Capítulo 38: los recuerdos.

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Capítulo 38: los recuerdos.


Itachi sentía los parpados como si se los hubiesen cosido. Experimentó la sensación de la piel desgarrándose mientras desplegaba lentamente los ojos, parpadeando suavemente al notar una cantidad exorbitante de luz que penetraba directamente en sus ojos.

Ante él se reveló un cielo azul con las olas del mar que acariciaban una playa de arena blanca, como una pintura encerrada en un marco cuadrado. Estrechó los ojos, percatándose de que aquello no era una mera imagen capturada, sino una ventana que mostraba el real mar y la playa.

Se sentó a duras penas, notando que estaba en una cama con sábanas blancas. Le dolían todas sus articulaciones, en especial los hombros y el pecho, como si hubiese pescado un terrible resfriado del que apenas estaba logrando curarse. Y su cabeza se llevaba el peor dolor, como si se hubiese golpeado contra una roca.

—Vaya, finalmente estás despierto.

Itachi giró la cabeza bruscamente y fue recompensado con una cortante punzada de dolor en su cabeza que le descendió veloz por la espalda, pero apenas le hizo caso cuando descubrió de quién era esa voz.

Shisui estaba sentado en una silla blanca en una esquina de la habitación, con el cabello alborotado como si el peine fuera un concepto desconocido y una fina capa de barba cubría su mentón. Para sorpresa de Itachi, un largo tatuaje decoraba su brazo derecho, asomando debajo de una musculosa.

—¿Qué-Qué haces aquí? —le preguntó Itachi, obligando a las palabras a salir a través de la garganta inflamada—. ¿Dónde estoy?

Shisui se puso de pie con dificultad, como si hubiera estado mucho tiempo sentado y arrastró la silla para sentarse frente a Itachi, y lo miró con ojos inquisitivos y preocupados.

—Si serás idiota, Itachi. Estás en el hospital, casi te ahogas en el mar. Me han llamado porque soy el único contacto que tienes de emergencia —Shisui le sonrió con puro alivio—. ¿Te encuentras bien? Me has preocupado mucho.

Itachi tosió al intentar hablar y se llevó una mano a la cabeza, donde sentía un dolor intenso.

—¿Ahogado? ¿De qué rayos hablas...?

En ese preciso instante, los recuerdos asaltaron la mente de Itachi. La gigantesca ola sumergiéndolo en las profundidades del mar, su cabeza golpeando la dura arena. Despertar en la playa con una voz que le hablaba, el nombre de una persona que le estremecía.

La imagen de Sasuke le surcó su mente como un rayo descendiendo veloz desde el cielo e impactando en la tierra. Una ráfaga de emociones se apoderó de él, y su corazón latió con fuerza en su pecho como si no hubiera latido por mucho, mucho tiempo. Cerró los ojos por un momento, dejando que los recuerdos tormentosos fluyeran libremente.

Así como había recordado en el mar a punto de ahogarse, los recuerdos aparecieron una vez más, esta vez tan nítidos como si los hubiera experimentado hacía minutos. Los momentos compartidos con su hermano le golpearon el pecho en una oleada de emociones, desplazando el odio que le había tenido para llenarlo de un amor tan puro y necesitado, un amor que siempre había estado allí, pero que su memoria lo había ocultado muy dentro de su ser.

Su mente en estos momentos era como un rompecabezas, uniendo todo lo que una vez Itachi había olvidado, y unificándolo a lo que había vivido por estos diez años. Durante esos años, había creído vivir una vida "normal". Ahora, al recordar el amor que sentía por Sasuke, sabía que no era así, sino que siempre había visto la verdad, pero su mente no había querido mostrársela.

Fama o hermandad (Itasasu) (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora