La Pregunta.

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Me miró extrañada cuando se lo pregunte, como se le hubiera dicho algo muy malo. En mí mente solo intentaba resolver una duda que venía rondando en mi mente hace rato, pero por su reacción inmediata, tuve miedo. ¿Hice mal en preguntar? ¿Por qué reaccionó de ese modo?

– No se a que te refieres – me dice, antes de corregirse –. Perdón, en realidad, no creo que pueda responder a eso.

– No es algo tan complejo – le respondo, alzándome de hombros. En serio, siento que me está dando vueltas porque simplemente no me quiere responder.

– Nunca se me había cruzado por la mente – me dice, mucho más despacio que su tono normal.

– Me extraña de una persona como vos.

Realmente lo hace, ella siempre se ve venir mis extraños cuestionamientos... este es sólo uno más de esos.

– No, claro que se me podía haber cruzado por la mente, pero ¿quién mierda en su sano juicio pregunta algo así?

– Yo – respondo, serio.

– Ah, ¿en serio quieres una respuesta?

La miró desconcertada.

– ¿Quien haría una pregunta sin querer una respuesta? – respondo, algo cansado por el constante esquive a la pregunta. ¿Que tan difícil puede ser responder eso?

– Mucha gente. A veces preguntamos cosas que ya sabemos para corroborar. A veces preguntamos en voz alta de manera retórica. Y otras veces solo queremos que una idea solo ronde en la mente de otros.

– ¿Pero este es alguno de esos casos?

– No – respondió, después de pensarlo unos segundos –. Pero eso no quita que...

– No puedes responder a esto – digo, quitándole la frase de la boca. Ya lo había comprendido.

– No en este momento, no ahora. Debería pensarlo un tiempo para saber la respuesta.

Desconcertado, preguntó.

– ¿Acaso no sabes la respuesta?

– No... no lo sé – me confiesa –. Lo siento mucho.

Evita mírame a los ojos por miedo a leer su respuesta. La respuesta negativa no me hubiera sorprendido, pero me hubiera dejado en paz. La positiva era poco lógica, porque no lo habría hecho, pero también me habría dado paz. Pero esto... esto no tranquiliza a nadie.

Cambio el tema de conversación y casi todo vuelve a la normalidad. Seguimos charlando de otra cosa, y nada grave ha pasado. Sin embargo, la duda ahora está en mi.

¿Cuál sería mi respuesta ante esa pregunta? 

Divagares y Devanares del SueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora