Fama o hermandad (Itasasu) (Editando)

Capítulo 9: Madara Uchiha.

Capítulo 9: Madara Uchiha.

Los ojos de Sasuke se abrieron de par en par; sorprendido. Aquella noticia le cayó como si le lanzaran un balde de agua helada en su cuerpo. Sasuke retrocedió unos pasos negando con la cabeza, intentando asimilar lo que había escuchado. Obito los miraba con desesperación y Madara con suficiencia, parecía el menos afectado.

El tío del que no se podía hablar. El hermano que Fugaku hacía que no existía. Tobi el pintor. Sasuke cerró sus ojos con fuerza para concentrarse, esperando que por arte de magia solo fuera una broma. Al abrirlos aun estaba ahí, frente al hombre alto y elegante.

—Eres Tobi, el pintor... —murmuró Sasuke, atónico e incrédulo—. Hiciste un cuadro... estaba en...

—En el museo de Manhattan —terminó Madara cruzándose de brazos—. Siempre fui bueno pintando. Al parecer alguien más ha tenido mis dotes sobre el arte, la música es arte. Aunque a mi hermanito seguramente no le guste eso, ¿verdad, Sasuke?

—Basta, Madara —pidió Obito viendo por donde iba a seguir la conversación—. No es el momento, ni el lugar...

—Fugaku siempre fue estricto —continuó Madara ignorando a su hermano, levando su voz al ver como Obito lo quería interrumpir—. El perfecto de la familia, pero sabes... antes sonreía más..., antes de tomar las riendas de la empresa. No era mal hombre, pero él... va, que va, seguro lo conoces muy bien. ¿Eh? Vamos al grano, ¿Quieres saber por qué me desheredaron?

—¡Te dije que pares! —gritó Obito, desesperado; quien miraba, con mucho temor, donde antes había aparecido Sasuke—. Si Fugaku te ve habrá problemas. Sasuke, ¿puedes guardar este secreto?

¿Cuál secreto? Se preguntó Sasuke, no entendiendo porque su padre no podía encontrarse con su hermano mayor. Era verdad que Fugaku nunca hablaba de él, y cuando el nombre de Madara Uchiha aparecía en una conversación, el rostro de este se convertía en una mueca desagradable y cambiaba de tema.

Madara suspiró dando una pequeña sonrisa divertida al ver a su hermano menor hecho un manojo de nervios. El hombre, para Sasuke, parecía ser alguien muy confiado, y con una personalidad extravagante. Ya verlo vestido completamente de negro, con su altura prominente, y su mirada oscura, daba la sensación de estar hablando con un mafioso, pero además, tenía algo que le daba clase y estilo. No se podía negar que era apuesto. Debía ser la sangre Uchiha, pensó Sasuke sintiendo sus mejillas arder.

Un trueno hizo que lo que estaba por decir Obito se perdiera con el estallido. Las primeras gotas empezaron a caer, y luego de un pequeño momento se volvió una lluvia torrencial, haciendo que los tres buscaran, corriendo, un techo donde cobijarse.

Sasuke, jadeante por la pequeña carrera, observó el rostro de su nuevo tío. No parecía ser que hubiera corrido, porque estaba con una respiración tranquila, con su rostro sereno. Y aunque estuviera un poco empapado, su cabello largo seguía revuelto y sedoso. Diferente a Obito, que respirada entrecortadamente y se revolvía su pelo dejándolo, aun más que antes, para varias direcciones.

—Madara... ven – vendrán ahora... Fugaku vendrá por la lluvia y nos verá —explicó Obito, jadeante. Veía horrorizado como algunos de los invitados al funeral iban saliendo. Ellos estaban en un pequeño techo de una tumba, donde tranquilamente si miraban hacia su derecha los verían, pero todos los que habían pasado estaban ocupados en cubrirse de la lluvia con sus brazos, y por ahora ninguno había reparado en ellos—. Seguramente buscarán a Sasuke y...

—Lo sé. Sasuke —Madara posó sus ojos oscuros en el muchacho, taladrándolo con la mirada y fue en ese momento que Sasuke se sintió cohibido; sintiendo como aquel hombre sabía que ya no era virgen—, si te interesa saber toda la historia, Obito te la puede contar. Eso sí, hermanito, solo esa parte, lo otro si es que Sasuke sigue interesado... me la dejas a mí. Pero, lo mejor es que no se lo digas a tu familia. Ellos no te dejarán ir a verme, créeme que lo sé.