Capítulo 15

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15. ¿Está todo bien?

Emma...

Al salir de casa acomodé mis cosas en el auto, estaba por subir cuando su voz me hizo detener, me quedé perpleja, permanecí de espaldas, no estaba segura de mi reacción al ver su cara. Las inmensas ganas de querer golpearlo estaban presentes.

Se inteligente, Emma.

—Pecas —sentí como se acercaba, di vuelta.

Levante la mirada, sus ojos estaban atentos a mis movimientos, era como si supiera que algo no andaba bien. Rompió la poca distancia que nos separaba colocando su mano sobre mi hombro.

Imaginen mi reacción al sentir su toque.

Lo alejé con un fuerte empujón, comencé a gritarle mil maldiciones, lo golpeé, quería matarlo. Ok no. No sucedió eso, pero juro que estuve a nada de hacerlo.

—Pecas— su voz me regreso a la realidad —¿Esta todo bien? —se acercó a besarme para besarme, gire la cara y sus labios fueron a parar a mi mejilla.

—Si, ¿por qué tendría que estar mal? — dije de manera cortante.

Me observo con cautela, estaba segura de que se percató de mi reacción.

—¿Segura? ayer te llame, pero no respondiste. Estuve aquí me fui tarde y tú no llegaste —puso sus manos sobre mis brazos, lo miré con desprecio —¿Está todo bien? —seguía tocándome como si nada, esperando respondiera su pregunta. Lo único que pasaba por mi mente eran las palabras de Jessica, me causaba nauseas que me tocara.

Vamos Emma, tú puedes.

—Tuve que hacer unos trabajos en casa de una amiga —si, por muy loco que fuera, le estaba dando explicaciones —Se descargó mi celular, terminamos los trabajos muy tarde, ese fue el motivo por el cual me demoré en llegar a casa. Estaba cansada y no pude responder tus mensajes —me abrazo, para comenzar a acariciar mi cabello. Quería correr, pero era inútil, la parte inconsciente de mí, quería estar cerca de él, por muy ilusa deseaba que todo lo que había dicho Jessica, fuese mentira.

—Estaba preocupado —dijo sin dejar de abrazarme.

—Debo irme —me separe de golpe, para subir a mi auto.

—¿Segura de que esta todo bien? —un segundo más y me podría a llorar.

—Si, ¿O hay algún motivo para que no esté bien? —no vi ni una pizca de nerviosismo, nada que lo delatara, simplemente me sonreía.

El muy maldito era excelente actor. Digno de un Oscar.

—Tengo la impresión de que algo te ocurre.

Si maldito mentiroso, me ocurre que descubrí tu mentira.

—Estoy algo estresada por un examen que debo presentar, tengo que irme —al parecer no estábamos en la misma sintonía. Seguía sin moverse, impidiendo que cerrara la puerta.

Tomé todo el valor que podía, me acerqué a él y le di un beso.

Jamás me había dolido tanto dar un beso.

—Te quiero —me quede varada en algún planeta donde los sentimientos no existieran.

—Te veo más tarde — dije separándome de él, le dediqué una sonrisa demasiado hipócrita, para después subir al auto dejándolo ahí parado observando cómo me alejaba.

¡Maldito mentiroso!

Las lágrimas comenzaron a salir en cuanto me alejé, lloré tanto que tuve que detenerme en una calle para tranquilizarme, mis ánimos estaban por los suelos, pero tenía que seguir adelante.

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