Capítulo 6

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No estaba segura de cuántas horas había dormido. Empezaba a notar una débil claridad sobre sus ojos, debía estar por amanecer.

Se desperezó y volvió su rostro hacia donde estaba Mateo. Seguía allí, prácticamente en la misma posición que ella lo dejó al dormirse.

―¿No dormiste nada? ―preguntó ella confundida.

―No, me quedé haciendo guardia. Aunque fuera poco probable que algo sucediera aquí, debía estar atento por las dudas ―Su mirada estaba fija al frente. Su entrecejo estaba levemente fruncido.

―Me hubieras avisado y nos turnábamos ―sentenció ella mientras se acomodaba con las piernas cruzadas. Tenía la garganta muy reseca, necesitaba tomar algo pronto. Tosió débilmente.

―Estabas agotada Cobby, realmente necesitabas dormir. Aparte soy un guardián, permanezco horas haciendo guardias, a veces totalmente quieto ―Ignoró las muecas de Aradia al escuchar su apodo.

―¿Cuáles son tus funciones en el CED? ―Tenía mucha curiosidad de saber cómo era la vida allí.

―El centro de entrenamiento y defensa, se encarga de entrenar nuevos brujos. En ese sentido, una parte de mis funciones es enseñar. Igualmente hace años que no tenemos alumnos allí. De hecho los últimos fuimos Akemi y yo. Aunque sabíamos que pronto, luego del primer impacto, vendrían muchos novatos, por lo que nos estuvimos preparando ―Se giró y la observó fijamente. Estaba pálido, seguramente cansado, con hambre y sed.

―¿Quién es Akemi?

Mateo se sobresaltó ante la pregunta e hizo una mueca con su rostro.

―Una amiga de toda la vida, nos criamos juntos en CED 5, fuimos refugiados por así decirlo.

―¿No tienen padres? ―preguntó ella confundida.

―Mi madre vive conmigo en el CED desde que yo era pequeño, es la jefa médica, es una Moreau ―aclaró, como si para Aradia algo de todo eso tuviera sentido. No pasó por alto el hecho de que no contase nada sobre la familia de la tal Akemi.

Mateo sonrió al ver el rostro de confusión y espanto de Aradia.

―Vayamos por partes. Una de mis funciones es enseñar, la otra es ser guardián. Mi destino, mi trabajo desde que nací, fue siempre ser guardián y protector de miembros reales, de los clanes. Fui entrenado desde pequeño para seguir órdenes y proteger. En el primer impacto, mi misión era usar mis habilidades de sensor y proteger a aquellos que despertaran ―Hizo una pausa y la miró de arriba a abajo.

A Aradia se le hacía imposible negar, que esta nueva información sumaba muchísima más confusión a la ya preexistente.

―El Concilio de brujos está formado por doce familias reales. Son familias o clanes de estirpe muy antigua, cuyos poderes se remontan a siglos atrás. Además, hay muchas ramas secundarias, que generalmente suelen servir a la familia real.

―Tú perteneces a una de ellas, ¿Verdad?

Mateo abrió grandes los ojos y la miró sorprendido.

―Exacto. Pertenezco a los Alves, rama secundaria del clan Greco, especialistas en telequinesis ―Disfrutó por unos instantes la mirada sorprendida de Aradia, para luego agregar―: si Cobby, tengo un don perteneciente a la rama principal a pesar de pertenecer a la secundaria. Podría decir que soy único e incomparable, pero la verdad, no es tan fuera de lo común ―concluyó guiñándole un ojo.

―¿Quiénes son los doce clanes entonces? ¿Hay muchas ramas secundarias? ―Se acomodó expectante más cerca de él, mirándolo fijamente. Le agradaba toda esta lección de historia.

Concilio de Brujos: La hermandad OscuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora