6.Oso enorme
Emma...
Para calmar mis nervios decidí hacer trabajos de la escuela, pero era inútil concentrarme, les ha pasado que escuchan el "tic, toc, tic, toc" de su reloj imaginario. Si, a mis múltiples cualidades agréguenle locura. Todos estamos locos solo que a unos nos toma más tiempo en aceptarlo.
Regresando al tema principal, no sabía que ponerme, sobre mi cama había una torre enorme de ropa la cual comenzaba a odiar. ¿Por qué era tan difícil? con Max jamás me había pasado con él era diferente, por alguna razón con él no se me hacía necesario impactarlo con mi apariencia, cualquier cosa que llevara puesto para él estaba genial y mi vestimenta no era algo que me complicara la existencia. Pensándolo bien esa pudo ser la razón por la cual el muy idiota decidió mentirme. Tal vez lo orille a eso.
¡Alto ahí! Me golpee la frente, que estaba mal conmigo. Max no tenía justificación y peor aún no debía estar preocupada por él, tenía algo más importante en que pensar.
Me di por vencida y decidí cerrar mis libros, definitivamente no me concentraría en nada mas que no fuese mi cita con Coleman. Necesitaba relajarme así que opte por darme una relajante ducha tome ropa interior, haciendo una mueca al ver mi cama, ignore todo y camine al baño. Me quedé en la tina bastante tiempo al parecer más de lo normal, al salir venía lo más difícil que me pondría, di un vistazo a lo que quedaba en mi closet, rogando por encontrar el atuendo indicado.
Me observé detenidamente en el espejo no estaba completamente segura pero ya era tarde para cambiarme, así que mi atuendo estaba formado por unos jeans de mezclilla color azul, una blusa verde de manga corta que me quedaba suelta, un cinturón café y mis zapatos tipo balerinas en color café, el cabello decidí llevarlo suelto, mis ya características gafas y un bolso pequeño en donde metí mi cartera y celular.
Comenzaba a darme ansiedad ver cómo la hora de mi cita se acercaba, baje a la cocina para ver un poco de agua, como si eso fuese a calmar mis nervios.
—Wao... qué guapa— di un brinco al escuchar la voz de mi hermano.
—Me asustaste— dije con mi mano en el pecho, él comenzó a reír.
—¿Vas de salida? — preguntó sin dejar de observarme.
—Tengo una cita— conteste asintiendo, con una enorme sonrisa.
—Dime que no es con el idiota de Max— cruzó sus brazos en espera de respuesta. Su sonrisa se había borrado.
—No, claro que no— mi respuesta fue inmediata.
—¿Y se puede saber de quien se trata? — arqueo su ceja, cuestionando sacando su lado protector.
—No lo conoces. Su nombre es Coleman, me lo presentaron mis amigas, ¿algo más que quieras saber? —respondí con tranquilidad.
—¿Debo preocuparme por que el trio de la locura fueron quienes te lo presentaron? —a mi hermano no le caían muy bien mis amigas, desconocía a qué se debía, en realidad según él no eran de fiar, pero termino por aceptar mi relación con ellas.
—Oh vamos, pareces un padre amargado —me acerqué para apretar sus mejillas, eso a él no le gustaba, pero a mí me divertía hacerlo.
—Solo cuídate y cualquier cosa que necesites, no dudes en llamarme.
—Gracias.
—Es una pena que no pueda quedarme para conocer al tal Coleman, pero debo irme, quedé con unos socios hoy así que probablemente llegué tarde —observo su celular —Sabes donde localizarme —a pesar de ser excesivamente trabajador, siempre estaba para mi cuando lo necesitaba.
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Mil pedazos
أدب المراهقين-Déjame explicarte- dijo con desesperación. -no hay nada que explicar, ya te dije toma el dinero tus servicios han sido pagados- prácticamente lance el dinero en su cara. -Emma las cosas no son así- se acercó pero yo me alejé. -Oh claro, no seas tan...