Capítulo 42

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42. El mejor beso

Emma...

Los oficiales seguían haciendo anotaciones, hasta que Luke y mi hermano pudieron tranquilizarme fue que comenzaron a hablar.

—Emma lamentamos mucho lo ocurrido, solo quiero que tengas claro algo, tú no tienes la culpa de nada, te prometo que Max pagará por haberte secuestrado, al igual que las otras chicas que son cómplices —lo interrumpí.

—Aguarde, ¿cómo que por secuéstrame? El abuso de mi —Luke comenzó a negar.

—No Cariño, él no pudo hacerte nada —yo no entendía —Bebé, cuando tú desmayaste comenzaste a convulsionar, según el relato de una empleada del hotel en donde te encontraron, vio salir corriendo a Max, lo cual le dio curiosidad así que entró a la habitación de donde él salió para ver qué todo estuviese bien. Fue entonces que te encontró en la cama muy mal —trataba de procesar todo, yo estaba segura de que él había abusado de mi —Ella fue quien llamo a la ambulancia.

—La droga que te dieron debió causar alguna reacción en tu cuerpo que provocó que tu cuerpo no reaccionara —mencionó John.

—Pero él... —trataba de procesar la información que me estaban dando.

—Cariño el doctor nos lo confirmó, él no te hizo nada más. Gracias a Dios él no pudo dañarte de esa manera... él muy idiota huyo en cuanto vio que tú no reaccionabas —Luke me abrazo, yo seguía un poco aturdida.

Los agentes comenzaron a hablar con John, mientras Luke estaba a mi lado.

—¿Estas más tranquila?

—Eso creo, yo estaba segura de que él me había hecho daño.

—Quizás por los golpes o una parte de tu cerebro se negaba a aceptar la realidad —pase mi mano por mi cabello —Emma —observé a Luke lo serio que estaba —Se que quizás no es buen momento, pero allá afuera hay un chico que no se ha movido de ahí —sabía muy bien a quien se refería.

—No quiero verlo —guarde silencio unos minutos —Se que es inocente en todo esto, sé que me quiere, pero él merece a alguien mejor, alguien que confíe en él, después de lo qué pasó, es mejor así —suspire con tristeza.

—Deberías dejar que él tome esa decisión. Te prometí que si te volvía a hacer daño yo mismo lo golpearía, no imaginas las ganas que tenía de hacerlo, pero descubrí que él solo fue la víctima al igual que tú... aun así, respetaré tu decisión —le dedique una sonrisa.

No estaba muy segura, pero quizás era la mejor decisión, Liam merecía a alguien que confiara en él, sé que al principio quien fallo fue él, pero de igual manera mis inseguridades me hicieron cometer errores, ya no quería seguir haciéndome daño, ni mucho menos dañarlo a él...

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Dos semanas había pasado, yo estaba completamente aburrida de estar en el hospital, la buena noticia que por fin me daban de alta, las marcas de los golpes ya no eran tan visibles como los primeros días.

En estos días habían pasado varias cosas, entre ellas una de las más importantes fue que gracias a que tengo a uno de los mejores abogados como hermano, logro que Max lo condenaran a veinticinco años por secuestro y otros delitos, mientras que a Katrina por cómplice diez años le ayudarían a recapacitar junto a su inseparable Sabrina.

Bobby había venido a visitarme unos días antes para pedirme perdón, ella no estaba al tanto de lo que su hermana planeaba, cuando fue a buscar a Liam solo lo hizo porque le debía unos favores a su hermana, pero en realidad no tenía interés alguno en él. Se mostró muy arrepentida, según sus palabras su hermana la estaba pasando falta encerrada, pero era algo que debía pagar, pidió perdón varías veces y se fue.

De Liam no sabía nada, al parecer había entendido que no quería verlo, admito que tenía unas inmensas ganas de verlo, pero quizás nuestro destino no era estar juntos.

Mi padre y mi hermano seguían muy al pendiente de mí. Saliendo del hospital mi meta era volver a clases, no quería perder el semestre, me tocaría estudiar e ir a terapia.

Mi inseparable y fiel amigo estaba muy al pendiente de mí, pero ya estaba advertida que saliendo del hospital comenzaría a trabajar, no le gustaba ser un mantenido así que ya tenía una oferta en puerta y no desaprovecharía, sin duda su ayuda había sido muy importante para mí, gracias a él mi estadía en el hospital era más amena, ya se imaginaran el porqué.

—Espero ya estés lista, no es por ser delicado, pero ya soporto un día más aquí y sé que tu estas igual —Luke hacia acto de presencia.

—Lo estoy —respondí con una enorme sonrisa.

—Pues andando, que tu padre y hermano esperan en casa —camine para tomarlo del brazo y salir del hospital.

Como niñera Luke era extremadamente protector, en todo momento me ayudaba y por supuesto me auxilio para subir al auto, solo me quedaba reír y obedecer sus órdenes ya que pelear con él era inútil.

—No imaginas el caos que es la casa en estos momentos, sé que tu hermano y padre están ansiosos por tu regreso, pero de verdad tener que soportarlos es un martirio —reí, no imaginaba la convivencia entre ellos.

—No estoy muy segura de que este sea el camino a casa — dije en cuanto vi las calles.

—Pasaremos por unas cosas antes, así que ponte cómoda —me recargue en el asiento.

Unos minutos más tarde el auto se detuvo, me quedé en silencio al ver en donde estábamos.

—Quizás me odies por esto, pero es necesario. Deben hablar — supe a lo que se refería —Si su relación termino, antes hablen dense ese cierre, creo que ambos se lo merecen —Luke tomo mi mano, voltee a ver por la ventana, el lugar me traía muy buenos recuerdos.

Decidí bajar, tal como lo había dicho mi amigo, tenía que hablar con él, ambos teníamos mucho que decir.

—Hola —dijo nervioso en cuanto vio que me acerqué, con tan solo ver su hermosa sonrisa mis piernas ya estaban como gelatinas.

—Hola —respondí, mi acelerado y alocado corazón estaba así de tan solo verlo.

Me acerqué a la roca donde solíamos sentarnos para ver la ciudad.

—Pecas sé que esto es difícil para ti, no imaginas el caos que han sido estos días, pero creo me ayudaron a comprender un poco lo que es mejor para ambos —escuchaba cada palabra con atención —Ambos nos hemos hecho daño, hubiese preferido ser sincero contigo desde el principio, decirte que desde que te conocí aquella mañana me había enamorado, aún que lo dudes desde ese día no pude sacarte de mi cabeza, pero por idiota no lo dije —entrelazó su mano con la mía.

—Liam yo...

—Sshh —me hizo callar —No tienes que decir nada, me iré hoy por la tarde, no sé cuándo regresaré solo sé que es lo mejor para ambos. Me gustaría ayudarte a que tus heridas sanen, pero como podría si fui culpable de la mayoría de ellas, así que será lo mejor —con lágrimas en los ojos me miro.

—Gracias —quizás el no entendía por qué agradecía. Yo sí, era por cada momento, por todo lo que me hizo sentir, cada detalle, cada palabra.

Te amo Liam, no lo dije en voz alta.

—Pecas deseo que seas feliz, que tu sonrisa jamás sea borrada, mereces lo mejor del universo y si es necesario que me aleje, lo hare —se acercó para unir sus labios a los míos.

Su beso era tierno, en medio de lágrimas no quería que se separara de mí, tenía miedo de que se alejara, pero tenía que ser así.

—El mejor beso... te prometo llevarlo por siempre aquí —señaló su corazón, se levantó para comenzar a caminar hacia su auto, quería correr y detenerlo, pero tenía razón, ambos necesitábamos tiempo.

Y fue así, en medio de lágrimas y con un tierno beso de despedida que le dije adiós a mi primer y único amor...

Liam Coleman.

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