Capitulo 60.

353 15 13
                                    

Había llegado el día de la cena especial, mande a preparar lo que me toco llevar odia el hospital.

El dr. Maykel me ignoraba de una manera demasiado incomoda, el Dr. Korner intentaba acercarse a mi y era un poco asfixiante.

—No se por que, pero estoy bastante feliz de la cena de esta noche.

—No me digas —le respondí a Zahia.

—¡Dios Pandora! —apretó mi mano —. Estaré hermosa esta noche. Y tu también lo estarás.

—No te creas, no ire con vestidos y esa cosa.

—Por favor Pandora —se puso la mano en la cara. —. No empieces con tus vergas.

Reí. —. ¿Y ese mexicanismo de donde te nació?

—Mi tía es mexicana y se esta quedando en mi casa —me respondió riendo.

Nos encontrábamos en emergencias atendiendo unos pacientes, yo estaba ayudando a el Dr. Maykel mientras Romeo ayudaba a Zahia.

El Dr. Maykel y yo fuimos a cirugía mientras yo observaba la agilidad de sus manos y la velocidad con la que hacia las cosas. Tenia una agilidad asombrosa.

Debía aceptar que era raro, en ningún momento me hablo, o me miro o siquiera me dirigió la palabra y en realidad no era que me importara mucho. Pero si me encontraba un poco raro puesto no era ese tipo de persona hasta que escucho mal, y pensó que salía con Romeo aquel día.

—¿Podría cerrar al paciente Dra. Hartd? —me pregunto sin mirarme siquiera.

—Si, doctor.

Salió del lugar, y honestamente yo era muy buena haciendo saturas, y solo me quedaba un mes para elegir a que me iba a dedicar en todo esto, y ya tenia en mente que era.

—Dra. Hartd —escuche detrás de mi mientras iba caminando a emergencias.

—¿Si? —me gire viendo al Dr. Korner y maldiciendo en mi mente al instante.

—A mi oficina.

Una de las cosas que mas me molestaba era que usaba su poder como jefe de cirugía para controlarme o algo parecido. Camine detrás de el mientras el observaba un historial que llevaba en sus manos. Me abrió la puerta para que pasara mientras observe a su hija sentada en el sofa. Solamente me quedo bufar al respeto.

—Toma asiento —me pidió mientras se sentaba en su escritorio.

—Así estoy bien —conteste mientras me cruzaba de brazos.

—Esto puede tardar —me dijo mientras me extendía en brazo para que tomara asiento.

—Ya le dije que así estoy bien.

Se encogió de brazos.

—Honestamente tenemos temas que debatir entre los tres.

—¿Hay alguna operación importante? —pregunte mientras observaba mi reloj.

—No es nada acerca de trabajo. —el contesto mientras entrelazaba sus manos.

—¿Y por que estamos reunidos aquí si considero que la única razón por la que hablamos es por que trabajamos juntos? —pregunte confusa.

—Por que somos una familia —respondió su hija.

—No —rei —. Nosotros no somos familia. Tu eres la chica que hace bullying y yo soy la que se aguanta por que eres la hija de alguien importante. Pero te lo dire enfrente de tu padre, la próxima vez que no pises el piso, o que te lleves mi brazo habiendo cientos de kilómetros de espacio, te vas a arrepentir. Por que ya estas colmando mi paciencia.

Recuérdame.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora