Capítulo 4

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4.No debí venir

Emma...

Estaba completamente concentrada en terminar mi reporte de biología, quería tenerlo listo para no tener que preocuparme después. Mi plan después de terminarlo eran ver una serie, tumbada en mi sillón comiendo la mayor cantidad de golosinas posibles.

Dichos planes se vieron arruinados cuando el trío de la locura se hizo presente. Observe con intriga como cada una entraba a casa, no habíamos hecho planes para vernos, aunque tampoco era como si avisaran con tiempo que me visitarían.

No me mal entiendan, ellas eran mis amigas y solíamos reunirnos con frecuencia, pero yo no solía estar pegadas a ellas siempre. La mayor parte del tiempo ellas precian estar pegadas la una a la otra, era raro que cada una anduviese por su lado.

—Ahí está nuestra queridísima amiga —llegaron felizmente, de la misma manera les di la bienvenida. Me gustara o no, ellas alegraban mi día y eran mis únicas amigas.

—Espero no te moleste que lleguemos sin avisar —su presencia jamás me molestaba, al contrario, agradecía que me hicieran compañía.

—Ya saben que son bienvenidas cuando gusten, mi casa es su casa —respondí con una sonrisa.

—Siempre tan linda. En fin, deja eso que estás haciendo y vayamos a la piscina, morimos de calor y venimos listas para nadar —la mayor parte de las veces que solían visitarme solíamos pasarla en la alberca, les gustaba bastante nadar. Mientras yo me quedaba a un lado tumbada tomando el sol, prefería ver a distancia como ellas se divertían. No la pasaba mal, era mejor que estar dentro del agua, es una larga historia, para ser breve diré que a la edad de seis años caí en una alberca lo bastante profunda como para crear un trauma en mí. Gracias a mi hermano sigo viva y desde entonces en mi cabeza se creó una especie de fobia, créanme eh intentado varías veces superar ese miedo, pero es inútil tratar de luchar con algo complicado.

—Digo si tú quieres, sabemos tu miedo y si no quieres lo entendemos —reaccione al escuchar la voz chillante de Sabrina.

—No hay problema, iré a cambiarme, pueden adelantarse, saben el camino —Kat, Sab y Jess se fueron con dirección al jardín, mientras yo subía a mi habitación para ponerme un short y una blusa más cómoda. Era un hecho que no formaría parte de ellas dentro del agua, pero por lo menos quería estar cómoda y asolearme un poco no me caería nada mal.

Antes de salir tome mi libro de biología y computadora pensando en adelantar el trabajo que tenía pendiente.

El trío de locas ya estaba nadando despreocupadas.

Al notar mi presencia la primera que hablo fue Kat —Emma el agua esta deliciosa, ¿estás segura de no querer entrar? — siempre insistían con lo mismo, a pesar de que mi respuesta solía ser la misma.

—Oh vamos Emma, anímate, deja ese molesto libro —agregó Jess haciendo señales con sus manos para que me uniera a ellas, moviendo la cabeza en negativa me senté.

—Diviértanse, yo estaré aquí —alce mi libro de Biología, me acomode en la reposera, les dedique una sonrisa y acomode mis gafas, sabía que no me concentraría en mi actividad, pero eso era mejor que entrar a esa alberca diabólica.

— ¿Y cuéntanos cómo te fue con Coleman? —dijo Sabrina. Arrugue la frente.

Despegue la vista de mi laptop para responderle — ¿Coleman? —¿por qué ellas hacían esa pregunta?

—No te hagas Emma, Coleman no dejo de hablar de ti —comenzó a decir Kat.

—Lo dejaste impactado —terminó por decir Jessica, me quedé en silencio. No tenía nada que decir al respecto.

Mil pedazosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora