Capítulo 31

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31. Ni un solo secreto

Emma...

Al separarnos él me observo detenidamente, como si no esperara que yo reaccionara de esa manera, su enorme sonrisa decía más que mil palabras.

—Vamos a intentarlo —susurre en sus labios —Quiero que lo intentemos.

—¿Estas, segura? —no di respuesta, solo volví a besarlo.

Tenía que admitir que sentía miedo, temía confiar en él y que me fallara, pero tal como me lo había dicho Luke, tenia que correr ese riesgo.

—Te prometo —no quería promesas.

—Ssshhh —hice una seña para que guardara silencio —No tienes que prometer nada, lo único que quiero es que no haya secretos —él me rodeo por completo con sus brazos, yo solo me deje abrazar.

—Ni un solo secreto —ambos sonreímos —Pero tengo que hacerlo de la manera correcta —tomo mi mano par depositar un beso en ella —Emma Maxwell, Pecas —sonreí por su manera tan peculiar de decir mi nombre —¿Quieres ser mi novia? —mis mejillas ardían por lo feliz que era.

—Si —sellamos nuestro pacto con un tierno beso.

De regreso a casa, como todo un caballero abrió la puerta del auto ayudándome a bajar de él, mi felicidad era demasiado notoria, al igual que la de él, ya no me importaba nada, solo quería disfrutar el momento y ser feliz.

—¿Te parece si pasó por ti para llevarte a clases? —rodeó mi cintura con sus manos, acomodándolas en mi espalda.

—¿Estas pidiendo permiso? —puse mis brazos sobre sus hombros, de manera que mis manos podían acariciar sus cabellos.

—Bien, pasó por ti mañana —me guiño un ojo y sonrío, Dios su sonrisa era un hermoso poema, todo de él me hacía amarlo.

—Estaré esperando. Será mejor que entre.

—Pero antes —no terminó la oración cuando ya tenía sus labios pegados a los míos, el beso fue demasiado corto para mi gusto, ¿él notó mi cara por lo que sonrió —¿Sucede algo? —dijo en tono de burla.

—No lo sé, como que no sentí mucho entusiasmo al besarme —hizo un gesto como si lo hubiese ofendido.

—¡Ah sí! Acabas de insinuar que no te gusto mi beso, veamos qué opinas de este —unió sus labios a los míos, esta vez el beso era diferente, más apasionado, de esos besos que cuando terminas quedas sin aliento.

—No lo se creo que no me quedo muy claro —dije en cuanto nos separamos.

—Puedo estar toda la noche demostrándote lo jodidamente loco que estoy por ti —sus manos hacían círculos en mi espalda. Tuve que armarme de todo el valor posible para despedirme de él.

—Te veo mañana —con dolor me aleje de él. Mis malditas piernas estaban a punto de dejarme caer, no podía ocultar todo lo que el me hacia sentir.

Camine hacia la entrada.

—Pecas —voltee a verlo —Te amo —sonreí como boba, quizás él esperaba que yo le dijera lo mismo, pero no lo hice, simplemente entre a casa, con mi corazón acelerado y mi estúpida sonrisa que no podía borrar.

—Yo también te amo, Liam —dije estando dentro de mi dormitorio.

En la tranquilidad de mi habitación, como era de esperarse, no pude evitar pensar en lo ocurrido, tome una de mis almohadas y la abrace de felicidad. Me encontraba con una enorme sonrisa, feliz muy feliz, quizás no debía ir tan rápido, pero era inevitable, Liam me hacía sentir mil cosas, sentimientos que jamás imaginé sentir, quizás no debía perdonarlo, pero ¿quién no hace locuras por amor?...

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