El doctor Park miraba con detenimiento y seriedad los nuevos análisis de Minho. Durante los últimos meses había ido constantemente a sus chequeos y tomado todas sus medicinas con regularidad.
— Tú leucemia, tu leucemia no ha mejorado Minho. La primera parte de tu tratamiento no la seguiste debidamente y de acuerdo a tu evaluación, el medicamento no está dando algún efecto a tu sangre.
Minho jugaba nervioso con sus dedos mientras bajaba la mirada frustrado, asustado y enojado con sí mismo.
— ¿Cómo no ha funcionado? Sí he venido a mis chequeos, he comido sano, duermo bien.
— No durante tus primeros meses de tratamiento. Ha pasado casi un año y la cantidad de células malas en tu sangre y cuerpo han crecido, ha pesar de la quimioterapia tomada.
— Y que sugiere? — dijo Minho finalmente levantando la mirada. Había sido un completo idiota todo este tiempo con sí mismo, con sus amigos, con la gente que lo quería y cuidaba, especialmente con Jisung y no podía sentirse mas culpable.
Aquel chico era el único que no lo había abandonado. Lo acompañaba cuando podía al médico antes de comenzar a ocultarle todo, lo alentaba a ser saludable, había dejado de ir a fiestas y exigirle más a su cuerpo por él y solo por él. Ninguna de aquellas chicas que pasaron por sus manos y cama se habían preocupado por él, más que Jisung y él había sido un completo tonto agrediéndolo cada vez que podía, humillándolo.
— Me temo que comenzarás a recibir radiación, además de la quimioterapia inyectada. Tendrás que venir cada mes a recibirla y en una semana será tu primera sesión. Lo lamento.
Los ojos de Minho se abrieron por completo mientras sentía su mundo caerse sobre él a pedazos. Recibió todos los papeles necesarios para aquella cosa horrible que le harían a su cuerpo, saliendo desorbitado del centro médico.
Tenía miedo, mucho miedo. Razón por la cual había llamado llorando a su madre aquella misma tarde confesándoselos todo. La necesitaba, no quería asustar a Jisung así que debía tragarse todo aquel orgullo llamando a la mujer que alguna vez le dió la espalda, doliéndole en el alma saber que la única razón por la que estaría aquí era porque su hijo estaba muriendo lentamente cada día que pasaba.
No podía decírselo a Jisung, no aún por lo cual obligó a su madre a esconder ese horrible secreto. ¿Que diría el menor al ver que el esfuerzo temprano que hizo por que Minho estuviera bien se había ido a la basura. Lo odiaría seguramente, perdería a lo que más quería. Porque de alguna u otra forma y sin pensarlo, de la forma más incidente en la que surge el amor, Minho se había enamorado completamente de él
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Hoy era el gran día.
Aún recordaba las constantes peleas con su madre por el estilo de vida irresponsable que había tomado y ahora todo aquello le cobraba factura. Sus sudoraciones, dolores de cabeza y cuerpo eran horribles, aún aunque comiera todos los vegetales que Jisung le llevaba en ocasiones y platillos saludables que le enseñó a preparar, tomaba todas sus medicinas pero a pesar de que el doctor Park le dijera que estaba bien el no se sentía así. Aunque no lo quisiera necesitaba a su madre y Jisung le había dado aquellos ánimos para enfrentar su pasado. Estaba listo para verla después de vario tiempo lejos de su casa.
— No estés nervioso, seguramente se alegrará de verte – dijo Jisung sonriendo mientras caminaban juntos por el parque como solían hacerlo desde los últimos meses.
— Es, extraño supongo. Sé que es mi mamá y la amo, pero no lo sé – susurró llevándose su botella de agua a la boca nervioso ¿realmente hacía eso por extrañar a su madre, por Jisung o porque cada vez se sentía más moribundo? Posiblemente las dos ultimas debían ser las respuestas.
— Tranquilo, yo estaré aquí apoyándote.
— Lo sé, y realmente no sé cómo agradecértelo – dijo Minho sonriendo viendo al menor de forma cálida, logrando ruborizarlo.
— Deberíamos volver a casa, mamá dijo que ayudaría a preparar la comida para recibir a tu madre hoy.
El menor tomó su mano levantándolo haciendo que sus pechos chocaran por un momento riendo nervioso disculpándose. Minho se disculpó de la misma forma sintiéndose extraño debido a todo lo que había pasado en los últimos meses sobre la cercanía que tenía con Jisung.
Ambos caminaron juntos hasta la casa de Jisung, pasando la tarde ayudando a la madre de este para el gran recibimiento de la señora Lee. Había comida por montones, la casa de los Han estaba limpia y ordenada nada como de costumbre, realmente era un ambiente acogedor y familiar, cosa que Minho envidiaba y agradecía que por un pequeño momento de su vida Han y su madre lo hayan recibido con ellos sin juzgar, como quizá el lo habría hecho con Jisung en el pasado. Pero ya no más.
— Creo que ya viene – dijo Minho nervioso después de revisar su teléfono y ambos chicos se acercaron a la puerta al escuchar que llamaban, logrando que Jisung se congelara al igual que Minho. Ahí estaba ella.
Era un poco más baja que Minho y algo joven para ser la madre de un chico universitario, tenía la misma nariz fina que él al igual que aquellos dientes de conejito que a Jisung le resultaban tiernos en Minho. La mujer miró a su hijo con sus ojos brillantes llevándose su mano a la boca.
— Minho, mi... Mi pequeño honnie — dijo y la mujer no pudo esperar más para abrazar a su hijo con el cual había sido demasiado dura hace algunos años. Minho abrazó a su madre mientras suspiraba. No quería parecer débil frente a Jisung,
— Bienvenida mamá. Por cierto, el es Jisung, mi amigo de la universidad y su madre, quienes me han estado ayudando con todo.
Jisung sonrió saludando tímido recibiendo una sonrisa de la mujer, la cual lo saludó cálidamente. No entendía como es que Minho evitaba hablar con ella o sobre ella al igual que el rencor que le tenía, era casi igual de calurosa y amorosa que su madre y ambas mujeres no tardaron mucho tiempo el llevarse bien.
La tarde volvió a pasar entre risas y algunas que otras anécdotas de la infancia de Minho. Jisung no sabía que su mayor era amante de los gatitos y animales en general, tampoco que amaba cocinar. Había conocido a Minho quizá en su peor faceta y aún así, sin ver su lado más humano logró enamorarse profundamente de él.
— Bueno, creo que ya es tarde y necesitamos descansar. Jisung prometió que iría conmigo a las afueras de la ciudad este fin de semana, así que debemos tener energías.
— P-pero tú, tú madre acaba de llegar — dijo Jisung nervioso. La sola idea de estar solo, lejos de su hogar con Minho lo asustaba aunque de alguna forma lo ansiaba tanto.
— No hay problema, el viaje de Gimpo a Seúl me agotó. Además estaré toda la semana aquí. Además mañana pasaré el día con mi hijo ¿no es así?
Minho asintió sintiendo una punzada en el pecho queriéndole gritar "pasará el día entero conmigo porque fui un estúpido y ahora un maldito cáncer está apoderándose de mi cuerpo". Pero sí de algo estaba seguro era que pasara lo que pasara quería estar con aquel chico y solo con él.
Jisung miró a la madre del mayor mientras asentía pidiendo permiso a su madre la cuál aceptó gustosa a la idea de ver cómo su hijo cada vez era más alegre y aventurero desde que Minho había llegado a su vida.
— Entonces te veré mañana por la mañana — el menor sonrió no evitando ir hacia Minho dandole un gran abrazo, realmente emocionado por lo que pasaría.
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﹆ adore you | minsung
RomanceJisung siempre fue un joven enamoradizo, inteligente y dedicado a lo que amaba, incluso si se traba de Minho. Minho siendo tan desinteresado partió miles de veces el corazón de Jisung en el pasado. ¿Que pasará cuando una terrible noticia junte a dos...