Capitulo 34.

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—No puedo creer que simulaste todo —dijo mientras llegaba al patio trasero observando todo lo que era para ella.

—Pues la verdad si, amor ¿Cómo me creerías capaz de olvidar algo tan importante como tú cumpleaños?

—No lo se amor, las cosas suceden y la verdad todo está hermoso, me encantan estos girasoles.

Nos la pasamos viendo películas, acostados y comiendo algunas cosas. Duramos horas y horas viendo películas que a ella le encantaban. Hasta que se quedó dormida luego de abrir todos los regalos que se encontraba cuando caminaba por el lugar. Quedo exhausta y yo feliz de que todo le haya gustado.

El tiempo paso y tenia planeado que viajáramos a Italia quería llevarla a Venecia a que conociera un poco, estábamos en temporada de frio así que le dije que comprara unos cuantos abrigos por que en esta época el frio era mas que insoportable.

—¿Amor estas seguro que quieres que viajemos? —me pregunto mientras yo observaba los vuelos disponibles a través de la pantalla de mi ordenador.

—Claro que si, estoy buscando el vuelo.

—Amor sabes como voy en la universidad y también tu y la empresa.

—Amor solo sera una semana, tu y yo solos —bese su mejilla.

—Amor hace una semana fuimos a donde mis padres.

—Si pero ahora quiero que vayamos a Italia.

Ella rodo los ojos y yo le pegue una nalgada.

Encontré los vuelos y los compre.

—Bueno querida, nos vamos en tres días a Italia.

Arreglamos las maletas al día siguiente para tener todo organizado y no estar como locos a ultimo momento.

Yo estaba muy feliz por que en realidad quería que viajáramos, y lo íbamos a hacer mas seguido tenia pensando que viajáramos aunque sea una vez por mes. Ella siempre estaba dispuesta a todo aunque unas que otras veces se resistía pero al final yo siempre la convencía.

Al momento de irnos del país estaba muy feliz, mas que emocionado y no sabia por que.

—En realidad hoy amaneciste muy feliz.

—¿Se nota mucho?

—Estas silbando y odias silbar.

—Bueno —hizo una pausa —. ¡Hoy amo silbar!

La estampe alrededor de ocho besos en toda la cara.

Llegamos al aeropuerto hicimos el check-it y esperamos. Pandora había comprado una cámara de fotos instantáneas.

—Amor si te molestan las fotos me dices pero recuerda que acepte todos los viajes que tienes planeado a cambio de hacer un album de recuerdo de nuestros viajes juntos amor.

—No me molesta amor —deje la maleta a un lado —. A ver tómame una foto así —hice pose de dama para luego notar como ella no contenía la risa y no me tomaba la foto. —. Vamos amor no puedo aguantar mas en esta pose, me va a doler la espalda.

Luego abordamos el avión en el camino yo solo iba pensando en todas las cosas que quería mostrarle a Pandora cuando llegáramos. Luego de unas 5 horas de vuelo llegamos a Venecia, duramos un largo rato esperando nuestra equipaje, para luego ir a nuestro hotel donde ya teníamos las reservaciones.

—¿Estas cansada? —le pregunte mientras desempacaba algunas cosas de la maleta.

—En realidad si —ella empezó a desnudarse para darse una ducha.

—¿Empezamos mañana? —le pregunte mientras acariciaba su espalda, y notaba como su piel se erizaba.

—Si —dijo con un hilo de voz.

Baje mis manos hasta su cintura donde me aferre mientras besaba su cuello.

—¿Nos duchamos juntos? —me pregunto mientras presionaba sus nalgas en mi erección, ni siquiera espero que le respondiera solo me tomo con firmeza de la mano y me llevo a la ducha. Ella empezó a llenar el Jacuzzi mientras besaba mi cuello y me desabotonaba el pantalón.

—Espera —le dije mientras observaba un control sobre el lavado, empecé a presionar y observe como las luces cambiaban de color. —. ¿Azul? —le pregunte mientras observaba como empezaba a echarle shampoo al agua.

Ella sonrió a mi pregunta pasándose la lengua por los dientes, se sentó en una orilla del jacuzzi y abrió las piernas de una forma muy provocativa.

Nos entramos al agua tibia y ella se sentó sobre mi mientras me besaba con unas ganas como si quería comerme. Hizo un poco de distancia entre nosotros para luego, ponerse a jugar con la espuma se puso de pie, y empezó a sobar su cuerpo con esa espuma mientras me miraba con una sonrisa coqueta y mordiéndose los labios. La tome del brazo para volver a tenerla cerca. Mientras la tenia sobre mi nuevamente ella movía su cintura de una manera muy excitante, nuestras intimidades se rosaban de una manera peligrosa.

—¿Por que no te lo entras? —le pregunte mientras la tomaba de la nuca y apretaba el cabello que había en ese lugar de una manera suave pero a la vez agresiva.

—Falta algo amor.

—¿Algo como que? —le pregunte mientras ella pasaba su lengua por todo mi cuello hasta llegar a mi pecho.

Salió de la ducha desesperándome, para luego de uno o dos minutos escuchar nuestra playlist favorita para follarnos como depredadores. Cuando volvió tenia el pelo suelto, la luz azul del lugar, y la música hacia que yo la observara como si ella caminara en cámara lenta. Cuando la tuve sobre mi apreté sus nalgas, y la bese con deseo. Pero en su cara notaba que solo quería maltratarme y torturarme. Así que la puse de espaldas mientras ella se apoyaba del jacuzzi, restregué mi intimidad con la de ella, para luego escuchar como un gemido dulce y excitante salía de su boca.

—Te voy a follar tan rico, que no vas a querer terminar nunca.

—Siempre que me follas nunca quiero que termines —me dijo para que al final escuchara su risa picara.

Cuando entre en su intimidad no pude evitar lanzar mi cabeza hacia atrás, mientras mordía mi boca, ella gruño de placer. Empecé lento, para luego tomar mas ritmo, me encantaba ver la perfecta curva de su columna cuando la ponía en esa posición, y lo precioso que se veía su culo cuando estaba así.

—No te detengas —gimió mientras movía su culo desesperada por que me detuve un momento. —. Nalguéame papi —dijo seguido de un rico suspiro —. Hazme tuya.

Me senté y ella se subió sobre mi, entrando mi intimidad en la suya mientras yo solo podia suspirar mientras ponía mis brazos sobre el borde del jacuzzi. Ella saltaba desesperada sobre mi.

—¡Ay papi! —lanzo su cabeza hacia atrás mientras movía su cintura en manera circular sobre mi —. Te amo, te amo, te amo. —musito mientras enredaba sus manos en su pelo con su cabeza lanzada hacia atrás.

Puse mi mano en su cuello y apreté para luego ver como ella sonreía y se mordía los labios.

—Eres una sádica ninfómana —le dije mientras sonreía y mordía mis labios.

—Solo tu me vuelves así —sonrió al igual que yo y mordió sus labios, yo baje mi mano a sus senos y los apreté. Ella movía su culo con mucha habilidad. Y yo casi estaba apunto de venirme. Sali del Jacuzzi y me pare en la alfombra.

—Ven princesa —la llame mientras escuchábamos The Hills a todo volumen, al ella acercarse a mi la cargue poniendo sus piernas sobre mis brazos ella tomo mi intimidad y se la introdujo lento, para luego yo empezar a moverla lento y luego yo entrar y salir lento, algo que la desesperaba por que empezaba a saltar desesperada. Hasta que ambos terminamos viniéndonos.

Nos sacamos la espuma que nos quedaba y nos acostamos, nunca nos habíamos agotado tanto. Yo me acosté y caí rendido al igual que ella, que se durmió sobre mi.

Recuérdame.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora