33. Que ingenua eres
Emma...
Si lo pensaba por más tiempo, terminaría por arrepentirme, así que a toda velocidad acomode mi mochila. Una vez que tenía tono listo, baje corriendo que, por poco tropiezo, estaba por llegar a la salida, pero la voz de mi hermano detuvo mis pasos.
—¿Vas de salida? —cuestiono con seriedad.
—Si —dije algo apresurada.
—Aguarda, es algo tarde para que estés fuera —detuve mis pasos para responder.
—Tengo cosas que hacer, estaré bien. No tienes de que preocuparte, voy a casa de Liam —dije algo impaciente.
—Así que Liam y tu regresaron —mas que pregunta, era afirmación.
—Digamos que estamos intentándolo. Tengo que irme —avancé hacia la entrada y una vez más me detuvo.
—Enana, yo te llevo —me sorprendió su oferta. No era una opción, era más bien una orden y como no quería que mi buen humor se arruinase por pelear con mi hermano, termine aceptando su oferta.
Estaba segura de que mi querido hermano tenía más pregunta por hacer. Aun así, se reservó cualquier comentario al respecto. Me resultaba algo difícil de creer que actuara con comodidad con respecto a Liam, más cuando siempre había sido algo celosos (por no decir mucho). Con Max siempre se portó frio y cortante. Cosa distinta con Liam ya para dejarlo entrar a mi habitación, era un hecho que él le caía bien.
—¿Él sabe que vienes? —su vista estaba concentrada en la carretera.
—En realidad es una sorpresa. Hoy debido a la cantidad excesiva que me encargaron de tarea, no pude verlo, así que pensé que sería lindo sorprenderlo —dije sin dejar de ver por la ventanilla.
—Me da gusto verte feliz.
—Gracias.
—Estamos aquí. Esperare unos minutos aquí, por si no está o si quieres ¿puedo subir contigo? —mencionó en cuanto estaciono el auto.
—No... no tienes que preocuparte, estoy segura de que él está —me acerque para besar su mejilla —Gracias John-
—Si necesitas algo, llámame.
Después de todo lo ocurrido con mi padre, me alegraba que la relación con mi hermano fuese fluyendo bien, no me gustaba estar peleada con él.
Subí por las escaleras con lentitud para tratar de que mis nervios se borraran un poco, pero terminaron por crecer en cuanto me vi parada en la entrada del departamento.
¡No seas cobarde y toca!
Mis nervios fueron sustituidos por preocupación, conforme pasaban los minutos y él no abría la puerta, no sabía si insistir o dar vuelta y marcharme. La puerta se abrió, sintiendo al mismo tiempo que mi corazón comenzaba a latir bastante rápido.
Un adormitado y sexi Liam, me observaba con sorpresa.
—Pecas —se hizo a un lado para permitirme pasar.
—Por un momento creí que no estabas — dejé caer mi mochila en el sillón. Y si, temí que hubiese salido a alguna fiesta o estuviese con alguien.
—Lo siento, estaba alcanzado y me quede dormido —pasó su mano por su cabello.
—¿Dormido a esta hora? —no era muy temprano, pero se me hizo raro en él. Aun así, me alegraba.
Mierda, estoy siendo al toxica.
Tentadoramente se fue acercando, lucia más despierto —Después de que una sexi chica, rechazara mi invitación para salir. No tuve más opción que terminar me mi cama, completamente dormido —mi guiño un ojo.
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Mil pedazos
Teen Fiction-Déjame explicarte- dijo con desesperación. -no hay nada que explicar, ya te dije toma el dinero tus servicios han sido pagados- prácticamente lance el dinero en su cara. -Emma las cosas no son así- se acercó pero yo me alejé. -Oh claro, no seas tan...