Fama o hermandad (Itasasu) (Editando)

Capítulo 21: La verdad detrás de la verdad.

Este capítulo no se si es largo, pero si que es entero. Espero que les guste.

Capítulo 21: La verdad detrás de la verdad.

Sasuke lanzó una bocanada de aire al despertar, como si hubiera estado dentro del agua sin poder respirar. Miró desorientado a su alrededor, preguntándose qué demonios había sucedido para estar, en lo que parecía, al aire libre. La cabeza le daba muchas vueltas y la sentía como si hubiera dormido mucho. Sentía su cuerpo entumecido y no entendía para nada qué había pasado.

Al intentar moverse sintió como sus brazos le tiraban hacia atrás con mucha fuerza y fue cuando notó que sus manos estaban atadas detrás de su espalda, con algo que lentamente sentía punzante, como si hacía dos segundos no hubiera estado ahí, como si al moverse se hiciera más doloroso.

Se quedó quieto, con su pecho subiendo y bajando con violencia mientras intentaba comprender qué estaba pasando, recorriendo con su mirada horrorizada el lugar. Era una zona abierta, despejada, con un portón de acero a lo lejos y un edificio pequeño; había un vehículo negro y moderno estacionado a unos pasos; y el piso en el que se encontraba sentado era de cemento y estaba escarchado, Sasuke comenzaba a sentir el frío. El cielo estaba nublado y pronosticaba prontamente la nevada o una lluvia muy fría. Sasuke supuso que se encontraba en lo que parecía ser el patio de una fábrica, porque cerca del portón podía ver cajas de madera casi congeladas y containers.

Al estar afuera, con el viento azotándolo, entendió por qué no podía sentir parte de su cuerpo; se estaba congelando aun con sus abrigos, los cuales seguía teniendo lo mismo que antes, como si no se hubieran molestado en revisarlo y en sacarle las camperas que lo protegían del frío. Se preguntó cuánto tiempo había estado así.

Movió ligeramente su cabeza hacia un costado, notando un punzante y molesto dolor en su cuello, y entonces vio a Naruto —recordando al instante de verlo que lo habían descubierto—, que yacía aun dormido a su lado con la cabeza hacia abajo, en la misma posición que él; sentado con sus piernas largas extendidas y sus brazos hacia atrás, amordazas las manos con una cuerda marrón que estaba atada fuertemente a unos barrotes pequeños, pero gruesos. Donde estaban atados era como un pequeño mural que una vez había sido más grande, como las cercas con cemento que había visto en Central Park; pequeñas para que los visitantes solo entraran por la entrada y no saltaran la valla.

Sasuke sintió el pánico invadiendo su cuerpo y mente. Esto no podía estar pasando. ¿Acaso los habían descubierto? No tenía que ser un genio para saberlo estando en esta situación. Recordaba como unas manos lo habían agarrado y hecho respirar una sustancia química que imaginaba que era cloroformo, aunque no lo sabía bien, pero sí que el olor había sido tan fuerte... tan nauseabundo que aun podía sentir en su nariz ese aroma y su cabeza daba vueltas.

Intentó soltarse las manos moviéndose bruscamente y lo único que consiguió fue dañar sus muñecas, que ahora las sentía a carne viva. Lo habían sujetado tan bien que empezaba a notar como la sangre no circulaba muy bien en esa zona, haciendo que la muñeca y la mano se le adormeciera en un hormigueo incomodo.

Sentía un regusto amargo en su boca, el gusto a perdedor, al saber que había fallado en todo y ahora Naruto estaba involucrado con él.

—Naruto. —susurró Sasuke, mirando hacia varios lados mientras intentaba despertarlo, no sabía si alguien los estaba vigilando, si había personas en el auto que tenía los vidrios polarizados, y qué pasaría si se dieran cuenta que estaba despierto. Tenían que escapar, no podían morir acá. No permitiría que una vez más, por su culpa, alguien cercano a él fuera asesinado. ¡No podría soportarlo!