Capítulo 2

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Los meses pasaron como años. Todo lo que pasaba cada dia te hacía pensar que estabas viviendo una eternidad, y no podias saber exactamente cuánto tiempo habías estado encerrada ahí. No podias estar ni siquiera segura de lo que la rutina diaria significaba. Los científicos entraban en alguna hora del día para hacer experimentos ya que un cuerpo como el tuyo era bastante útil para este tipo de trabajos. Después de aquella tortura química, Tomura o alguno de sus lacayos entraban a la habitacion y te hacia cualquier tipo de tortura por horas, de vez en cuando se quedaban ahí más de ocho horas haciendo cualquier tipo de daño físico y psicológico, en donde tu solamente podias sonreír y decirles "Yo saldré de aqui, y no como una bolsa de cadáver, tu solo espera, tu veras como lo hago" pero realmente tenías tanta esperanza de que eso pasara que últimamente solo te quedabas callada en un intento de que no se escuchara tu dolor. Más ego le darías a ellos si eso sucedía, y no planeabas dejar que eso pasara. Antes de que pudieras continuar con pensamientos deprimentes y completamente inútiles, una gran explosión resonó por cada pared del edificio. El techo dejó caer un poco de polvo, pero por alguna razón no te preocupaba aquel gran sonido.

—You get love for it, you get hate for it, you get nothing if you wait for it...— Murmurabas y cantabas sutilmente mientras sentías las lágrimas secas en tus mejillas. Aquellas mejillas rosadas tenían un ligero color morado el cual indicaba las magulladuras que los villanos le habían causado con la increíble cantidad de golpes que hace algunos días le habían dado. Por alguna razón, últimamente te habían dejado sola, disfrutando aquel olor a sangre y las agujas debajo de tus uñas. En los únicos momentos en los que alguien entraba a aquella habitación era solo una persona, y con el único propósito de alimentarte. Tenían tanto miedo de que escribieras algo con tu sangre que no te desataban por ninguna razón, ni siquiera para comer, Dabi tenía que entrar para darte de comer algo con las manos. Usualmente te daban solamente sopa y pan, otras veces Dabi se esforzaba más y te daba una galleta o algún postre dulce de un tamaño pequeño, incluso llegó algún día a darte un dango.

Por ahora solo te podias conformar con la paz momentánea que te habían dado en estos momentos. Siendo sincera estabas agradecida por el gran ajetreo que tenían ya que no habían podido hacerte nada en lo que lleva del día. Los minutos pasaban lentamente mientras que sentías como tu vida se acortaba a cada segundo, como si las cosas que estuvieran a tu alrededor absorbieran tu energía y vida. Era simplemente vacío. Era un vacío aterrador, era como si no haya nada. No había ninguna cosa a tu alrededor la cual pudiera hacerte sentir ahí, nada que te hiciera sentir... viva. Por alguna extraña razón, este sentimiento de vacío te había impactado como un martillo a una pared, causando una gran grieta en tu interior. No podias continuar así, debías de salir, TENÍAS que salir antes de volverte completamente loca, pero ¿cómo? ¿Cómo se suponía que deberías de escapar de aquellas cuatro paredes de acero? ¿Cómo podrías atacar a todos esos villanos? ¿Cómo ganarías en aquella condición tan deplorable en la que estabas? No lo sabías, pero todo valía el intento. Era como la canción que cantabas "Ganarás amor por ello, ganarás odio por ello, ganarás nada si esperas por ello" por lo que tenías que hacer algo.

Comenzaste a retorcerte tanto como podias ignorando el dolor de aquellas agujas, ignorando el dolor de aquellos golpes, ignorando el dolor de tu alma rota la cual por el momento se encontraba en el piso completamente destrozada. Después de unos momentos de aquellos bruscos movimientos tu silla cayó al piso, incluso cuando ignorabas el hecho de que podrían escucharte continuaste con aquellos movimientos en un intento de escapar, no sabías lo que sea que sucedía, pero por el momento las cosas estaban anormalmente silenciosas. Dejando de pensar en las cosas a tu alrededor tu solamente intentabas mientras seguías dando tu mayor esfuerzo para deshacerte de aquellas asfixiantes y pesadas cadenas las cuales te retenían como animal.

Después de mucho esfuerzo y energía consumida lograste romper aquellas cadenas con un par de alas las cuales hicieron tanta presión en la silla que la rompieron en dos. Las cadenas se deslizaron por tu cuerpo hasta llegar al piso mientras tu sentías aquel sentimiento de éxito invadir cada una de tus átomos. Sonreíste como si te hubieses ganado el premio nobel y sentiste como por primera vez en meses tus pies tocaban el frío piso por tu propia voluntad.

—¡Señor, escucho alguien más!—Escuchaste en los pasillos. Era una voz joven de un hombre, seguramente entre sus veinte. Sonreíste llena de euforia al sentir el frío del piso mientras te retorcías en este, pero a pesar de que estuvieras tan feliz de estar fuera de aquella silla estabas segura que no podrías de ninguna manera levantarte del piso. La razón de esto era el hecho de que encontraron un nuevo tipo de tortura en la que quemaban tus pies, por lo que, por ahora, la parte de abajo de tus pies era solo piel quemada, e incluso pensabas que podrías tener agujeros en las plantas de tus pies.

Intentaste quitarte las agujas de tus uñas, desde las de las manos hasta las de los pies, pero simplemente no podias moverte lo suficiente para lograr tu cometido... "Hazte a un lado, esto podría ser peligroso" Dijo alguien demandante fuera de aquella puerta. En ese momento una gran explosión resonó en las paredes de la habitacion de hierro. Ahí estaba eso, parado frente a ti, escaneando la habitacion con algo de duda y controversia de si entrar o no.

Ladeaste la cabeza en un intento de ver que se suponía que había entrado a la habitacion, y ahí estaba parado. Frente a la puerta viéndote. Cementoss. Había utilizado su koseii para abrir la puerta a lo que las lágrimas comenzaron a recorrer tus mejillas sintiendo como estabas tan aliviada de ver un héroe en este tiempo. Intentaste limpiarte la cara, pero al recordar las cosas debajo de tus uñas y pensar que podrías dañarte con ella preferiste mantenerte de aquella manera. En el piso impotente y completamente destrozada.

Alzaste tus brazos esperando a que el héroe te levantara del piso, deseando que por primera vez en años alguien te mostrara compasión y esperanza. Llena de sangre y heridas, el hombre se cuestionó un momento si levantarte seria lo mejor en el estado en el que estabas, por lo que solamente asintió y le habló a los paramédicos, los cuales no dudaron ningún momento si debían de llevarte al hospital o no. Solo te llevaron en una camilla hacia donde se suponía, serían capaz de curarte. La camilla se apresuraba por el edificio dañado, y de vez en cuando hablaban entre ellos acerca de tu estado.

En el momento en el que entraste a la ambulancia en aquella camilla pusieron una máscara en tu rostro y un olor dulce invadió tus sentidos. Tus párpados comenzaron a cerrarse pero tu determinación no podía dejarte descansar de aquella manera. Tenias demasiado miedo de que cuando despertases de el sueño que intentaban darte volvieses a despertar atada a aquella silla. Las lágrimas seguían recorriendo tus mejillas mientras solo sentías como tu pecho era estrujado sin la menor idea de que deberías de sentir en este momento.



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Ansiedad -- Midoriya Izuku × OCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora