Bajones, eran las cosas mas normal en mi vida siempre los tenia. De manera repentina y estaba mas que cansada de eso. Me gustaba estar completamente sola sin nadie a mi alrededor, así que me iba los fines de semana a el lago al cual fui una vez con Hans, recordando el miedo que tenia de entrarme al agua. Me senté observando el lugar, tratando de reproducir el momento en el cual el estaba y yo estaba feliz. Recordando cuando yo era feliz.
Recordando como era mi vida junto a el, era feliz, afortunada y dichosa.
Entre mi pie en el agua del lago, aun el miedo de que existiera algo y me comiera el pie existía, pero pensar en el me hacia valiente. Así que me quite cada una de mis prendas y me quede parada en el puente, con una mano me agarraba el codo, dudando de entrarme al agua. Cerré mis ojos suspire y los abrí.
—¿Sabes nadar? —me pregunto mientras me quitaba los zapatos.
—No me digas que vamos a entrarnos ahí —amarre mi pelo.
—Claro que lo haremos.
—Júrame que no hay cocodrilos o cualquier animal que nos pueda matar.
El sonrío. —. Solo pequeños peces... creo.
Recordé la conversación de cuando el me trajo aquí, y una pequeña sonrisa se formo en mis labios. Y no se por que, pero lance un grito super fuerte en ese momento, y tal vez podría decir que me sentía mas libre, como si un pesado de mi ser había desaparecido. Como si necesitaba haber hecho eso antes, me sentía libre con un inmenso vacío.
Me entre al agua, estaba fría pero me sentía bien ahi dentro. Nade, aguante la respiración y sobre todo intente relajarme lo mas que pude en ese lugar. Cuando salí del lago me dirigí a el lugar al que fuimos a comer después de ir al lago, no habían muchas personas, en ningún momento me retire las gafas, los medios pensaban que me había suicidado, puesto deje las redes sociales y todo tipo de trabajo que me exponga hacia el mundo, usaba ropa deportiva pero que me encantaba, y me cambie el color del pelo, si antes era negro ahora era castaño super claro como si fuera gris o blanco no sabia como describirlo exactamente.
Solo sabia que las personas no me reconocían y eso era un alivio para, pues no me gustaba para nada hablar con nadie, ni que me tomaran fotos. Con Hans esas cosas las disfrutaba, pero desde que lo deje todo me molestaba, cuando personas se acercaban a mi para que les regalaba una foto no podia, no podia por el simple hecho de que no tenia una sonrisa para regalarle a esas personas que me apoyaron en el poco tiempo que dure en el modelaje.
Me gustaba salir conmigo misma, salir sola, ir a cenar sola, vestirme elegante y irme a un buen restaurante sola. Se me hacia complicado expresar como me sentía cuando hacia eso, pero cuando me siento el la mesa del restaurante y estoy cenando siento que Hans esta en la silla de enfrente conmigo junto a mi.
Comí en aquel lugar, sentándome en la mesa en la cual nos sentamos la primera vez que vinimos. Escuche mi celular sonar mientras observaba el menú.
—Dime Zahia.
—¿Que harás esta noche?
—Tengo una cita. —dije mientras le indicaba a la mesera lo que quería comer.
—¿Y con quien que no me dijiste nada?
—No lo conoces.
—¿Me vas a contar como te fue cierto?
—Claro. Te contare mañana.
—Esta bien, hablamos luego.
Colgué, y me quede observando todo el lugar, envolví mi pelo. A veces deseaba cortarlo pero otras veces no. Cuando almorcé me dirigí a mi apartamento y me di una ducha, tenia una reservación en un restaurante. Me coloque un pantalón Capri slim gris, una camisa blanca y unos tacones de punta negros. Solté mi pelo tome mi cartera estructurada gris y camine al parqueo del edificio.
—Que belleza se asoma por aquí —dijo el técnico del edificio.
Le sonreí.
—Estas hermosa —me guiño el ojo y se fue.
Me entre al auto y me coloque el cinturón poniendo mi cartera en el asiento del copilotó asegure la puerta y puse el auto en marcha, puse jazz mientras conducía para relajarme un poco. Al llegar al restaurante que Hans y yo considerábamos nuestro favorito, aparque el auto y tome mi cartera para bajarme. Arregle mi pelo y entre al restaurante, las gafas que tenia en mi cabeza las baje a mis ojos, sabia que no había sol pero no me importaba mucho la verdad.
—Bienvenida —hablo el portero.
—Gracias.
Me senté, en la misma mesa de siempre. Se me había hecho costumbre venir a cenar los domingos.
—¡Te haces daño a ti misma haciendo toda esta mierda! —me grito Antonella mientras sus manos se encontraban en su pelo.
Yo solo me quedaba callada.
—No siento que me este haciendo daño, solo siento que no tengo cerca... no lo se. —me encontraba en una esquina de mi apartamento recostada de la pared con las rodillas en el pecho.
—Debes dejar de hacer eso, ir a ese restaurante, visitar los lugares que visitaste con el, solo hara que para ti sea mas difícil superar esto.
—Ya lo supere solo a veces quiero recordar como eran las cosas con el —musite mientras una lagrima corría por mi mejilla.
—¡No, no lo has hecho y ha pasado mas de un año y medio Pandora! —respiro varias veces, y se sentó junto a mi tomando mis manos. —. ¿Por que tienes todas esas pastillas en el baño?
—Son para el estrés, por la universidad, el internado, la empresa, y todas las cosas de las que el me hizo cargo, es difícil hacer las cosas como el. No puedo dormir, no puedo hacer nada, no puedo contarle a mi madre, no quiero estresarla mas de lo que esta. Las pastillas me las receto el medico.
—¿La psicóloga que dice?
—Dice que pensaba que yo tenia mas fuerza de voluntad, que no estoy poniendo de mi parte, y que estoy en esta situación por que quiero. Dejare de ir, creo que ella no me esta ayudando en nada.
—Si lo esta haciendo, pero ella te dice que hagas algo y tu, haces todo lo contrario tienes que poner de tu parte Pandora. Cuando yo te conocí tu no eras así, tan débil.
Mis ojos se clavaron en los de ella.
—¡Me conociste completa, feliz, ¿Cómo crees que se sentirá perder a tu pareja que tanto quieres! —le grite de impotencia. —. ¡Si estoy poniendo de mi parte, si es difícil, y ya estoy harta de que me llamen débil cuando nadie esta pasando, o ha pasado por lo que yo estoy pasando! —me levante enojada con los ojos llenos de lagrimas del suelo. —. ¡Es difícil ayudar a una persona cuando no has pasado por eso, así que déjame en paz! —pase mis manos por mi rostro. —. ¡¿Que me vas a decir? ¿Lo vas a superar? Estoy harta, se que en algún momento de mi vida lo voy a superar, pero me estresa que no me digan exactamente que me va ayudar, solo mierdas, solo me dicen mierdas que lo que hacen es que en vez de superar esto me caiga mas en el puto hoyo!
Suspire, intente relajarme.
—Esto es como un hoyo, oscuro sin fondo. —su cara estaba neutra pero sus ojos estaban llenos de lagrimas. —. ¿Te podrías ir? Tengo cosas que hacer, y me tengo que levantar temprano mañana.
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Recuérdame.
RomanceBien, imagina estar saliendo por casi un año con un hombre y luego de pasar tantas cosas te das cuenta de una mentira que cambia por completo tu vida. 3k de lecturas 23 de abril del 2022.❤️ 4K se lecturas 27 de Abril del 2022.❤️ 5k de lecturas 4 de...