Fama o hermandad (Itasasu) (Editando)

Capítulo 27: la carta de amor.

Capítulo 27: la carta de amor.

Cuando Itachi encontró a Orochimaru y fue a decirle que Sasuke seguiría ocupado un momento más, notó que Gaara estaba con este y Naruto, quien nerviosamente miraba hacia todos lados, en especial, y varias veces, hacia la salida de emergencia. Gaara seguía teniendo la misma estatura que la última vez que Itachi lo había visto, casi no había crecido. Seguía llevando los mismos piercings, los ojos pintados y muchos aros en las orejas; y eso hacía contraste con el atuendo de gala que llevaba.

—No me digas que te ha dicho que está ocupado —espetó Orochimaru al ver llegar a Itachi, quien asintió. Orochimaru puso sus ojos en blanco—. ¿Es que acaso nunca se va a tomar enserio estas cosas? ¡Siempre, desde niño que hace lo mismo! ¡Tenemos muchas entrevistas!

—Sasuke odia las entrevistas —comentó, para sorpresa de todos, Gaara—. Yo lo entiendo porque me pasa lo mismo.

—Por eso nos tendríamos que ir de aquí —comentó Naruto, encontrando una buena excusa para sacarlo de la fiesta, parecía al borde del colapso—. Si nos ve algún medio, empezarán a indagarnos... ¡imagínate la primicia: la antigua banda de Konoha vuelve a juntarse! Esta es la fiesta de Sasuke, su presentación... lo que menos quiero es opacarlo.

—Entonces no me hubieras invitado, Naruto. —gruñó Gaara, dejando a su novio confundido—. He viajado por ti... no sé qué esperabas.

—Pero... sí yo no te invité... —murmuró Naruto, extrañado. Con rapidez, agregó—. No es que no quisiera invitarte, pero estabas tan lejos que no quise importunarte. ¡Estabas en una gira! ¿Cómo iba yo a interrumpirte?

Gaara entrecerró los ojos, mirando a Naruto como si estuviera loco.

—¿Es una broma esto? Me has mandado un mensaje con tú celular para que viajara a verte, diciéndome que me extrañabas mucho, y que te gustaría que yo hiciera un cameo en la presentación. ¿Es que lo has olvidado?

Naruto pestañeó ligeramente, más confundido que antes. Sacó de su bolsillo el celular, buscado el contacto de su novio y yendo hacia mensajes, mostrándole a él y a la vez a Orochimaru e Itachi quienes estaban detrás, que no existía ese mensaje. El último era uno donde Gaara le respondía que lo extrañaba, y de eso de hacía semanas.

—Me extraña, porque la última conversación que tuvimos fue hace una semana y fue por llamada, siempre que podemos nos llamamos, no nos mandamos mensajes —le explicó Naruto, extendiendo el celular hacia la cara de Gaara, quien lo apartó bruscamente—. Oye, seguramente... ¿no te has confundido de mensaje? ¿Capaz un mensaje de tus hermanos?

—Mis hermanos no me dicen amor —espetó Gaara, cruzándose de brazos—. Yo no estoy loco, Naruto. Recibí tú mensaje, de tú celular y vine por eso. Si no fuiste tú, ¿quién lo envió?

Itachi dejó de escuchar por un momento como Naruto seguía insistiendo que eso era imposible. Siempre se había cualificado por ser una persona inteligente, rápida y especialmente, perceptiva. Nada de lo que decían ellos dos encajaba y si él hubiera estado en su lugar, su primera sospecha hubiera sido pensar que alguien más le había escrito el mensaje.

Para Itachi era bastante notorio que Iruka había descubierto el engaño de Naruto, había mandado el mensaje y luego borrado; quería que Naruto pagara. Pero Naruto no parecía darse cuenta de eso, o no podía simplemente aceptarlo frente a Gaara, quien se enfurecería al saber que estaba con alguien más.

Pero algo no le cerraba a Itachi en todo esto. Era todo excesivamente planeado, muy extraño para que Iruka (quién a simple vista le había parecido un joven encantador y nervioso) fuera a hacer algo así. Repasó mentalmente sus facciones, sus gestos al verlo hoy con Sasuke, su vestimenta.