Capitulo 36.

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Luego de volver del viaje de Venecia, continuamos enfocados en nuestras cosas, el continuo en la empresa y me llevo muchísimas veces para enseñarme como el la manejaba.

—Quiero que leas estos libros.

—¨Como dirigir una empresa¨ —lei el titulo del libro y lo mire confundida. —. ¿Exactamente por que quieres que lea esto? O sea voy a ser cirujana no creo que vaya a poner una empresa —me quede pensando en cuando cumpliera eso. —. Quizás ponga una clínica eso obvio de que lo hare, pero no una empresa. —habla como una cotorra super rápido.

—Cálmate, cálmate. —me tomo de los hombres y los acaricio —. Solo quiero que aprendas acerca de esto.

—No tengo tiempo amor, sabes que la universidad me tiene muy al cuello.

Me hizo una cara de tristeza, que siempre ponía cuando quería que yo haga algo.

—Amor...

Absorbió su nariz como si estuviera llorando.

—Esta bien.

—Perfecto —cambio la cara rápidamente y me estampo sus labios en la frente. —. Nunca esta demás aprender algo nuevo, y vas a aprender a dirigir la empresa Klein.

Mis ojos se abrieron como platos al escuchar eso.

—¿Estas bromeando cierto?

—Me vez cara de que lo estoy haciendo.

—Amor no voy hacer eso, sabes muy bien que es un trabajo que lleva bastante tiempo, y tengo la universidad, aparte me introduje a la industria del modelaje por ti. Por lo tanto también tengo algunas pasarelas para este y el mes próximo.

—No es que te voy a poner a trabajar en la empresa, solo quiero que de vez en cuando me des un día de tu atareada agenda. —hizo énfasis en la palabra atareada mientras agitaba sus manos y arrugaba la cara como loco. —. Para yo poder enseñarte de esto o por lo menos poder ilustrarte. O sea que tengas una idea de como manejarla si un día yo me voy de viaje, y el vice presidente de la empresa esta enfermo.

—No creo que sea buena idea que dejes tu legado, a mi poder. Podría ser peligroso. Tal vez hago algo mas y no se... pierdes todo.

—Por eso mismo amor, exactamente por eso es que te voy a enseñar a manejar la empresa. Para que no hagas algo como eso, cuando yo necesite de ti.

—Amor pero es que...

—Sin peros. —volvió a poner sus manos en mis hombros —. Te amo princesa.

Me pase una gran parte del día en la biblioteca de la universidad estudiando, y haciendo un sinnúmeros de cosas. Me empezaba a doler la cabeza de tanto investigar y de tanto leer. Hasta que pude llegar a la casa y darme una ducha, desenrede mi pelo y lo trence para luego acostarme. Tome mi teléfono y le marque a Hans.

—¿Si amor?

—¿A que hora llegas?

—Acabo de entrar a la casa princesa.

Sonreí.

—Ah, esta bien hablamos aca arriba.

Cuando Hans subió se lanzo a la cama a besar.

—Me doy una ducha y vuelvo contigo princesa.

—Esta bien.

Unos minutos mas tarde Hans volvió y se acostó junto a mi.

—Estoy estresado.

—¿Por que? —lo observe mientras apretaba el puente de su nariz.

—Por que hay muchas personas que dependen de mi.

—¿A que te refieres?

—A mis empleados, mis trabajadores. Los de la empresa, los del café todos y cada uno de ellos dependen de mi.

—Siempre lo han hecho amor. ¿Por que en este momento te afecta?

—Por que es una responsabilidad amor, tengo que trabajar, hacer negocios. Y pagarles. Las personas que trabajan en el café eran personas que no tenían recursos, que no tenían buenos ingresos, o tal vez nada de ingresos y yo los ayude con ese trabajo. Al igual que las personas de la empresa. En realidad ya de esa parte se encargo mi padre. Todas las personas que trabajan en la empresa las formo mi padre. —suspiro. —. Mi padre los envió a estudiar en el cargo que el creía que cada uno de ellos merecía. Mi madre servía el café, y un día el la miro y se enamoraron. Mi madre no tenia nada de dinero. Ella, mi abuela y mi abuelo vivían en un piso muy pequeño, y no trabajaban. Mis abuelos estaban enfermos y mi madre apenas estaba estudiando, hasta que un día consiguió empleo sirviendo café que pagaban de una manera muy significativa. Y la contrataron. Al contrario de mi padre, de parte de padre siempre han tenido dinero, y con el fallecimiento de mi abuelo una gran cantidad de dinero quedo a su poder, y el decidió poner una empresa.

Acaricio mi mejilla.

—A mi tía, la que tiene una sucursal en New York, mi abuelo no le dejo nada, por que el venia la avaricia en sus ojos. El notaba que esa mujer solo quería dinero para vivir en las Bahamas y no ayudar a nadie. Por lo tanto mi padre y su hermana eran polos opuestos. Y no le toco nada a ella.

—¿Su padre no le dejo nada?

—Una casa, que vendió a los dos días de mi abuelo fallecer, era una casa familiar muy valiosa y especial. Mi padre no quería que ella se deshiciera de la casa así que se la compro.

—¿Y donde esta la casa?

El sonrió —. Vives en ella amor.

Sentí una calidez en el corazón que no podia explicar para nada.

—Obvio con el paso de los años mi padre la remodelo, y cuando se mudo con mi madre pues mi madre la siguió remodelando. Hasta que una casa de un piso, se convirtió en una de tres. Y mi tía al ver que el dinero se le acababa quería recuperar la casa. Algo que no se pudo por que ya la casa era legalmente de mi padre e madre. Por lo tanto ella no pudo hacer nada. Cuando mi madre, mi padre y mi hermano fallecieron, ella solo vino para ver si le había dejado mi padre algo en el testamento. Al ver que no le dejo nada. Hizo que yo me encariñara con ella, y le entregara una sucursal de la empresa en New York.

—¿O sea que ella es la dueña?

—No, por que para eso ella debería ser la dueña de la empresa en si, y ella no es la dueña. Pero ella recibe una gran cantidad de todo lo que genera esa sucursal. Y hoy me llego un correo en el que ella quería reducir personal, y es obvio que quiere reducir personal para obtener mas ganancias. Pero no se lo permití, por que quizás esas personas cuidan muy bien su trabajo y ella tal vez solo quiere deshacerse ser ellos para obtener mas ganancias.

—¿Y que piensas hacer? —le pregunte mientras rascaba mi cabeza tratando de comprender la delicadeza de esta situación.

—No se, ese es el problema. Aunque no sea la mujer mas humilde del mundo, es familia. Y aunque se que tiene dinero para vivir esta vida y otra, se que no sabe cuidar del dinero y en un día podría gastarlo todo y quedarse sin nada.

—¿Ella no tiene hijos?

—No, es estéril.

Mi mente se quedo un blanco una rato.

—Amor ¿y si tu eres estéril y no podemos tener hijos mas adelante?

El sonrió.

—No amor, no te preocupes por eso mi madre me llevo a muchos estudios a mi y a mi hermano. Y todo esta bien.

Al final el se acostó y yo me acosté sobre su pecho mientras el acariciaba mi rostro de una manera delicada hasta yo quedar, profundamente dormida.

Recuérdame.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora