Recuérdame.

Capitulo 46.

—No se la respuesta Dra. Jackson —respondió la chica bajando la mirada.

—¿Que clase de doctor viene a una operación que se había acordado hace dos días y no tiene ni un previo conocimiento de lo que va la operación? —Zahia se tomo un respiro. —. Acérquese Dra. Taylor.

La chica se acerco nerviosa.

—Escuchen todos bien por que no lo voy a repetir, esto es una Cirugía de válvulas cardíacas. Dra. Taylor, esta cirugía consta de reparar o reemplazar válvulas cardiacas afectadas. ¿Para que sirven las válvulas Dra. Taylor?

La chica se quedo callada nuevamente y Zahia respiro profundo.

—¿Saben lo que me molesta? —hizo una pausa —. Que no es primera vez que están en una operación de estas, Dra. Taylor salga de mi quirófano por favor. —la chica salió con la cabeza abajo del quirófano. —. Estamos procediendo abriendo el pericardio. La sangre que fluye entre diferentes cámaras del corazón debe hacerlo a través de una válvula cardiaca, además la sangre que sale del corazón hacia las grandes arterias también debe fluir a través de una válvula cardiaca, por lo tanto las válvulas cardiacas son importantes.

La operación tardo varias horas pero fue exitosa, me dolían los pies, cuando termine me dirigí al subway para emprender el viaje a mi apartamento el camino fue muy silencioso, y misterioso a la vez a la hora de llegar al apartamento me di una ducho y me entre en la cama.

Pasaron ciertos días y yo me sentía un poco estresada, así que decidí ir a visitar a mi tía a su casa. Camine de mi apartamento a su casa, la verdad era lejos pero necesitaba caminar y observar todo lo que podría encontrarme en el camino. Luego de una larga caminata llegue a su casa.

—¿Como estas? —me pregunto mientras me abría las puertas para entrar a su casa.

—Bien ¿Y tu?

—Mejor —mi tía había perdido un embarazo de 5 meses y en esos meses me quede con ella la mayoría del tiempo con la persona que estaba salido se alejo al ella perder el embarazo y todo se volvió un caos en su vida. Pero yo siempre estaba ahí para ella, ya que básicamente su mejor amiga era yo, a mi ella me contaba todo con lujos de detalles.

—¿Quieres ir a almorzar?

—Si vamos —me dio un beso en la mejilla para luego darme un fuerte abrazo mientras salíamos de la casa y nos subíamos a su auto, para que ella me llevara al lugar que le gustaría ir a comer.

Llegamos a un restaurante que no estaba tan lejos de la casa, empezamos a pedir cosas y a debatir temas sobre medicina, problemas normales en la relación y entre otras cosas que son sumamente insignificantes para mi en estos momentos: enamorarme.

—Ya ha pasado mucho tiempo debes encontrar a alguien que te complemente y te ayude a seguir adelante.

—No quiero, no quiero estar con nadie ósea no se si me explico. Siento un trauma —reí —. No quiero que me vuelva a suceder algo parecido, y prefiero evitar enamorarme de como estaba de Hans.

—Necesitas sexo aunque sea —me hizo reír.

—El deseo de tener sexo hasta ha culminado en mi vida —observe la sopa que tenia enfrente y jugué con la cuchara en ella.

—Mírame —levante la mirada y la observe minuciosamente. —. Debes aprender a superar para vivir, y para superar hay que arriesgar y para arriesgar hay que vivir. Por lo tanto atrévete.

—Obviamente que en algún momento de mi vida lo voy a intentar pero, ahora mismo, no me siento ni lista, ni preparada para retomar una relación a ese nivel.