La Fiesta

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¿Querés que te diga cómo terminamos apedreados, corriendo y lesionados... y sin los autos? Lo intentaré, pero te aviso que mi memoria ha fallado mucho últimamente.

Llevábamos unas horas ahí antes de que todo se fuera a la mierda. Apenas recuerdo cómo empezó. Se que alguien me gritó algo, o le gritó algo a Helena, una de dos. Luego recuerdo a Thomas regresando del baño y respondiendo a los gritos. Recuerdo a uno de los tipos, haciéndome señas y acercándose queriendo intimidarme. Recuerdo empujarlo y cubrirme la cara de una lata que me habían arrojado. Otros comenzaron a gritarse y a amenazarse entre ellos, y alguien tiró el primer golpe.

Ahí, fue el caos. Recuerdo vocalizar a Thomas que las sacará de ahí, a Helena y las demás, mientras nosotros retrocediamos lentamente, para no generar una avalancha de gente intentando salir de ahí. Y cuando se había despejado un poco, comenzamos a correr.

Algunos nos siguieron, para seguir la pelea afuera. Otros lo hicieron para salir de ahí. En el camino Helena piso un pozo, torciendose el tobillo. Entre Thomas y yo la cargamos en hombros para sacarla, seguidos por los demás con los que habíamos ido a la fiesta. Seguimos corriendo hacia donde se encontraban nuestros autos, pero cuando una piedra golpeó el suelo delante de mí y otras la acompañaron pronto, cambiamos de estrategia.

– No vayas para allá – me dijo Helena.

– Síganme – les dije a mis compañeros. Continuamos cargando a Helena, hasta que nos alejamos lo suficiente para que no nos siguieran más. Ahí la dejamos sentada en el suelo, y mientras evaluabamos el estado de su tobillo empezamos a preguntarnos cómo saldríamos de ahí. Estábamos tan lejos de los otros como de los autos.

Ahí fue cuando vos llegaste, y bueno, sabes el resto.

«¿Y que mierda vas a hacer?»

– Supongo que mañana iré a buscarlo. 

Divagares y Devanares del SueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora