Mailyn 🪐

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Había pasado dos semanas de mi salida del hospital, Tae pasaba por aquí para traerme los apuntes de una compañera que nunca me había hablado, pero según él mismo quien se resistiría a una petición suya.

Sin embargo Jimin salía de clases y estaba conmigo hasta muy tarde de noche, aunque no lo podía creer, era un excelente maestro de matemáticas, nos pasamos las tardes haciendo tareas, hablando sobre lo mucho que le gusta cantar pero más bailar, que siempre le había llamado la atención la danza contemporánea y que hace un año comenzó unas clases a escondidas de todo el mundo, no entendía por que lo escondía.

Estábamos tumbados en el césped que mi abuelo había cortado recientemente, el día estaba agradable, no hacía mucho frío y el sol iluminaba en lo alto, el cielo azul no tenía ninguna sola nube.

– Mañana tengo una presentación, no tengo a nadie que me interese más invitar que a ti Mai, sé que no estas bien, pero necesitaba que supieras que ..

– ¡Claro que quiero ir! Estoy cansada de estar encerrada, y si bailas así como cantas, será todo un espectáculo.-- Me giré hacía donde él estaba, recostada sobre uno de mis brazos, cuando dije eso él hizo lo mismo, pude ver sus ojitos llenarse de lágrimas, y a mi se me encogía el corazón-- No llores por favor, no se que puedo hacer..

– Sigue viviendo Mailyn, tu mera existencia para mi es todo, he perdido muchas cosas y personas en mi corta vida, y aún así no sé como he podido vivir sin ti todos esos años.

Acarició una mejilla con su suave mano, y yo como un gato reaccionando a su contacto recostaba todo mi ser en ella.

Cerré los ojos y pude sentir su aliento cerca mio, me acercó a él con un leve movimiento, su mano reposaba sobre mi cintura, mi corazón latía a mil, mi cuerpo no lo rechazaba pero no lograba sentir las mariposas que Tae causaba con solo verlo caminar a la entrada de mi casa trayéndome los apuntes.

Pero Jimin era especial para mi, de eso no había duda, era como si fuera mi ancla a la vida, cuando todo se oscurecía siempre estaba allí.

Su beso era dulce y tierno, no me besaba con intensidad, pero cada suspiro que daba lo atrapaba con sus labios.

– Me alegro tanto que estén tan cómodos. ¡Pero levántense ahora mismo de mi jardín, miren lo que le han hecho a mi césped!

Ambos nos levantamos de un salto pero él seguía sonriendo, y yo amaba como mi abuelo lo abrazaba con un solo brazo.

– Señor Stone, ¿puedo llevar a su nieta a que se compre ropa de su edad?-- Puse los ojos en blanco, no hay un solo día que no se queje de mi forma de vestir.

– ¿Cuánto dinero necesitan?

– ABUELO! – ambos reían y se mantenían abrazados, mi abuelo nunca fue cariñoso con nadie, solo conmigo. Y amaba verlo así tan cómodo.

– No puedes ir a la gala con ninguno de esos vestidos que tienes mi amor, además eres adolescente, siempre piden dinero para estas cosas.

– ¿Cómo sabes lo de la gala?

– Emm.. les pedí a ellos también que vinieran a verme.

– Y yo encantado, dijo que era como el ballet clásico, y a tu abuela le encantaba estas cosas, seguro que hubiera estado feliz de conocerte, Jimin.

– Y estoy seguro que yo la hubiera amado también, sr. Stone.

Esa tarde era todo genial, Jimin como siempre era como un ángel, todos con quien nos cruzáramos terminaban girando para mirarlo, incluso los hombres, y estoy segura que él lo disfrutaba, pero aunque las chicas más lindas de todo el lugar lo mirara él no soltaba mi mano. Flotaba, flotaba a su lado.

✨Maybe in another life ✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora