Capítulo 15

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Una sonrisa de suficiencia llenaba cada rincón del rostro de Blackwood. León se aproximó al laberinto y comenzó a observarlo detenidamente.

―¿Quién será el primero? ―preguntó finalmente.

―Aradia ―respondió esta vez Mateo.

León asintió y también colocó sus palmas sobre la tierra. Una serie de líneas negras comenzaron a aparecer por debajo del laberinto. El cuerpo de León temblaba levemente mientras resplandecía suavemente. Debía estar canalizando una cantidad de energía abrumadora. Algo había convocado en el laberinto, pero desconocía qué.

―Bien. Procederé a explicarles el contenido de la prueba. Como verán, hay un laberinto ―dijo Mateo señalando a sus espaldas―. Entrarán por turnos por la abertura principal. La idea es que deben atravesarlo en el menor tiempo posible hasta la salida en el otro extremo. Dentro, encontrarán una serie de eventos que pondrán a prueba sus diferentes habilidades, no se contengan y utilícenlas al máximo.

―Perfecto, ya que saben con que se enfrentarán, tienen diez minutos para conversar con sus entrenadores, pero no pueden hablar entre ustedes novatos ―dijo adelantándose el Cuervo. Respiraba un poco más agitado de lo habitual, pero fuera de eso, se encontraba recuperado del esfuerzo que había realizado―. A mi izquierda encontrarán una mesa con diferentes armas y objetos que podrían serles de utilidad.

Sabía que el clan Blackwood era el denominado guardianes de los bosques pero lo que acababa de hacer el Cuervo era realmente increíble. Su poder era enorme, no se podía negar.

Aradia se arrimó al laberinto. Observó sus altas paredes. A través de la abertura podía observar que cada seto tenía al menos 50 cm de espesor. Un leve escalofrío recorrió su espalda. No tenía idea de que podía haber metido Blackwood en su interior.

―No sabía nada de lo del tipo de tu magia, en serio ―dijo Mateo seriamente a su lado.

Aradia se sobresaltó levemente y se giró a observarlo. Su semblante denotaba preocupación.

―No hay problema. Supongo que me hubieras dicho si lo sospecharas ―respondió ella.

―No es común ese tipo de magia y generalmente se confunde con lo ofensivo a corto alcance. Debí darme cuenta de las señales. No posees buena fuerza y precisión, pero analizas los patrones de movimiento y ejecutas una respuesta adecuada en base a eso.

―La verdad es que nunca lo pensé. Sí, creo que hago eso. Observo y pienso cuál es el movimiento más probable que realice el contrincante y evaluó mis posibles respuestas, cual puede ser más efectiva. ¿No es eso lo normal en una batalla? ―preguntó confundida.

―Sí, si eres del tipo estrategia. Lo cual es sumamente contradictorio con tu temperamento en ebullición. En el tipo estratégico, meditas y analizas cada movimiento. El tipo ofensivo de corto alcance es puro instinto, más compatible con tu temperamento ―sentenció él a su lado.

Un minuto de silencio le permitió comprender el alcance de sus palabras. Realmente su reacción primaria siempre era acorde a sus sentimientos. En su interior, reconoció que quizá, debía empezar a utilizar la estrategia a su favor, sobre todo si quería contrarrestar la soberbia de Blackwood.

―¿Algo que decirme sobre el laberinto? ―preguntó finalmente.

―Analízalo y dime que opinas ―sentenció él sonriendo levemente.

―Mide entre cinco y siete kilómetros de largo. Sus paredes son de al menos cincuenta centímetros de grosor. Por lo poco que pude ver desde la abertura de la entrada, las paredes son rectas. Me hubiese desesperado si las paredes fueran curvas, sería más difícil elegir caminos, no sería simplemente derecha o izquierda.

Concilio de Brujos: La hermandad OscuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora