Realmente no sabía cómo sentirme cuando me lo dijo. Principalmente, porque era inesperado... pero también porque no sabía cómo reaccionar a ello. Mejor dicho, ¿alguien sabe cómo se debe reaccionar a algo como esto? ¿Debería de enojarme, gritarle, golpearle, buscar una forma de cobrársela, enfocarme en hacer su vida miserable? ¿Debería no darle importancia, aferrarme a los buenos momentos, olvidar todo esto? ¿Debería llorar, sentirme triste, pensar con nostalgia lo que viví, empezar a comprender que se acabó?
No debo pensar, no quiero pensar. Pensar es malo, pensar duele, pensar lastima. Todo se ve con otros ojos, todo tiene más sentido ahora, pero un sentido oscuro, maquiavélico. Cuanto tiempo me ha mentido, cuánto tiempo ha dicho exactamente lo que quiero escuchar, no puedo saberlo. ¿Por qué no me di cuenta antes? ¿Por qué lo deje entrar? ¿Por qué soy tan idiota de creerme su historia? De confiar, de prestar mi tiempo y mi sanidad mental, para que así me lo cobren.
Le doy las gracias a la persona que me lo comunica, y responder asertivamente ante su inquisición acerca de mi estado. Estoy bien... supongo. Intentaré estar bien al menos, intentaré recordar que él es solo el mensajero y que no tiene la culpa de nada, pues ha sido engañado igual que yo. Solo me ha querido explicar la situación, aclararme la realidad, intentar evitar que yo termine por caer en lo mismo que otros cayeron. Sin embargo, ¿vale la pena saber esto? ¿Realmente me hace más feliz hacerlo? ¿Hace unos minutos cuando no lo sabía, no era acaso más feliz?
Es mi culpa. Yo merezco esto. Esto me pasa por ser como soy. No, no lo es, pero así se siente porque yo me metí aquí. Yo le el arma cargada, él solo disparo. Yo soy quien decidió ser un confidente, él solo utilizo lo que de mi sabia. Yo me lo busqué, yo no supe ver, no supe anticiparme a esto.
Ya no importa. Ya no tiene sentido, ya cerraré puertas, ya estaré completo en una pieza antes ellos y ante el mundo... que se vayan a la mierda los que me quieran ver roto, no lo harán. Les responderé con una sonrisa, y un comentario sarcástico, y los quemaré con eso. Llorare en silencio, en mi habitación, con nadie de testigo, pero ellos nunca lo sabrán. Ellos solo me verán pleno. Ellos me verán bien. Y cuando lo hagan, yo realmente lo estaré.
Respiro. Reviso el panfleto que tenía en mi mano, que un empleado de comida rápida me había entregado antes de que me contaran esto, que ahora está arrugado y lo aplanó contra mi pecho. Reviso de qué se trata y lo guardo en mi billetera. Ahí quedara, ahí me esperara, para siempre. Un recuerdo de lo que soy y lo que fui, un recuerdo de lo que no volveré a ser.
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Divagares y Devanares del Sueño
ContoUna serie de historias cortas, ficcionalización de mis sueños mas extraños, raros o llamativos. Una oportunidad de contar las historias que mi mente escribe sin intención, revisitar las historias propias que ella ha creado en el pasado y, ¿porque no...