Capítulo 28

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28. No hay duda

Emma...

Como era de esperarse, desperté con un enorme dolor de cabeza, un poco desorientada, ¡Demonios! pensé al ver que no estaba en mi habitación.

¿Qué rayos hago aquí?

Me levante lentamente de la cama, estaba completamente sola en la habitación, me tranquilizo ver que mi ropa estaba puesta a excepción de mi kimono y zapatos. Caminé fuera de la habitación, el departamento estaba en completo silencio, muy despacio me acerqué a la sala, ahí estaba él totalmente dormido, me preguntaba ¿porque tenía que ser tan jodidamente sexi? Maldito Ken. Emma deja de pesar estupideces, me reprendí, dejé de admirar la belleza de Liam para ir al baño a hacer mis necesidades.

Me quedé observando detenidamente mi reflejo en el espejo, me veía fatal, lave mi cara, levante mi cabello en un chongo, enjuague mi boca con un poco de pasta, el maldito dolor de cabeza no desaparecía.

¡Ah! mierda no volveré a beber.

Antes de salir trate de recordar lo que había pasado anoche pero mi mente solo reproducía la manera en que Liam me subió a su auto, después de ahí los recuerdos estaban un poco confusos.

—Oh por Dios me asustaste —dije en cuanto salí y Liam apareció.

—No fue mi intención, creí que te habías ido —paso su mano por su cabello, mostrando nerviosismo.

—Acabó de despertar, ¿tendrás algo para el dolor de cabeza? —pregunte sin moverme de lugar.

—Por supuesto —hizo una señal para que lo siguiera hasta la cocina, comenzó a buscar en los cajones hasta que se acercó y de manera gentil puso una pastilla en mi mano y un vaso de agua.

—Gracias —le sonreí, trague la pastilla, rogando por que hiciera efecto de inmediato —Sera mejor que me vaya —su semblante cambio por completo. Me observaba con duda, como si hubiese ocurrido algo que no recordaba.

—Podrías esperarme unos minutos, te llevaré —sus hermosos ojos no dejaban de verme, lo que ocasionaba nerviosismo en mí. Era complicado ocultar todo lo que me hacía sentir.

—Puedo pedir un taxi, no tienes que preocuparte —trate de sonar lo más segura posible.

—Emma, yo te llevo —me guiño un ojo de manera muy descarada. No me dio tiempo a repelar ya que dio media vuelta y camino con rumbo a su habitación.

Me encontraba sentada en el sillón esperando a que Liam saliera del baño, se lo que piensan, pero no tenía ganas de salir y esperar un taxi, así que en lo que lo esperaba me estaba esforzando por recordar lo ocurrido. Nada o casis nada, mi mente solo me daba pequeños momentos, Liam se molestó por verme bailar con Luke, Liam y yo discutiendo, Liam subiéndome a su auto, Liam trayéndome a su departamento, Liam y yo besándonos en su cama, mierda creo que lo hicimos.

—¡Santa madre! —solté sin pensar en cuanto lo vi salir del baño. Se veía per-fec-to sin playera, devore sin descaro su marcado abdomen, sus brazos, literal me encontraba babeando ¿quién podría resistirse? El maldito espectáculo era fascinante. Estaba un tanto acalorada y al parecer el no se percataba de la situación.

¡Dios Emma contrólate!

—¿Te sientes mejor? —preguntó conforme caminaba hacia su habitación.

—De maravilla —al tener esa hermosa vista de él, me sentía perfectamente bien.

Malditas hormonas. No tardo en salir de su habitación mientras yo seguía en las babas.

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