Capitulo 38.

98 14 1
                                    

Hans.

En lo que esperaba que llegara Pandora, me quede arreglando la cama. Para terminar de organizar la sala donde nos quedaríamos el resto de la tarde y la noche viendo películas. Pedi pizza y ordene unos que otros dulces que a ambos nos gustaban.

Hace unos días había pedido unas luces para ponerlas en la sala, la habitación y el baño de nuestra habitación y quince minutos después de Pandora irse llame a un amigo para que la instalara de la mejor manera y al final quede satisfecho con el resultado.

Puse las luces azules en la sala y deje todo organizado. Mientras tanto me comía unos de los flanes que había ordenado para llevar.

Cuando Pandora llego estaba hablando con sus padres, se encontraba feliz. Cuando observo todo lo que hice para ella empezó a lanzarme besos y hacerme esperar. Unos quince minutos después volvió envuelta en su pijama.

—¿Amor y todo esto? —me pregunto mientras sus labios se fundían ligeramente con los míos.

—Lo hice para ti, bueno para nosotros. —me quede mirándola y sonreí —. A veces te tengo cerca, pero no te siento cerca y me causa miedo el hecho de que quizás te pierdo. No se si estoy exagerando pero se siente horrible.

Ella paso su mano por mi rostro de una manera lenta y delicada.

—Nunca me vas a perder, la verdad es que yo soy tuya en cuerpo y alma. —fundió sus labios en mi mejilla. —. Nunca olvides que somos un equipo, yo estudio y trabajo, al igual que tu trabajas así que nunca pienses que algo malo puede pasar entre ambos, por que la verdad no creo que nos vayamos a separar si seguimos de la manera en la que vamos.

El hecho de que ella formara parte de mi vida, era mas que suficiente. Me complementaba en todos y cada uno de los sentidos y quería estar con ella hasta en el momento en el que no quería saber de mi. Era como si Pandora fuera mi aire, la necesitaba para vivir de una manera que no comprendía pero sentía que era muy necesaria. Sentía que ella era todo lo que había pedido, la mujer perfecta, y no hablo del físico sino de lo mental, y personal. Se merecía todo y cada una de las cosas que me pedía, y yo me encargaba mas que nadie que todo en su vida fuera como ella quisiera. Ayudaba a su familia y era una persona de confiar, entregada y mas que eso dedicada a todo.

Yo ya sabia que ella iba a ser la mejor cirujana y eso, que aun no había concluido con la universidad pero ella cada vez que yo la observaba estudiando, me daba la certeza de que lo iba a conseguir  y que iba a ser la mejor en eso.

Yo termine dormido en el sofa con ella en mi pecho, duramos hasta tarde viendo películas.

Pandora.

Levante mi cabeza mirando al rededor tratando de ubicar donde me encontraba. Rasque mis ojos y me levante de aquel sofa, para quedarme observando a Hans mientras yo me colocaba las sandalias, me arrodille y aparte el pelo que cubría su cara, se veía tan bello. Baje a la cocina y prepare el desayuno, limpie todos los trastes. Y luego subí a ducharme debía ir a la universidad para tomar unos exámenes sumamente importantes.

Coloque en la mesa el desayuno de Hans tapado para luego arreglarme e irme a la universidad, al llegar no estaba los maestros solo yo y una chica con el cabello rapado, que la verdad nunca había visto antes.

Tome asiento y espere que llegara el maestro que tocaba para poder tomar mis exámenes e irme a casa, paso media hora y sentí como alguien tomaba asiento junto a mi mientras yo marcaba unos subtítulos de mi cuaderno.

—Soy Antonella —hablo la chica de pelo rapado junto a mi, vestía de negro como si fuera gótica, la mire de reojo un poco sorprendida de que me hablara la verdad, para luego sonreírle y ver como masticaba chicle de una manera muy exasperante.

Recuérdame.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora