en un intento de transmitir mi agradecimiento con la mirada. Tome el plato y mire aquel postre. Pequeño y bien decorado. No tenia mucha hambre de nada, de hecho, mi apetito estaba comenzando a deteriorarse. Tome una gran bocanada de aire y por mero respeto comencé a comer.
En el momento en que la primera cucharada de pastel comenzó a deleitar mi paladar una tos se hizo presente en la habitación. Una señora siendo dirigida por un chico de cabellos rizados entro en la habitación. Cabe destacar que el pobre pecoso estaba algo nervioso, mientras que sonreía algo indispuesto a mantenerse en la habitación por mucho tiempo. Mientras tanto la señora de mayor edad solo me miro con mucha atención.
[Cambio de Narración]
—Ella es la chica que rescataron señorita Recovery— Hablo el chico. La hermosa joven solamente dirigió su mirada a la anciana la cual por el momento solamente mantenía una sonrisa amigable y una expresión de neutralidad. Midoriya se había ofrecido para guiar a Recovery Girl por el hospital e introducirla a la novedad de la Yuuei: La sobreviviente de la liga de villanos. El pecoso tenia una gran intriga respecto a la joven, por lo que quería hacer de todo con el único propósito de volverla a ver. Quería satisfacer sus dudas. Necesitaba conocerla mas.
—Gracias joven Midoriya, puedes sentarte ahí y esperar, o puedes irte— Dijo la mujer a lo que el joven asintió y opto por sentarse en una de las sillas tan incomodas de el hospital en el que estabas alojada.
—Mi nombre es Recovery Girl, soy un medico enviado por la Yuuei, ¿cuál es tu nombre?— Pregunto la mujer a lo que los ojos de la chica comenzaron a escanear a la anciana mientras tomaba una cucharada de el postre frente a ella y la ponía en su boca. Sintió el éxtasis que le provoco en su paladar para luego voltear sonriente a la señora.
—Mi nombre es Fukui Shi, ¿hay algo en lo que pueda ayudarlas? ¿All Might necesita algo? ¿Nezu quiere que haga algo?— Pregunto la chica completamente dispuesta a ayudar a los héroes que la habían visitado anteriormente. No podía sentirse demasiado emocionada al respecto, pero si era de ayuda eso seguramente la haría sentir mejor con ella misma, y le ayudaría a pensar que los pecados dentro de su alma serian lavados y desaparecerían en el aire.
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Ansiedad -- Midoriya Izuku × OC
FanfictionEn la vida no hay segundas oportunidades, solo hay un final. Después de una larga estadía en una habitacion sin lograr ver el sol, Fukui finalmente es encontrada. Finalmente encontrara el significado de su esfuerzo y sufrimiento, la pregunta aquí es...