Acciones Penales y Civiles que Correspondan

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Entró con ganas de matar a alguien, y el hecho de que me estén esperando desde ya con cerveza no me ayuda en lo más mínimo. Ya saben que vengo a matar y con poco espíritu colaboratorio. Por mucho que dependa mi libertad de ello.

Agus está en la mesa, de espaldas. Reconocería esa silueta donde sea, así aparezca en la vida real o es mis pesadillas. Me sorprende que haya llegado antes que yo. Debemos estar complicados, en su puta vida llegó temprano cuando eramos compañeros.

– Sentate Andrés - me dijo Oscar, nada más verme llegar.

– Espero que tengan una buena excusa para hacerme venir.

– Creo que sabes para que estas aqui.

– Si, me llego la misma situación que a ustedes. Espero hayan buscado un buen abogado.

– Precisamente por eso queríamos hablar con vos.

– No les voy a servir, aun no estoy recibido.

– No es por eso. Nuestro abogado nos ha dicho que tendremos más suerte con una defensa conjunta. Se que has buscado un profesional por tu cuenta pero... creo que valdría la pena que evalues...

– No tendría problema en compartir información con ustedes. Es más, no tendría problema en presentar una representación única. Por desgracia, no creo que todos los presentes estén de acuerdo en ello.

Respondo. Agus se voltea a mirarme, su semblante en calma, sus ojos en llamas. Ya he visto una docena de veces esta mirada.

– No esperaba menos de vos, te comportas como un niñato.

– Okey... y porque ahora resulta la seria del grupo.

Me dispongo a responder, pero alguien pone una mano en mi hombro

– Paren chicos. No vamos a permitirles eso.

– Y ¿por qué debería hacerles caso?

– ¡Porque si se siguen peleando vamos a terminar todos presos! ¡¿Te parece razón suficiente?! - interrumpe en un grito Marina. Asiento.

– Bueno, en miras que hemos tenido una excelente charla, en la que hemos sorteado nuestras diferencias, pasaremos a hablar de la imputación.

Cruzo miradas una vez más con Agus, jurando que este no es el fin de este asalto pero Sophie se interpone entre los dos, interrumpiendo mi línea de visión. Mi mirada queda enfocada en donde estaba el rostro de mi eneamiga y que ahora ocupan sus piernas.

Levantó la mirada para ver su comprensivo rostro mirándome desde encima. Debe saber algo que yo no, sino, no estaría en este lugar sabiendo lo que sabe. Pronto lo descubriría yo también, y tendría que ceder, aprendiendo que estábamos en un lugar mucho más peligroso de lo que parece.

Demanda conjunta me obliga a aliarme con quien es, mí peor enemiga, bajo el impulso del resto y con muy poco éxito


Divagares y Devanares del SueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora