Capitulo 15.

171 18 0
                                    

Al llegar al restaurante yo cargue a la preciosura de mi hermano, entramos y nos llevaron a la mesa en la que nos tocaba. La mesa era de seis, mis padres de sentaron al lado mi hermana se sentó en la silla en una de las sillas verticales y yo senté a mi hermanito junto a mi para darle la cena.

—Tengo hambre —dijo mi padre.

—Estas dieta —dijo mi madre.

—Pediré una ensalada.

Me eche a reír.

—¿Y tu hombre hija?

—Bueno, al parecer aun no ha llegado.

—Yo quiero verlo, por que si es feo te dare con la botella del agua —me miro con advertencia. —. Ire al baño.

Se levanto y empezó a caminar. Me quede hablando con papá sobre su dieta imaginaria.

—¿Dónde esta el baño? —me pregunto Ana mi hermana mientras se ponía las manos en la cintura y movía la cabeza con todo y cuello hacia mía.

Le indique donde estaba el baño, y luego desapareció. 

—No estoy de acuerdo —le dije a mi padre.

—Deberías estarlo, pues bajare de peso.

—¡Te queremos panzón!

—Para de búrlate de mi —dijo mi padre causándome una risa y poniendo los ojos en blanco.

—Dios mío, choque con un hombre al salir del baño, era bello de verdad que era bello tenia una mirada intensa y era alto.

Nos reímos todos en la mesa. Luego de un rato observe llegar a Hans.

—Buenas noches —lo escuche decir.

—Ese es el hombre —musito Ana —. Quizás vino a decirme que me fije.

Yo me le rei en respuesta.

—Es mi novio no te va a decir nada —le musite.

—Bueno te salvaste de que te de con la botella hermana, te felicito es apuesto. —Ambas reímos.

—Familia el es Hans — Hans sonrió observando a mi familia, —Hans, ella es mi madre Mae, el es mi padre Harold —se saludaron y me encanto que mi familia conociera a mi pareja. Hans tomo haciendo en la silla vertical junto a mi. —. Amor el es mi hermanito Camilo. — Camilo se escondía mientras se reía.

—¿Como fue el vuelo? —pregunto Hans mientras tenia las manos cruzadas sobre la mesa.

—De maravilla —respondió mi padre.

—Que bueno —Hans me miro —. ¿Ya ordenaron?

—Aun no te estábamos esperando.

Las meseras empezaron a traer, panes y sopas.

—¿Nosotros ordenamos eso? —pregunto mi madre.

—No señora —la chica le sonrió —. Esto es de parte de la casa, si quieren mas pueden pedir y pedir y pedir. Y esto no se les cobra.

—Ah —mi madre le sonrió —. Gracias.

—De nada, ¿Listos para ordenar? —pregunto la chica.

Observamos el menú y luego ordenamos.

Hans jugaba con Camilo. Y me encantaba ver como eso le provocaba una sonrisa a Hans. Las conversaciones era muy fluidas, yo solo me encargaba de darle de comer a Camilo, mientras escuchaba a mis padres hablar con Hans, hasta Ana estaba muy callada.

Recuérdame.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora