Capítulo 37: mi primer amor

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Capítulo 37: mi primer amor


El silencio que se había formado desde que entraron en la habitación era abrumador. Sasuke se había olvidado por un instante de su hijo cuando puso los ojos en Orochimaru, que yacía en coma hacía ya diez largos años. Todos los días, no importaba si estaba ocupado o el mundo se venía abajo, lo venía a visitar y a platicarle sobre todo lo que había hecho en su día, a contarle sobre su hijo, sobre la familia y a decirle lo mucho que le hacían faltas sus consejos. Sasuke no sabía si en realidad Orochimaru lo escuchaba, pero quería creer que sí.

Orochimaru había entrado en coma poco tiempo después que a Sasuke le dieran el alta en el hospital y desde ese entonces, casi pasando diez años, Orochimaru nunca había dado indicios de despertar.

Con sus casi cincuenta años, Orochimaru no parecía realmente de esa edad, sino que estaba de la misma edad que hacía diez años, como si al quedarse en coma no hubiese envejecido nada. Ayudaba que su genética, mitad japonesa, le hiciera verse más joven, pero mucho tenía que ver que Sasuke había contratado un sinfín de personas para que lo cuidaran. Tenía un especialista para cada cosa y uno muy importante, que Sasuke imaginaba que Orochimaru le hubiese dado más importancia a este, que era un dermatólogo. Este iba todos los días, por la mañana y luego por la noche para aplicarle cremas y nutrir el rostro que tanto había cuidado Orochimaru.

Sasuke no supo cuánto tiempo había pasado desde que entraron en la habitación, pero cuando su hijo le habló, le pareció que pasaron mil años.

Su hijo estaba más pálido de lo normal, pero sus ojos brillaban con intensidad. Sasuke, que había cuidado a Orochimaru desde que era un niño muy pequeño, lo conocía muy bien y sabía que su hijo estaba contento y conmocionado.

—¿Él es mi papá? —le preguntó Orochimaru a Sasuke, quien asintió quedamente—. ¿Y... me escucha?

—Posiblemente, no se sabe a ciencia cierta. Aunque yo quiero imaginar que me escucha, lo puedo sentir en mi corazón. Puedes... hablarle, si quieres.

Orochimaru abrió y cerró la boca, indeciso.

—¿Y... qué le digo?

—Podrías empezar por presentarte —le sugirió Sasuke con una sonrisa—. Lo que digas estará bien.

Orochimaru tomó aire antes de hablar.

—Hola... soy Orochimaru, me llamo igual que tú —se presentó tímidamente—. Soy tu hijo. Mi papá, digo... Sasuke... él me cuida, dice que tú eras muy cool. ¡Digo, eres muy cool! Maldición, ya metí la pata...

Sasuke soltó una carcajada, relajándose un poco, y le acarició la cabeza a su hijo.

—¿Ves, Orochimaru? —dijo Sasuke hablándole al Orochimaru adulto—. Te dije que era igual que tú. Aunque a veces es muy testarudo, me pregunto si eso lo ha sacado de su madre...

—Oye... eso lo he sacado de ti, papá —le recriminó Orochimaru y se dirigió a su verdadero padre—. Él es muy protector, no me deja salir nunca solo, ni a las casas de mis amigos salvo unos pocos. No puedo ir al parque a no ser que tenga un séquito de guardaespaldas en mi nuca y... y, aun así, es un buen padre. No quiero que te preocupes, papá. Tobirama y Sasuke, mis otros dos papás, me cuidan muy bien. Soy feliz.

Sasuke, conmovido por las palabras de su hijo, desvió bruscamente la mirada para que no viera sus ojos acuosos.

—Intento cuidarlo como tú lo hiciste conmigo, Orochimaru —le dijo Sasuke al mayor, notando la voz áspera—. Nunca le faltará nada, ni mucho menos lo más importante y lo que tú siempre me has dado: amor y una familia.

Fama o hermandad (Itasasu) (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora