Sword Art Online: Drive-By Ridin'

2. Luz verde

—Anímate muchacho, no es tan malo —le decía su viejo amigo Andrew Gilbert "Agil" Mills, luego de reprobar su prueba de manejo por enésima vez. Kazuto y los demás se encontraban en el Dicey Cafe un poco más tarde ese mismo día, sentados juntos en la barra. El pobre chico sostenía su bebida tratando de disimular su decepción mientras que Asuna, sentada a su lado, acariciaba su cabello tratando de animarlo—. No recuerdo cuantas veces tuve yo que repetir mi prueba antes de conseguir mi licencia.

—Deben ser esos genes americanos tuyos —respondió Ryoutarou—. Todos allá conducen como unos salvajes.

—Oye, ¿qué pasa contigo? —le respondió Andrew—. ¿Estás diciendo que yo conduzco como un salvaje?

—¿No me escuchaste? Yo dije "todos allá", obviamente no aquí.

—Ni tú mismo te entiendes.

Kazuto no escuchaba nada. Sencillamente no estaba de humor para detener sus discusiones. Nunca se había sentido tan derrotado en su vida, pero lo peor de todo era que todos a su alrededor se dieran cuenta. No le gustaba que sus amigos lo vieran así, pero no podía hacer nada evitarlo.

—Disculpe Profesora Koujiro —le dijo Andrew, después de cansarse de pelear con Ryoutarou—. Me encanta tenerlas aquí a usted y a Alice pero, ¿es necesario que haya tantos guardias todo el tiempo?

—Lo siento, son órdenes superiores —respondió ella.

—Entiendo que es necesario tomar precauciones. Es sólo que a algunos clientes les incomoda un poco estar rodeados de tanta gente armada.

—Lamento causar problemas —le dijo Alice, visiblemente frustrada.

—No le hagan caso —les dijo Ryoutarou a Rinko y Alice—. Nunca hay gente aquí a esta hora de todos modos.

—Oye, nunca se sabe. Hoy podría ser un buen día.

Mientras ellos volvían a empezar a discutir, Shino le preguntó a Kazuto.

—¿Planeas volver a intentarlo?

—Lo que pasa es que hay que volver a pagar el examen cada vez que se toma de nuevo y me estoy quedando sin fondos —respondió él—. Precisamente por eso tuve que aceptar ese nuevo trabajo como programador de sitios de internet.

—¿Y qué pasó con todo el dinero que te había pagado Rath? —le preguntó de pronto Rika—. Tenía entendido que habías recibido una buena indemnización después de todo lo que tuviste que pasar.

—Buenooo... —Kazuto se puso de pronto algo nervioso—. Todo ése dinero se fue.

—¿Qué? —prosiguió ella—. ¿Tan pronto?

—Es que... también hay otras cosas.

—¿Qué otra cosa podrá costarte tanto? —preguntó Shino, inclinando la cabeza y mirándolo intrigada.

—¿Será acaso una sorpresa para tu novia? —sugirió Rika, señalando a Asuna hasta casi tocar su mejilla con la punta de su dedo.

—Si es así no quiero saberlo —respondió ella con una sonrisa nerviosa.

—En realidad, yo no... —empezó a decir él, aún nervioso.

—Basta ya, no es nada de eso —interrumpió Suguha—. Lo que pasa es que ha tenido que cubrir todos los daños que ha causado durante sus pruebas de manejo. Se ha estrellado al menos unas ocho veces.

—¿¡Quéee!? —exclamaron casi todos los presentes.

—Vaya, muchas gracias —le contestó Kazuto a su prima, con sarcasmo y fastidio.