Hace tiempo que él decía que esto iba a pasar. Sin embargo, decir "se los dije" parecía ridículo cuando su vida estaba en continuo riesgo, mientras corría por ciudad enloquecida. Aunque en su mente estaba tranquilo. "Si muero, al menos podré decir que me lo vi venir" se decía, mientras huía del caos que había previsto hacía tanto tiempo. Los líderes intentaban controlar la revuelta, con sus fuerzas de seguridad vueltas en su contra, y los ciudadanos huían despavoridos, sin poder conectar pensamientos.
Todo empezó como algo simple. Un avance científico revolucionario, una adición al genoma humano. Debería de ayudar a las personas a regenerar su tejido rápidamente, de forma natural. Él les dijo que no había que jugar a ser Dios, y que los tejidos que habían mutado para obtener esa adición no eran humanos; que quizás en su memoria genética conservarían algo de lo que les dio origen, y que respecto a ello, no deben descuidarse. No lo escucharon. Le dijeron que estaba loco y que lo único que hacía era oponerse al progreso social.
Cuando lo usaron en las fuerzas de seguridad de la ciudad, él supo que sería cuestión de tiempo, y se preparó para lo peor. Habían colocado una bomba de tiempo. Aunque nunca pensó que todo se rompería tan rápido. Ni siquiera tuvo tiempo de prepararse.
Pero había alguien que podría ayudarle... alguien en quien confiar. Aunque sería difícil encontrarla... sabía plenamente que le gustaba ocultarse y que su paradero fuera un misterio... para bien o para mal. Se dirigía al último lugar donde la había visto, a la espera de algún indicio de donde se podría encontrar, aunque conociéndola, se la pondrá difícil, a pesar de las circunstancias. Ella veía este desafío como algo divertido.
Y estaba en lo correcto, al menos eso pensó. El caos no había cohibido a la doctora a hacer algo distinto de su vida, ergo, a estar disponible con mayor simpleza ante las personas que quería visitarla, y no plantearles un acertijo. En el lugar de su última visita sólo había un cartel que ponía:
La Doctora atenderá de nuevo: NUNCA
Él no podía evitar sentir cierto nivel de fascinación por ese comportamiento. Se alejó lentamente del lugar, en miras a encontrar algún indicio de dónde podría estar, pero antes de haber dado tres pasos, una familiar voz le habló desde atrás.
– Estaba pensando cuánto tardarías en venir.
Él sonrió, y respondió.
– Quise estar antes, pero bueno... has visto lo bello que se ve todo, ¿verdad?
– Si... no puedo decir que no me lo vi venir, pero...
–... demasiado rápido.
– No, incluso eso lo esperaba. Pensé que habría más gente que se manifestaría en contra. Digo... siempre los hubo, incluso cuando nosotros éramos los transgresores.
– Creo que nadie se quiso a arriesgar a... o sea, mira lo que nos pasó a nosotros.
Su mente inmediatamente fue a parar a los eventos que lo habían llevado de eminencia científica a muerte social, por manifestarse contra la "mejora".
– Lo entiendo. ¿Pero aun así? Bueno, sé que no quieres que te haga preguntas, no viniste por eso, ¿verdad?
– Verdad.
– ¿Quieres saber si se como solucionar esto?
– Para empezar estaría bien saber si siquiera eso es posible.
– Mira... la verdad es que... ni siquiera puedo saber eso. Pero... tengo ganas de averiguarlo. ¿Estás en esto?
La intensidad que la doctora le transmitió, le hizo pronunciar las siguientes palabras con una entonación demasiado alegre, poco característica en él.
–Hagámoslo.
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Divagares y Devanares del Sueño
Cerita PendekUna serie de historias cortas, ficcionalización de mis sueños mas extraños, raros o llamativos. Una oportunidad de contar las historias que mi mente escribe sin intención, revisitar las historias propias que ella ha creado en el pasado y, ¿porque no...