Extra...

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Extra...

Una semana antes aún estaba como loca en busca del vestido perfecto, ya me había dado por vencida, de no ser por mi loco amigo, el cual no dejo de insistir en que había un vestido perfecto para mí. Casi me llevo a rastras con y admito que estoy agradecida por su terquedad...

Y ahora estoy aquí, frente al enorme espejo, luciendo como toda una novia, cabello suelto en ondas bastantes definidas, recogido solo de un lado, sostenido por un hermoso accesorio diseñado exclusivamente para mí, no exagero son palabras de Luke, quien se encargó que todo lo que utilizara en este día tan especial, fuese único. Con respecto al maquillaje, quise que fuera algo muy natural, sombras satinadas un tono más oscuro de mi tono de piel, delineado perfecto, gracias a mis abundantes pestañas preferí no usar postizas ya que seria incomodo, en cuanto a mi rostro aún se podían aprecias algunas de mis pecas, un poco de iluminador y mis labios en tono nude.

Estaba segura de que Liam estará más que encantado de que se aprecien algunas de mis pecas.

Con respecto al vestido que fue el tema de meses, el estrés comenzaba a afectarme a tal grado que estaba decidida a casarme con cualquier vestido, ahora que lo veo, hubiese sido un gran error, lo que más me gustaba era lo sencillo pero perfecto para la ocasión, la falda de tul con ligeros olanes que daban la apariencia de tener varias capas, no estaba muy esponjado, digamos que era lo normal, lo cual me felicitaría moverme sin problema, la parte de arriba en corte V con una simulación de cruce en la parte de enfrente seguidos de unos tirantes aproximadamente de cuatro centímetros que daban hasta la parte baja de mi espalda dejando al descubierto la mitad de ella en corte V...

Tenía tantas ganas de llorar al ver mi reflejo en el espejo.

—Ya te dije que tu a mi no me vas a impedir la entrada —la voz de mi loco amigo me hizo regresar a la realidad.

—Perdone, pero no puede ver a la novia, debe esperar hasta la ceremonia.

—No pedí tu permiso, ahora quítate o te quito —comencé a reír al escuchar la manera en que Luke discutía con la podre maquillista. Me acerque a la entrada para tratar de calmar la situación.

—Entienda no puede ver a la novia...

—¡Oh cielos! —Luke ignoro por completo a la chica, para acercarse hasta donde yo estaba.

—¿Qué tal? —tomo mi mano para hacerme dar una vuelta.

—Cielos Emma te ves hermosa. Nuestro Ken-rudo, se va a ir de espaldas cuando te vea.

—¿De verdad lo crees? siento que es muy, no sé —comenzó a negar.

—Escúchame bien, luces P-E-R-F-E-C-T-A y si él no se quiere casar yo estaría dispuesto —sonreí.

—Gracias —se acercó para darme un abrazo

—No se te vaya a ocurrir llorar, hoy solo mereces sonreír.

—¿Se puede saber el porque casi golpeas a la maquillista?

—¡Ah! Casi lo olvido —metió la mano en su saco —Te traje esto, dicen que es de buena suerte utilizar algo prestado —tomo mi mano para abrochar en mi muñeca una linda pulsera de oro, de la cual colgaba un hermoso corazón que tenia la letra L en el centro —Espero me la cuides.

—Está muy linda, gracias.

—Perfecto. Pues ahora será mejor que vaya por tu padre, ya casi llega el juez.

—¿Liam como esta?

—Si te dijera... no se si por los nervios, pero anda como el burrito de Shrek de un lado a otro, jamás lo había visto tan parlanchín. En fin, solo vine a dejarte eso —señalo la pulsera —Y a decirte lo mucho que te quiero y lo hermosa que luces.

Mil pedazosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora