Mailyn 🪐

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El olor característico del hospital inundaban mi fosas nasales, el color blanco marfil estaba en toda la habitación, intenté abrir los ojos totalmente, pero el dolor de cabeza era impresionante, ¿será lo que todos llaman resaca?, pero no solo por eso estaría aquí. Cerré los ojos intentando pensar que había pasado.

– Amor.. chiquita, ¿puedes abrir los ojos por favor? Estoy muy preocupada.. y y .. una vez más es mi culpa. – Los sollozos bajitos de mi madre eran desgarradores, ella era quien sufría más con cada ataque que me da.
Quería responder pero tenía la garganta seca, sentía el alcohol en mi boca, era asqueroso.
– A..agua.. por f-- antes de que lo pida ella se puso de pie a servirme un poco.
Mire alrededor y no estaba mi abuelo, él odiaba los hospitales, decía que le recordaba mucho al tiempo que mi abuela estaba enferma pero siempre estaba allí, con nosotras.
– Esta afuera.. con Jimin y Tae, ¿quieres que lo llame?.-- mi madre leía mi mente, tanto que también entendió lo desesperada que me sentí cuando dijo que estaba con ellos dos.
Intente levantarme, pero la cabeza me pesaba mucho, mis brazos no tenían fuerzas para sostenerme.
– Amor, tranquila.. no va pasar nada malo, ya todo esta mejor, ¿me puedes contar que fue lo que paso?
Cerré mis ojos y podía ver a Jackson, podía sentir de nuevo sus manos sobre mí, las lágrimas salían sin que yo pudiera detenerlas, miraba a mi mamá, no quería volver a ese abismo, no quería quedarme en esta oscuridad, pero todos me habían visto, todos hablaran de mi, de mis cicatrices, todos se reirán de lo débil que soy, que no pude defenderme, que volví a tener 9 años, ese asqueroso de hace 7 años atrás tenía razón. Nadie me va querer jamás, todos me van abandonar.
– Mailyn, por favor.. tranquila amor. No dejes que te vuelvan a sedar por favor, respira..-- quería enserio, lo intentaba con todas mis fuerzas, pero no lograba calmarme.
Mi madre salió de la habitación corriendo a llamar a alguien, me dolía respirar, mi mente solo quería descansar, quería morir, ya pensó mucho, pero mi corazón quería lo contrario, seguir viviendo latía con fuerza.
Escuche los gritos de mi abuelo, ordenando que no vinieran.
Pero ahí estaban, los dos ángeles mas hermosos que en mi vida había visto, trasnochado, uno con la boca rota, pero aún así lucia encantador, sus ojos pequeños al verme comenzaron a llorar.
– Mai.. perdoname por favor...- Jimin tomo mi mano y lo llevo a su pecho, le llenaba de besos-- por favor, trata de calmarte.. vayámonos de aquí.. vamos a cantar todas las canciones que quieras juntos, por el mundo.. pero tenemos que salir de aquí.. no pienses en nada solo respira.-- su voz melodiosa incluso cuando estaba llorando era increíble de escuchar. Pero solo alborotaba a mi corazón.. mi mente seguía pensando en cosas horribles, recordaba que ambos estaban viendo mis piernas llenas de marcas, que ambos me dejaron sola en esa fiesta, no tenía a nadie…
Pero hasta mi cerebro y cada parte de mi cuerpo se erizaron cuando se acercó a mi, y me dio un beso en la frente, él no estaba llorando, no estaba temblando.
– Llora todo lo que quieras Mailyn… tienes todo el derecho del mundo de sentirte mal, sé lo que estas pensando, que ambos te prometimos no dejar que nadie te lastime, que no volvimos a estar.-- poco a poco esa voz gruesa y esos ojos que me miraban fijamente hacían que me calmara, el corazón no palpitaba como loco, no sentía siquiera mariposas en el estomago, solo me gustaba verlo cerca de mi. A todo mi ser. Seguía hablándome, me acariciaba despacio la frente, acomodaba a un lado mis cabellos, Jimin sentado en el extremo de la cama sostenía mi mano, de vez en cuando lo llevaba a su mejilla.
– Gracias..- fue lo que pude decir antes de volver a quedarme dormida.

✨Maybe in another life ✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora