Recuérdame.

Capitulo 13.

Me concentre en prepararle una buena comida a mi novio, mientras las señoras limpiaban la casa yo estaba emocionada por que el llegara ya me había aprendido su horario de llegada, de irse, de reposo y de dormir.

Arregle el comedor y luego me di una ducha hasta que el llego, baje al primer piso donde había arreglado la mesa para almorzar con el. Al verlo entrar por la puerta me emocione el me dio un beso en la frente y luego me abrazo.

—Subo me ducho y luego comemos ¿Vale? —me tomo de las manos.

—Vale.

Camine al comedor termine de arreglar todo y espere a Hans quien llego unos cinco minutos después.

—¿Que tal tu día? —le pregunte mientras le servía la comida.

—Un poco complicado con la compra de las telas y eso, pero al final lo resolvimos.

—¿Que paso con las telas?

—No eran de buena calidad, entonces fuimos a diferentes lugares hasta encontrar unas telas que al diseñador le gustara, por que sino se estresa, es muy entregado con su trabajo. ¿Y tu amor? ¿Fuiste a la universidad? ¿Le dijiste a tu familia?

—Hoy tome las clases virtuales por que el profesor hoy no asistiría así que luego de eso si, hable con ellos y verán si le dan unas vacaciones en el trabajo.

—Ojala se las den, quiero conocer a mis suegros y a mis cuñados —sonreí.

—Tambien me gustaría a los conocieras.

—¿Tu preparaste esto amor? —dijo degustando los frijoles.

—Claro.

—Pensé que solo hacías sopas instantáneas —empezó a reírse de mi.

—Es que es fácil hacer sopas instantáneas.

Nos quedamos un rato hablando y luego el me ayudo a limpiar los platos, para luego irnos a acostar juntos.

—Quiero llevarte a las oficinas —me dijo mientras besaba mi cuello, y me mordía los labios yo sabia lo que el quería.

—¿Para que? —le cuestione mientras lo pegaba mas a mi cuello.

—Quiero enseñarte como es este negocio.

—Yo quiero que me enseñes otras cosas —musite en su oído antes de que el se colocara encima de mi.

Sus labios se estamparon en cada parte de mi cuerpo de una manera delicada y sutil. Había tomado la costumbre de arañarlo mientras teníamos sexo así que él evitaba que mis manos llegaran a su espalda, por una parte no me gustaba por que quería abrazarlo pero por la otra me sentía domada por el. Amaba cada parte de el su trato todo. Sentía como sus estocadas me llevaban a otro nivel mientras yo apretaba los ojos de placer. Hasta que su celular empezó a sonar, el no se detuvo y dejo que el celular siguiera sonando. Pero en realidad no paraba.

—Contesta —dije rodando los ojos.

El suspiro de ira y tome el teléfono.

—¿Que? en este momento estoy ocupado —salí de debajo de el y me senté en la cama —. ¿A que hora seria eso?, manda el cargamento y ya.

Intente pararme de la cama y sentí la mano de Hans tomarme del antebrazo.

—¿A donde vas si aun no hemos terminado? —suspire.

—Es que...

—Ya amor, mira —me mostro como apagaba el celular —. Ya nadie nos interrumpirá, ven terminemos no me puedes dejar así.