La Cosa

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Nadie supo como esa... cosa... había llegado al cielo. Una mañana despertaron y allí estaba, impasible, invulnerable, intimidante. Los gobiernos de las naciones se acusaban los unos a los otros de colocarlo allí, e incluso arrojaban alocadas acusaciones de su función real, #cancelando las relaciones de los unos con los otros. La cosa observaba en silencio.

Tras debatir, acusarse y deliberar, todos llegaron a la conclusión de que ningún ser humano la había colocado. Al menos, ninguno reconoció haberlo hecho. Y estaban seguros de que ninguno lo controlaba. El motivo era muy simple: la cosa había cambiado su color.

Los líderes del mundo estaban todos reunidos en asamblea de emergencia, ninguno de ellos se hubiera animado a hacer algo así. Pensaron en los llamados "enemigos del mundo", pero ellos tampoco tenían la posibilidad. Empezaron a discutir qué hacer. Propusieron enviar una nave a investigarlo, pero ni siquiera sabrían si eso sería útil... quizás sus creadores lo interpretaran como una declaración de guerra.

Tras veintiocho agotadoras horas de debates, el representante de una nación pequeña pidió el micrófono para proponer una idea tan loca como inteligente: dejarla allí. Planteó la lógica de que, si la cosa estaba ahí y nadie sabía cómo había llegado, y a la fecha nada malo había ocurrido... que tan seguro era cambiar las cosas. Los representantes del mundo lo miraron, y a pesar de los cuestionamientos, terminaron por hacerle caso... desconfiaban más los unos de los otros que de la Cosa. Llamaron a cuarto intermedio y pospusieron el debate por tiempo indeterminado.

Meses más tarde, Mónica, se preparaba para terminar su jornada laboral, cuando una intensa migraña la puso de pie por el dolor. Sintió sus piernas fallar y su mente #desfallecer. Su respiración se agitaba mientras veía la mañana convertirse en noche y a sus compañeros tener las mismas dificultades, cayendo al suelo, llevándose las manos a la cabeza. Trastabilló hasta la ventana de la oficina y la abrió, con la esperanza de que el aire del exterior la despejará, pero aire caliente y seco fue lo que golpeó su rostro. Miro al cielo instintivamente, y vio la Cosa #expandirse, cubriendo todo el cielo.

Se había cansado de estar quieta. 

Divagares y Devanares del SueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora